Estudiantes y Gitanos salen en un Lunes Santo sin el Señor de Málaga

La jornada, que estuvo marcada por los chubascos a lo largo de la mañana, comenzó con una reunión en la sede de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de las seis hermandades que tenían prevista su salida. Un encuentro donde se consensuó retrasar una hora la salida como medida para intentar sortear la inestabilidad meteorológica prevista para primeras horas de la tarde y la mejoría que la Agencia Estatal de Meteorología preveía a partir de las 18 horas.

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Cuando se aproximaban las 16.20 de la tarde, hora prevista para la salida de Crucifixión, la lluvia caía sobre Málaga. La cofradía del barrio de El Ejido adoptó la decisión de no salir a la calle, lo que provocó la desilusión de los hermanos y participantes en el cortejo. Al igual que el día anterior se repitieron las imágenes de lágrimas y abrazos para consolarse. Una instantánea que también se vivió en el interior de las iglesias de Santo Domingo y los Santos Mártires cuando Dolores del Puente y Pasión, respectivamente, decidieron no realizar sus estaciones de penitencia en la Catedral, así como en el barrio de la Trinidad cuando se supo que el Cautivo no saldría al encuentro con los fieles. En ese momento, miles de personas esperaban ya en las calles al Señor de Málaga.

En contraposición a las decisiones de estas cuatro cofradías, otras dos decidieron salir a la calle ante la mejoría pronosticada. La primera en adoptar la decisión fue la de Estudiantes, que retrasó su salida hasta las 19.15 horas y recortó su acceso al recorrido oficial eliminando el paso por Carretería y accediendo a la tribuna oficial desde la calle Granada. Fue tras el acto litúrgico que cada año se celebra en la plaza del Obispo, donde los tronos fueron levantados a pulso al unísono.

La algarabía se apoderó de calle Frailes cuando la cruz guía de la Cofradía de Gitanos salió a las 19.30 horas para iniciar el desfile procesional. Minutos antes del inicio, el bordador y medalla de oro de la hermandad Juan Rosén se dirigió desde el balcón de la casa hermandad a la multitud congregada para rezar el Avemaría. El Señor de la Columna, que estrenó un paño de pureza realizado en los talleres de Juan Rosén con diseño de Curro Claros, quien también diseñó las nuevas potencias que lució el Cristo y ejecutadas por Ramón León.