A fecha 31 de diciembre de 2019 había en España 1.385.037 personas en situación de dependencia reconocida y otras 159.193 pendientes de valoración, lo que supone que el 3% de la población española necesita apoyos de mayor o menor intensidad para desarrollar ... sus las actividades básicas de la vida diaria. Tras el estallido de la pandemia de coronavirus en el mes de marzo, este sector ha experimentado grandes cambios dadas las necesidades surgidas por el virus, lo que ha comprometido a todas las empresas vinculadas a este ámbito. Ante la falta de material sanitario en la primera ola de la pandemia, los centros de día, residencias y ayuda a domicilio destacan el trabajo en equipo para subsanar la situación y reclaman más apoyo por parte de las instituciones, según explican.
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De todas las personas con dependencia reconocida, dos tercios son mujeres (65%) y un tercio (35%) son hombres. El 72,6% de los dependientes reconocidos tiene más de 65 años y los mayores de 80 son el 54,2% del total. Durante 2019, por primera vez desde 2016, el número de personas con derecho reconocido en espera de atención ha vuelto a aumentar en 20.000 personas más, según se destaca en el XX Dictamen del Observatorio de la Dependencia. «No hay dinero para los dependientes. Ha faltado un plan de alerta temprana y protocolos de coordinación. Se les ha abandonado y la ciudadanía no lo va a perdonar», indican desde la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales.
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En el caso de Andalucía, los datos del Dictamen arrojan que solo se ha conseguido atender a 8.132 nuevos beneficiarios en 2019, «un escaso crecimiento del 3.83% que contrasta con la media de las comunidades autónomas que crecieron a ritmo del 6,38%», según aseguran. Concretamente, uno de cada cuatro andaluces en situación de dependencia está en la lista de espera (73.871 personas). «En este momento de pandemia, los gobiernos autonómicos deberían agilizar los trámites y simplificar los procedimientos, con una flexibilización del servicio para que las personas no fallezcan en las listas de espera», señalan desde la asociación.
En cuanto a las prestaciones, Andalucía cerró 2019 con 14.387 nuevas atenciones (un 43% inferior al ejercicio precedente). Esas atenciones se concentraron casi en un 90% en ayuda a domicilio (10.868) y teleasistencia (1972). El 10% restante sirvió para mantener «una mera tasa de reposición». En su cartera de servicios, los servicios de proximidad (ayuda a domicilio y teleasistencia) alcanzan el 60% del total de las prestaciones y servicios.
Este sistema genera en Andalucía más de 47.000 puestos de trabajo directos, siendo la cuarta Comunidad Autónoma que más empleo genera por millón invertido (39,6 empleos por millón) frente a los 37,3 empleos por millón en el conjunto del Estado. Según se explica en el Dictamen, esta cifra es consecuencia de la apuesta andaluza por servicios como la ayuda a domicilio.
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En 2019, Andalucía dejó de percibir del Estado 103,4 millones de euros «como consecuencia de los recortes», según se desgrana en el Dictamen, donde se asegura que con ese dinero se podrían haber atendido 18.635 nuevos dependientes andaluces, y se hubiesen podido crear 4.099 nuevos empleos.
-43% Andalucía cerró el ejercicio 2019 con 14.387 nuevas atenciones, un 43% menos que el pasado año.
73.871, Uno de cada cuatro andaluces en situación de dependencia está en lista de espera (73.871 personas en total).
A finales del pasado mes de noviembre, la consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta, Rocío Ruiz, presidió el Consejo Rector de la Agencia de Servicios Sociales y Dependencia de Andalucía (ASSDA), donde se presentó y aprobó un proyecto de presupuesto para el año 2021 que asciende a 1.609 millones de euros para dependencia, de los cuales 1.404 millones son gestionados directamente por la entidad. Se trataría del mayor presupuesto de la historia para la atención a las personas en situación de dependencia en Andalucía, según aseguraron.
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Aunque el empleo del sector se mantuvo tras el estallido de la pandemia, las empresas tuvieron que hacer frente a la carencia de material sanitario en la primera ola. «Había una carencia brutal de proveedores, poco a poco nos hemos sobrepuesto aunque no nos vemos apoyados por las instituciones en el enorme gasto de material», señala Kader Djebbour, delegado de Clece en Andalucía Centro.
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