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Aunque todos tienen su importancia, si hay un día grande en la Semana Santa de Málaga ese es el Jueves Santo, una de la tres jornadas al año que brillan más que el sol, según el dicho popular. La ciudad vivió ayer una apoteósica jornada cofrade con ocho cofradías haciendo su salida procesional y miles de personas en las calles, entre ellos un buen número que, a la llamada de La Legión, aguardaron durante varias horas para ver pasar a las tropas legionarias acompañando al Cristo de Mena.
Tras el multitudinario traslado por la mañana del Cristo de la Buena Muerte, la jornada vespertina del Jueves Santo comenzó en la calle Compañía con la salida de la Sagrada Cena y la Virgen de la Paz. El Señor estrenó una túnica bordada sobre terciopelo morado, obra del taller de bordado de la hermandad. El trono del Cristo fue levantado a pulso en la Tribuna de los Pobres, donde la Virgen de la Paz recibió una abundante lluvia de pétalos de flores.
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La sobriedad del día la puso la Santa Cruz, desde la parroquia de San Felipe Neri. El cortejo lo abrió la nueva cruz guía, diseñada por Curro Claros y ejecutada por el taller de Orfebrería Montenegro, que posee el tratamiento de titular de la corporación, de ahí que fuera acompañada de acólitos turiferarios y, en lugar de los característicos tambores roncos que habitualmente anunciaban la llegada de la comitiva, figurara este Jueves Santo, al comienzo, la capilla Musical Caeli, otra novedad.
Tras el paso de la Santa Cruz por la tribuna oficial, las siguientes cofradías entraron un cuarto de hora más tarde aproximadamente respecto al horario difundido por la Agrupación. Así, la Esperanza, la última, pidió la venia a las 23.35 horas cuando estaba previsto que lo hiciera a las 23.20.
Con la solera de la tradición cofrade, desde la plaza que lleva su nombre salió la Hermandad Sacramental de Viñeros. En cumplimiento de la tradición, el hermano mayor de la corporación, José Manuel Díaz, impuso en la mano del Nazareno la llave del Sagrario. El trono del Señor estrenó las cabezas de varal, la elevación de los faroles y lució en la peana unas guirnaldas de flores de talco. Antes de que iniciara su recorrido, desde un balcón cercano Luz Mari le cantó una saeta. Cuando el Señor de Carretería buscaba su calle, la Agrupación Musical San Lorenzo Mártir interpretó 'Acógelo en tu reino', marcha dedicada al capataz Javier Zumaquero, fallecido el año pasado
A los sones de 'La Madrugá', la Virgen del Traspaso y Soledad buscó la calle Carretería camino del recorrido oficial y la Catedral, donde los tronos no pasaron ante el Monumento del Jueves Santo, instalado en la capilla de la Encarnación, tras el altar mayor del templo. Sí pudieron hacerlo nazarenos del cortejo.
En el primer templo de la diócesis también hizo estación de penitencia el Cristo de la Vera Cruz, el sexto de los titulares de las Reales Cofradías Fusionadas que salió en esta Semana Santa.
Junto a la ermita en la que reciben culto todo el año salieron el Cristo de los Milagros y la Virgen de la Amargura (Zamarrilla), que lució la saya que le bordara Manuel Mendoza sobre tisú de plata, y la rosa roja de su leyenda. En la comitiva figuraron cuatro nazarenos vistiendo el equipo penitencial de la futura sección del Señor del Santo Suplicio y en su presidencia desfiló el coronel director de la Academia de Caballería y responsable institucional del Arma de Caballería, con sede en Valladolid, Martín Zalvide Torrente, en representación del rey Felipe VI.
El Perchel vivió su gran día con tres de sus cofradías más señeras en la calle. La primera en salir fue la Congregación de Mena. El Cristo de la Buena Muerte fue acompañado por más de 200 legionarios entre la compañía de honores del Tercio 'Duque de Alba', II de La Legión, con sede en Ceuta, la banda de guerra, la banda de música, suboficiales, oficiales y jefes y las escuadras de gastadores y guiones, que interpretaron tras el trono 'El novio de la muerte'. La Virgen de la Soledad Coronada lució primorosa en un trono exornado con calas blancas, brunias y rosas blancas en los frisos.
La calle Ancha del Carmen volvió a vibrar al paso de Nuestro Padre Jesús de la Misericordia, el popular Chiquito, y la Virgen del Gran Poder, en un cortejo procesional que llevó al corazón de la ciudad el sentir de un barrio. En el trono del Señor se estrenó un escudo tallado en madera de cedro y dorado, mientras que la Virgen lució un nuevo broche. Una representación del Ejército del Aire, hermano mayor honorario de la corporación, desfiló junto a los titulares.
El colofón al Jueves Santo lo pusieron las soberbias imágenes del Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso y la Virgen de la Esperanza. El Señor, que fue acompañado por una representación del Cuerpo de Intendencia, bendijo al pueblo de Málaga desde la plaza de la Constitución después de que el periodista Ángel Expósito recitara el soneto de Joaquín Díaz Serrano.
Sobre un trono exornado con iris morados, el Dulce Nombre de Jesús Nazareno del paso vistió una túnica de terciopelo morado lisa y la cruz lisa realizada por Mariano Benlliure. Por su parte, la Virgen, que lució primorosa, fue sobre un trono con ánforas compuestas por azucenas blancas.
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