Así eran Andreea y Alfonso, la pareja de 47 años fallecida en el brutal accidente de Casabermeja

«Su gran sueño era poder comprarse una casita en el campo donde poder tener a los perretes que cuidaba hasta que se les encontraba adopción, y lo consiguió, se la compraron y allí, junto a su marido y su hijo y rodeados de los amiguitos de cuatro patas a los que ella tanto cuidaba vivían felices», cuenta Eva, de la Asociación Protectora de Animales Apa Málaga Cero, en la que Andreea Lancu participaba activamente. Tanto que tras perder la vida junto a su marido el pasado sábado en un accidente de tráfico en Casabermeja, dejó en su casa a los que la admiraban por encima de todas las cosas: dieciséis perros acogidos y adoptados, que encontraron en la casa del matrimonio de 47 años un hogar cálido lleno de amor.«Así eran ellos, dos personas buenas, humildes y generosas que si se encontraban un euro se lo daban a quien se encontraran», asegura María, también de la asociación que ahora trabaja en reubicar a los canes en diferentes casas.

Andreea era de Bucarest y quienes la conocieron de cerca la describen con el mejor de los recuerdos: «Era una gran persona con un buen corazón, con carácter fuerte pero a la vez excepcional, pese a que no era de aquí, tenía un sentido del humor andaluz, chispeante, a todo le sacaba su punta, hubiera sido muy buena haciendo monólogos», sostiene Eva, quien también recuerda que si algo caracterizaba a la mujer es que era muy trabajadora, alternando su trabajo en un centro de estética de Álora con su trabajo en un bar del Centro Comercial La Trocha de Coín. «Ojalá su niño pueda seguir su vida con mucha fuerza y arropado por las manos invisibles de sus padres», reconoce la amiga de la familia en referencia al joven de 18 años que sigue ingresado en la UCI y ya ha sido operado.

Mientras la pasión por los animales de Andreea llenaba la casa de la familia de Pie Gallina–un núcleo rural de Alhaurín El Grande–de ladridos, el enamoramiento de su marido Alfonso Guijarro por la música hacía de la finca un lugar en el que el silencio y el ritmo iban a la par. Sus amigos, más que amigos, compañeros del propio grupo de música que tenían, conocido como 'Los Masqueperros', lo tienen claro. «Alf, Fito, Alfonso, te toca poner el ritmo allá donde estés, gracias por existir y ser un pedazo de amigo», reconocen sus compañeros de banda en el propio perfil de redes sociales del malagueño fallecido el pasado sábado, a quien le apasionaba la batería y tuvo otros grupos como los 'South Tree' con más amigos, compañeros de conciertos y ensayos.

«No es justo que la vida les haya tratado así, Alfonso era un pedazo de amigo, padre, marido, luchador e ilusionado con su grupo de música que poco a poco se estaba abriendo puertas y Andreea era un gran pilar en la vida de muchos, tan grande como el vacío que deja», reconoce otra de las amigas de las víctimas mortales que, junto al resto de amigos del matrimonio, piden justicia por su fallecimiento, así como del resto de víctimas mortales. Desde el Ayuntamiento de Alhaurín el Grande, municipio en el que residían las víctimas junto a su hijo, transmiten en nombre del pueblo su pésame a los familiares de Andreea y Alfonso.

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