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Esta mañana no se hablaba de otra cosa en la zona. Algunos de los vecinos de los bloques próximos a la sucursal reventada con explosivos en la Avenida de Andalucía esta pasada madrugada apenas pudieron conciliar el sueño tras escuchar los «bombazos». Es el caso de Esmeralda, cuya vivienda se sitúa un par de pisos por encima del banco afectado. «Me dio hasta miedo asomarme a mirar», comenta.
El suceso ocurrió a una hora relativamente temprana, sobre las 00.30 horas. «Yo me estaba acostando y me pilló completamente por sorpresa una primera detonación, con mucho ruido de la explosión de cristales; y al nada, la segunda, más grande todavía», explica Esmeralda. De hecho, indica, a pesar de que tenía la persiana bajada, desde su ventana apreció el resplandor que venía del bajo.
La mujer ni siquiera se atrevió a abrir la ventana para saber qué es lo que estaba ocurriendo. Según expone, para cuando reaccionó y fue a coger el teléfono para avisar a la policía, ya se habían personado en el lugar las primeras patrullas. «Llegaron muy rápido», comenta.
Tras el robo, se activó un rápido dispositivo policial que trató de cercar a los autores en su huida. Al parecer, los ladrones tenían el vehículo aparcado en la calle Compositor Lemberg y vecinos de la zona pudieron ver al menos a tres personas que se subían al turismo para darse a la fuga instantes después de las explosiones.
El suceso dio lugar a una persecución por la autovía, en la que los delincuentes llegaron a superar los 200 kilómetros por hora en dirección a Torremolinos. De momento, la Policía Nacional ha abierto una investigación para esclarecer los hechos y dar con los responsables.
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El susto vivido por la noche en el vecindario se convertía esta mañana en la comidilla de las cafeterías y los comercios de la zona. «Este banco queda en la calle de atrás de mi casa; mi mujer y yo estábamos viendo la tele cuando escuchamos los bombazos y nos quedamos que no sabíamos ni qué hacer», comenta Juan mientras espera su café en el bar al que acude cada día.
Los servicios de emergencia recibieron numerosas llamadas en las que alertaban del fuerte estruendo y los peatones se llevaban este viernes la sorpresa al pasar por delante de la sucursal, con importantísimos destrozos a consecuencia de la deflagración.
Varios operarios llevan trabajando desde primera hora en el lugar para sacar los escombros e intentar sanear el local. Mientras, decenas de curiosos detenían su paso cuando se encontraban frente al negocio, teléfono móvil en mano, para grabar y fotografiar los daños.
En este tipo de casos, los ladrones utilizan explosivos o gas acetileno -la mayoría de las veces- para provocar una detonación con una chispa eléctrica a distancia, lo que les permite acceder al dinero del cajero.
El suceso guarda similitud con el que ocurrió el pasado diciembre en El Palo, donde un grupo de ladrones reventó con explosivos una sucursal de Cajamar situada en el número 184 de la avenida Juan Sebastián Elcano, a escasos metros del mercado municipal. Asimismo, en agosto también se produjeron dos robos con explosivos en La Malagueta y en Teatinos, ambos en la madrugada del día 8.
A pesar de los antecedentes más recientes de robos con artefactos explosivos a cajeros, la Policía Nacional no descarta que puedan tratarse de nuevas bandas dedicadas a este tipo de delito, por lo que mantiene todas las líneas de investigación abiertas.
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