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El 6 de junio, dos semanas después de la confesión de Marco R. G., y tras varias inspecciones infructuosas de la vivienda, la policía encontró el cadáver de Sibora Gagani emparedado en un ático de la barriada del Calvario de Torremolinos, donde ambos convivieron cuando ... eran pareja.
La noticia saltó inmediatamente a los medios de comunicación y removió de su silla a un albañil italiano, viejo conocido de Marco, que reside en Benalmádena desde hace algo más de 20 años y se dedica a hacer chapuzas, pequeñas obras y tareas de mantenimiento.
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La tarde del 7 de junio, un día después del hallazgo del cadáver, el hombre se presentó en comisaría para declarar que él había construido el habitáculo donde se encontró el cadáver de la joven italo-albanesa. Lo hizo, dijo, por encargo del presunto asesino, pero sin saber qué contenía.
Según relató a los agentes, conoció a Marco R. G. y a Sibora en 2013 mientras realizaba una reforma en una pizzería de Benalmádena. No volvieron a verse durante un tiempo hasta que recibió una llamada de Marco para reparar un horno en el restaurante donde trabajaba. En 2014 volvió a llamarlo para que reparara la cisterna del baño del ático. Sibora estaba en el domicilio, aún con vida. La conversación fue distendida.
Al cabo de un tiempo, el albañil supo que la joven había desaparecido. Se enteró por los jefes de Sibora. Comentaron lo buena chica que era y se quejaron de lo difícil que era encontrar personal ya iniciado el verano (corría el mes de julio de 2014). Le llamó la atención un detalle: la joven se marchó sin cobrar las últimas semanas de trabajo en el restaurante.
Una semana más tarde, recibió una llamada telefónica de Marco, que le informó de que quería construir un muro en el ático y necesitaba su ayuda. Le contó que ya había hablado con el propietario del inmueble y que tenía autorización para realizar la reforma.
El albañil se desplazó a la vivienda de Marco para comprobar in situ el encargo, en concreto, un muro en la segunda planta del ático, junto al baño. Al llegar, observó que su compatriota ya había comprado todo el material necesario para la obra: ladrillos, arena y cemento.
En esa breve conversación, siempre su relato, le preguntó a Marco por la desaparición de Sibora y él le respondió que se había marchado a Canarias. Y añadió, literalmente: «Me está tocando los huevos porque está hablando con mi ex».
El albañil aseguró a los policías que el primer día no vio nada extraño en el hueco que Marco pretendía tapiar. No había ningún objeto dentro y estaba limpio. Al día siguiente, acudió al piso y empezó a levantar el muro. Cuando ya lo tenía a medias, Marco le dijo que se tenía que ir a trabajar y ambos abandonaron la vivienda.
Al día siguiente, cuando volvió al ático para continuar la obra, observó que había «una bolsa de plástico de grandes dimensiones» arrinconada en una de las esquinas del hueco que estaba tapiando.
El albañil asegura que le preguntó a Marco qué había en aquella bolsa, y él le respondió que era «algo que no quería que se supiera que tenía», puesto que, como se había peleado con Sibora y ésta se mantenía en contacto con su expareja, «le podía causar problemas».
Según su relato, continuó levantando el muro hasta el techo y lo enfoscó con perlita. Una vez terminado, Marco le pagó el trabajo -ya no se acordaba del precio que pactaron- y se marchó de allí.
Los policías le preguntaron si la bolsa que había en el interior del hueco era lo suficientemente grande como para esconder un cuerpo humano. El trabajador contestó que no. De hecho, manifestó que pensaba que podía contener un arma.
Los agentes también le preguntaron si observó algo anómalo en la vivienda durante los dos días que estuvo allí trabajando o percibió algún olor extraño. El hombre respondió que no percibió absolutamente nada que le llamara la atención.
Desde entonces, según manifestó, sólo ha tenido contactos casuales con Marco. Y ha sido ahora, al enterarse por los medios de su confesión, cuando se le ha venido a la cabeza el muro que construyó, y que podía ser el lugar donde se ocultaba el cadáver. Y decidió acudir a la policía.
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