Sigue alta la preocupación por el Papa: transcurre «bien» su décima noche en el hospital mientras «sigue descansando»

El parte médico de anoche, más detallado, recordó que la situación clínica de Jorge Mario Bergoglio sigue siendo «crítica». Aunque no había vuelto a tener episodios de insuficiencia respiratoria asmática como los que sufrió el pasado sábado, lo que hizo saltar las alarmas, continúa recibiendo oxígeno «de alto flujo» por medio de una cánula nasal. La transfusión de sangre que se le realizó el día anterior, por otro lado, había conseguido que mejoraran sus niveles de hemoglobina, pero en los últimos análisis se descubrió una insuficiencia renal «inicial y leve», que por el momento está «bajo control». El pronóstico se mantiene «reservado» debido al cuadro clínico «complejo» de un paciente considerado «frágil» por sus 88 de edad y por las enfermedades crónicas que arrastra: bronquitis asmática y bronquiectasias, que consiste en una dilatación y daño de los bronquios.

Los médicos esperan que el Papa, que se mantenía ayer «consciente» y con la mente despierta, responda positivamente a la medicación potenciada que le pusieron el pasado martes cuando se descubrió que tenía una neumonía bilateral, provocada por la infección polimicrobiana con la que ingresó en el Gemelli el 14 de febrero. Pese a que tiene que hacer «reposo absoluto», el Pontífice participó ayer en una misa junto al personal sanitario que lo atiende. La ceremonia se celebró en la capilla que hay junto a su habitación, ubicada en la décima planta del Gemelli en el área reservada para los Papas desde los tiempos de Juan Pablo II.

En la entrada del hospital, bajo la ventana de su habitación, hay una estatua que recuerda al Pontífice polaco a cuyos pies grupos de fieles colocan velas, flores, globos e imágenes de Bergoglio deseando su restablecimiento. «¡Francisco, amigo, el pueblo está contigo. Latinoamérica está contigo!», comentaba Marcos, un ecuatoriano que vive en Roma. Consideraba al Papa argentino un «gran defensor de los migrantes y de los marginados» y esperaba por ello que pudiera superar la enfermedad. A su lado algunas religiosas rezaban por la salud del Papa, mientras que ayer varios grupos de parroquias y movimientos iban turnándose para orar por Francisco bajo la ventana de su habitación.