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Las imágenes de playas infestadas de envases o de animales marinos con plásticos en sus entrañas ya no son fotos singulares. Esta realidad, desafortunadamente, se ha convertido en la norma general en estos últimos años. El exceso en el consumo de envases de este material –habitualmente no reciclados– es ya uno de los principales problemas a los que se enfrenta el planeta, quizá solo igualado con el del calentamiento global.
Concienciar sobre este problema es precisamente el principal objetivo de la campaña #boicotalplástico, propuesta por la plataforma Zero Waste España y apoyada por la organización Greenpeace. Se trata de llevar a cabo un boicot a los alimentos envueltos en plástico. Durante la semana que empieza hoy (del 3 al 9 de junio) se reflexionará sobre qué pasaría si la sociedad se uniera y no consumiera productos envasados en plástico desechable.
Tal como defienden desde Greenpeace, con esta herramienta del boicot podrán mostrar a los supermercados, marcas y otros establecimientos que la mayor parte de la ciudadanía no quiere contribuir a la contaminación por plásticos. De esta manera, aseguran estar «cansados» de escuchar a los supermercados decir que no eliminan plásticos porque sus clientes los compran y que, ante eso, no pueden hacer nada al respecto.
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«Demostrémosles que esto no puede seguir así. Cada vez que compramos productos envasados, invertimos nuestro dinero en un modelo que no es sostenible y permitimos que tanto marcas como supermercados los sigan poniendo así en nuestras manos. Si no compramos esos productos, claramente dejarán de venderlos y apostarán por otras alternativas», sostienen desde la organización ecologista.
Por tanto, añaden, con estos boicots generarían un cambio de mentalidades en la sociedad, dirigido hacia un futuro libre de plásticos. «Cuando realmente eres consciente de la cantidad de envases de plástico que consumes y tiras cada semana, y lo que eso significa para nuestros mares y medio ambiente, es como entrar en Matrix; el Matrix de los plásticos de un solo uso donde ya no puedes seguir consumiendo igual. Cuando eso ocurre, un reto que en principio era solo de una semana, se convierte en un estilo de vida no solo para ti, sino para la gente que te rodea», añaden.
Según los datos aportados por diversas asociaciones a nivel global, hasta 12 millones de toneladas de plásticos llegan a los océanos cada año, pero sin embargo ir a comprar sin plásticos a una gran superficie es completamente imposible. Así, desde Greenpeace destacan casos tan llamativos como perejil metido en una cajita de plástico; bollería envuelta individualmente para luego ir dentro de una bolsa más grande; manzanas que se venden como si fuesen pelotas de tenis, o tomates en su bandeja y con papel film.
Dada la «gravedad» de la situación, desde la organización apelan a extender este boicot y convertirlo en una forma de vida. De hecho, sostienen que es una lucha más de la sociedad contra los envases de un solo uso, pero piden ir más allá. «Ya que empiezas en esta semana a decir alto y claro no a los plásticos de un solo uso, lo sigas haciendo», insisten.
Bajo esta premisa, apelan a la teoría de los 21 días, que afirma que cuando se hace algo durante ese tiempo, ya entra en la rutina. «Ahora es el momento. ¿Y si tras esa semana de boicot lo extendemos a 21 días? ¿Y si modificamos ese hábito para siempre? ¿Y si lo hacen millones de personas? Estaríamos ante el fin real de la contaminación por plásticos», defienden desde Greenpeace.
Para poder llevar la iniciativa a cabo, aportan algunas herramientas que facilitan poder hacer la compra sin plásticos. Entre ellas están planear todas las compras de antemano de forma que no se compre de forma compulsiva; buscar un «homólogo a granel» de lo que antes se compraba envasado; o llevar tu propia bolsa, carrito, o mochila para hacer la compra, llevando además otros envases en el que puedan poner los productos en las tiendas de barrio.
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