El Papa sigue en estado «crítico» aunque no tiene nuevas crisis respiratorias

En su décimo día de hospitalización en el Gemelli, Jorge Mario Bergoglio se mantuvo «consciente» y con la mente «despierta» aunque el hecho de que tenga 88 años y que arrastre enfermedades crónicas en los pulmones, como la bronquitis asmática y la bronquiectasias (dilatación y daño de los bronquios), por lo que tiene un «cuadro clínico complejo», llevó a los médicos a mantener el «pronóstico reservado». Se espera que en los próximos días comiencen a verse los resultados de la medicación «potenciada» que empezó a recibir el pasado martes, cuando se descubrió que la infección polomicrobiana con la que fue ingresado había derivado en una neumonía bilateral. El Vaticano informó además de que el Papa participó este domingo en una misa junto al personal sanitario que lo atiende, celebrada en la capilla que hay junto a su habitación, ubicada en la décima planta del Gemelli en el área reservada para los Papas desde los tiempos de Juan Pablo II.

El delicado estado de salud del obispo de Roma, al que los médicos han prescrito «reposo absoluto» llevó a Francisco a renunciar por segundo domingo consecutivo a dirigir el rezo del Ángelus, aunque el Vaticano difundió igualmente el texto que suele acompañar a esta oración mariana. En su mensaje, Bergoglio agradeció las numerosas muestras de afecto recibidas con motivo de su enfermedad, en particular las cartas y dibujos que le han enviado muchos niños. También aseguró estar «confiado» en que la hospitalización, los tratamientos y el descanso permitan que pueda recuperarse pronto.

Mientras el líder católico sigue ingresado en el hospital Gemelli, hay miembros de la jerarquía eclesiástica que han comenzado a reconocer en público que existe la posibilidad de que renuncie al pontificado si, cuando reciba el alta médica, no se encuentra con las condiciones físicas necesarias para seguir adelante con el cargo. «Si tuviera dificultades graves a la hora de desarrollar su servicio, tomará una decisión», señaló el cardenal Gian Franco Ravasi, antiguo responsable del 'ministerio' de Cultura vaticano. El arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, ya se refirió en los días anteriores a esta misma posibilidad. «Si ve que no puede atender bien su misión, pues que tanto él como otros Papas que vengan puedan dejar el primado», señaló en Canal Sur Radio.

Francisco ha dejado claro en diversas ocasiones que no tendrá problema en seguir los pasos de Benedicto XVI y renunciar al pontificado si no se encuentra con las facultades físicas o mentales suficientes para desempeñar el cargo. De hecho, incluso dejó preparada su renuncia como obispo de Roma desde poco después de su elección en marzo de 2013. Lo hizo al darle una carta al cardenal Tarcisio Bertone, en aquella época secretario de Estado, el 'número dos' de la Santa Sede, en la que explicaba que en caso de impedimento «por cuestiones médicas», no seguiría liderando la Iglesia católica. Lo desveló el propio Bergoglio en una entrevista con 'Abc' publicada en 2022 en la que, en cualquier caso, subrayaba que «se gobierna con la cabeza, no con la rodilla», por lo que no iban a ser los problemas de movilidad que arrastra estos últimos años las que le llevaran a renunciar.

La diferencia es que ahora afronta «una dificultad estructural que afecta a una función vital fundamental como es la respiración», como destacó en el 'Corriere della Sera' Ravasi, quien destacó que «una cosa es la rodilla y otra cuando uno siente que el cuerpo entero está en dificultad». «Todo es posible», manifestó por su parte el cardenal Jean-Marc Aveline, arzobispo de Marsella. Estas especulaciones sobre una eventual renuncia de Francisco no gustaron nada al decano del Colegio Cardenalicio, el purpurado italiano Giovanni Battista Re, quien invitó a «no invitar cosas» y aseguró en declaraciones a 'La Repubblica' que «dentro de unos días el Papa volverá al Vaticano».