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Una mañana de Jueves Santo más, Málaga vibró y renovó su idilio de amor con La Legión española. Miles de personas se echaron a la calle desde el Puerto a Santo Domingo, pasando por el Centro de la ciudad, para contemplar a las tropas legionarias ... en su desembarco, en el desfile y el traslado del Cristo de la Buena Muerte y Ánimas, protector oficial de esta unidad del Ejército español, desde su capilla en el vetusto convento dominico hasta su casa hermandad.
Los actos comenzaron en el Puerto con el desembarco de la Compañía de Honores del Tercio 'Duque de Alba', II de La Legión, al mando del capitán Sergio Domínguez Sierra, que este año es la encargada, dentro del turno rotatorio de los cuatro tercios, de acompañar al Cristo de Mena. Los legionarios desembarcaron desde el buque 'Contramaestre Casado', cuyo comandante es el capitán de corbeta Alberto Rastrollo Marcos, hasta el dique de levante, donde formaron las autoridades civiles, militares y religiosas.
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Ni un alfiler cabía en la plaza de Fray Alonso de Santo Tomás en los alrededores cuando los legionarios llegaron sobre las 12,27 horas. Un buen número de los asistentes llevan varias horas, algunos desde la madrugada, aguardando para vivir en primera línea este tradicional acto de la Semana Santa de Málaga, y aguaron estoicamente el sol de justicia.
La presidencia del acto estaba conformada por el Jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), general de ejército Amador Enseñat y Berea; el Vicealmirante Benigno González-Aller, jefe de la Dirección de Sostenimiento de la Jefatura de Apoyo Logístico de la Armada; el Alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; la consejera de Economía y Hacienda y Fondos Europeos de la Junta de Andalucía, Carolina España; el subdelegado del Gobierno en Málaga, Francisco Javier Salas Ruiz; y el obispo de la diócesis, Jesús Catalá, se llevó a cabo el relevo en la custodia del estandarte del Cristo de la Buena Muerte y Ánimas orlado por los guiones y banderas de los Tercios de La Legión. Este enser es custodiado durante todo el año en un acuartelamiento distinto de los Tercios de La Legión hasta el siguiente Jueves Santo.
En esta ocasión el coronel jefe del Tercio 'Duque de Alba', II de La Legión, Miguel Ángel Jiménez Parejo, le hizo entrega del estandarte al coronel jefe del Tercio 'Don Juan de Austria', III de La Legión, Enrique Gomáriz Devesa.
Concluido este acto castrense, las puerta de Santo Domingo se abrieron y desde su penumbra salió la portentosa imagen del Cristo de la Buena Muerte y Ánimas portado a hombros por una escuadra de gastadores de La Legión a los sones del Himno Nacional, al que siguieron las estrofas del popular 'Novio de la Muerte'.
Uno de los momentos más emotivos se vivió cuando tras el rezo dirigido por Jesús Catalá se llevó a cabo el homenaje a los caídos con los acordes del toque de oración, mientras los gastadores alzaron al Cristo al cielo de Málaga y con los guiones legionarios inclinados hacia la imagen, se le rindieron honores al Protector Oficial de La Legión.
A su conclusión y los sones de la marcha procesional 'Cristo de La Legión', de Eloy García, interpretada por la banda de música de la Brigada de La Legión 'Rey Alfonso XIII', los legionarios llevaron al Crucificado hasta el salón de tronos para su entronización mediante un sistema de poleas. Una vez entronizado el Cristo, la compañía de honores, la banda de guerra y música de La Legión abandonó la plaza desfilando, después de cantar el himno de La Legión y enunciar parte del credo legionario. Fue el punto y seguido a la procesión de la tarde, donde se volvió a ratificar las pasiones legionarias que cada Jueves Santo se viven en Málaga.
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