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La Virgen de los Remedios, entrando en la calle Comedias, tras efectuar su salida. R. Rodríguez
La Virgen de los Remedios llena de gloria las calles de la feligresía de los Mártires

La Virgen de los Remedios llena de gloria las calles de la feligresía de los Mártires

La hermandad recordó, antes de la salida, a su consiliario, Felipe Reina, y a la camarera mayor de la imagen, María Isabel Morente, ambos fallecidos recientemente

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Domingo, 22 de septiembre 2024

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Uno de los documentos que conserva la Hermandad de los Remedios, de mediados del siglo XVIII, con motivo de la celebración de la «Novena Sacratísima», define a su titular como 'Gloria de la misma Gloria'. Se trata de una de las muchas referencias documentales que confirman la antigüedad y la importancia devocional de la que es proclamada Protectora y Patrona de la feligresía de los Santos Mártires. Sin embargo, la actividad en torno a la figura de esta efigie no siempre fue próspera, sobre todo, el siglo pasado, hasta que el bordador Juan Rosén y el sacristán de los Mártires, José Soler, comenzaron a prestarle atención en la década de los 80. Desde entonces, con el apoyo del párroco, Antonio Ruiz Pérez, en sus inicios, la devoción fue 'in crecendo' y, más adelante, se reestableció la hermandad, que atraviesa hoy día por un momento de consolidación y de difusión de ese antiguo fervor, que lo tuvo, y que, felizmente, se ha regenerado. Solo había que darse una vuelta este domingo por el Centro Histórico para comprobar que la Málaga cofrade, la capillita y la procesionista, quiere y piropea a su Virgen de los Remedios, la gloria de la misma gloria.

Recién estrenado el otoño, la imagen mariana y el Santo Niño del Rosario que lleva en sus brazos partió desde los Mártires cuando el reloj marcaba las 18.40 horas. En ese instante, la banda de música Maestro Eloy García, de la Archicofradía de la Expiración, interpretaba el Himno Nacional, seguido de la marcha que lleva su nombre, de Sergio Bueno, hermano de la corporación, al igual que el también compositor y doctor en Historia del Arte Francisco Jesús Flores Matute, quien participó en la procesión como acólito turiferario. Atrás habían quedado los minutos más íntimos cuando la efigie, entronizada, comenzó a avanzar por el interior del templo mientras la formación musical tocaba 'La muerte no es el final', en recuerdo a sus difuntos y, en especial, a dos personas que también estuvieron en la memoria de los hermanos durante la misa del patronazgo celebrada a mediodía, el sacerdote Felipe Reina, quien ha venido siendo párroco y consiliario de la hermandad hasta su fallecimiento a comienzos de este mes de septiembre –el obispo acaba de nombrar a Manuel Ángel Santiago como nuevo párroco del templo de los Mártires y San Juan–, y a la camarera mayor de la Virgen, María Isabel Morenteun, momento que solo los hermanos y el público más cercano a la puerta de la iglesia pudieron disfrutar y que supo, cómo no, a gloria y oración.

El cortejo lo encabezaba la cruz alzada, flanqueada por faroles de mano de orfebrería llevados. Seguidamente, se dispusieron hasta cuatro tramos de hermanos y fieles con largas velas blancas. Y formando parte del corpus procesional, los simpecados de las dos titulares marianas, las vírgenes del Carmen y los Remedios, el libro de reglas, llevado por una de las camareras de la talla mariana, Marta Jiménez, el guion y el cuerpo de acólitos, antecediendo al extraordinario trono tallado por el malagueño Manuel Toledano –la esposa del tallista, presente en la procesión como espectadora, mostraba a su pequeño la obra de su padre–, según diseño de Javier Sánchez de los Reyes, que ofrecía una estampa excepcional, con la imagen alzada en su esbelta peana de carrete y alumbrada por los cuatro elegantes arbotantes, desarrollados cada uno de ellos en dos alturas, de ocho y cuatro luces con tulipas, y culminados con una luz más con tulipón rematado con el escudo de la hermandad. El exorno se componía de nardos, dispuestos en cuatro anforitas, y flores de talco. Y tras el trono, la cruz parroquial con ciriales, el preste portando cirio, Juan Carlos Millán, sacerdote que ejerce su ministerio en Vélez-Málaga y hermano de la corporación, acólitos acompañantes y la banda de música del Maestro Eloy García de la Expiración, que interpretó piezas de corte clásico, de gloria y también de inspiración cristológica, en alusión al Santo Niño.

Cientos de personas acompañaron a la Patrona de la feligresía de los Mártires. R. Rodríguez

La Virgen de los Remedios se mostraba en la calle exquisita, tocada con su corona del periodo barroco, su saya de tisú de oro celeste bordada en oro, su manto con bordados del siglo XIX, la media luna a sus pies y enmarcada con una ráfaga 'de ocho'. Asimismo, estrenaba para la ocasión un ramillete de rosas en oro y coral, un corazón exvoto de plata de ley, todas estas piezas donaciones particulares, y en su pecho, una cruz donada por la Cofradía de los Estudiantes, en el 75.º aniversario de la bendición de su actual titular, Nuestra Señora de Gracia y Esperanza. Y es que el Lunes Santo de 1947 y de 1948, la corporación del Lunes Santo procesionó a la Virgen de los Remedios bajo esta advocación, tras ser cedida 'ex profeso' por la parroquia de los Santos Mártires. Esto motivó, en consecuencia, que el encargo de la actual efigie a la Casa de Arte Caderot, por parte de la Cofradía de Estudiantes, incluyese el requisito de que guardase similitud con la escultura letífica del templo de los Santos Patronos.

La hermandad volvió a variar, como cada año, parte del itinerario para expandir la fe por los diferentes rincones de una feligresía que es bastante amplia. Esta filosofía, que lleva a raja tabla la corporación desde su primera salida a la calle en el mes de septiembre, ha permitido, por tanto, que la imagen haya visitado ya, desde 2014, prácticamente todo el territorio adscrito a la iglesia de los Mártires. En esta ocasión, volvió a pisar las calles Casapalma y Álamos, después de muchos años sin visitarlas, y se estrenó en García Briz, Pasillo de Santa Isabel y en la primera parte de Cisneros.

Con 'Virgen de Gracia', de Perfecto Artola, bajaba Carretería a las 19.45 horas y con mucho público en las aceras. Y minutos más tarde, turno para 'Aquella Virgen', de Gómez Arribas.

La Virgen de los Remedios a su paso por la calle Carretería. R. Rodríguez

Pero, sin duda, la Virgen de los Remedios brilló con luz propia en la zona de Pozos Dulces, a su paso por el oratorio de Santa María Reina de la Hermandad de las Penas, donde sonaba 'Salve Regina Martyrum', de Pedro Gámez Laserna, y '¡Salve, Remedios!', del malagueño Francisco Javier Moreno. Y antes de acceder a este entorno, momento para 'Los Remedios', precisamente de Flores Matute, que se esmeraba en perfumar a la Patrona de la feligresía de los Mártires con el incienso.

En la plaza de la Constitución, ya de vuelta, la banda atacó con 'Divina Pastora', también de Francisco Javier Moreno, un guiño a la imagen capuchinera que será coronada canónicamente el próximo 5 de octubre, en la Catedral de Málaga.

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