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En sus 6.000 años de historia, Estambul ha sido capital de cuatro imperios: el de Roma, el bizantino, el imperio latino de los cruzados y el otomano. Y en este periodo la que es la ciudad más grande de Turquía ha sido bautizada como ... Bizancio, Constantinopla y Estambul. Una urbe de contrastes que cuenta con una conexión directa y diaria desde el aeropuerto de Málaga operada por Turkish Airlines. Facturamos maleta para, en poco más de cuatro horas de vuelo, descubrir la intensa vida de una ciudad con dos caras, la europea y la asiática.
Aerolíneas que vuelan a Estambul desde Málaga
Compañía aérea Turkish Airlines conecta a diario y sin escala la capital de la Costa del Sol con la ciudad de Estambul. El vuelo parte a las 12.10 horas y llega a la ciudad turca a las 17.35 horas (hora local).
Duración del vuelo Cuatro horas y quince minutos.
¿A qué precios? En una búsqueda para hacer una escapada en los próximos días, aprovechando que aún son muchos los que disfrutan de su periodo vacacional, y a sabiendas de que los precios de los billetes de avión fluctúan casi a diario, la propuesta contempla viajar los próximos días 28 al 1 de octubre por 515 euros, ida y vuelta.
Para ir del aeropuerto a la ciudad La ruta que opera Turkish Airlines desde el aeropuerto de Málaga tiene como destino el aeropuerto internacional de Estambul, una infraestructura con capacidad para más de 150 millones de viajeros y que se encuentra a casi una hora de camino en coche, siempre que no haya atascos. En transporte público hay dos opciones, además del taxis, en el que es fundamental pedir desde el principio que activen el taxímetro. Para llegar al centro de Estambul desde el aeropuerto se puede ir en metro o en autobús, para lo que es fundamental comprar la Istanbulkart, una tarjeta monedero que sirve para todos los medios de transporte y que pueden utilizar hasta cinco personas. El Havabüs te llevará hasta la mítica plaza de Taksim en 90 minutos por 2,5 euros. Sale con una frecuencia de media hora desde la parada situada delante de la terminal de llegadas. El primero parte a las 5.50 horas y el último a las 4.40 horas.
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Qué comer: La cocina turca levanta pasiones. Sus platos más populares son contundentes y muy sabrosos. Los aromas a esas especias que son las claves de la cocina local abren el apetito. La oferta de restaurantes es muy amplia. En sus cartas hay que señalar el Mezer, un combinado de aperitivos típicos con los que abrir boca. Después hay que degustar platos como el Kofta, unos albondigones de carne de ternera o de cordero y con cebolla; el auténtico Kebab, que significa carne a la brasa; o el Borek, pastel de hojaldre y queso feta. También hay que buscar el momento para probar el Dolma, un guiso con hojas de parra rellenas de arroz cocido y trocitos de carne, aliñadas con limón. El postre es un imprescindible. Durante la estancia hay que degustar un Lökum o delicias turcas y el Baklava, que es el dulce típico. Se trata de una masa de pistachos o nueces con miel como relleno de unas capas de hojaldre. Para comenzar el día, nada mejor que el Kahvalti, un potente y variado desayuno turco tradicional.
Dónde comer: Las alternativas son miles para comer bien y a buen precio. Por citar algunos de esos sitios de los lugareños, Three Partners café, está a menos de diez minutos a pie de la Mezquita Azul, y es un lugar ideal para probar la auténtica comida turca. Para esos días de caminatas, en el barrio de Ortakoy, a orillas del Bósforo, hay un mercadillo callejero de puestos especializados en Kumpir, unas patatas asadas que se pueden rellenas con maíz, queso, ensaladilla, aceitunas negras, o salchichas. Los amantes del dulce tienen su paraíso en la pastelería Güllüoğlu Karakoy, donde hacen los mejores baklava de la ciudad. Sentarse en una terraza de cualquier café a tomar un té, que es la bebida más popular, y unos dulces es la mejor forma de darse un respiro.
¿Qué no te puedes perder?: La lista de imprescindibles en Estambul es larga, aunque lo más importante es quedar atrapado por la vida de una ciudad que rompe esquemas en cuanto a conceptos preconcebidos. Es una urbe dinámica, con negocios abiertos hasta bien entrada la madrugada, más occidental de lo que se piensa antes de conocerla y de disfrutar de su arte, sus contrastes y sus colores. Pasear por la plaza Taksim, con el Ayuntamiento y muy cerca de la Torre de Gálata, de 60 metros de altura; visitar la Mezquita Azul o de la de Suleiman, una de las más grandes del mundo; disfrutar de la técnica del regateo en las 3.500 tiendas y en las 64 calles que conforman el Gran Bazar y de los aromas que te atrapan en el Bazar de las Especias; y descubrir Santa Sofía, la mezquita principal de Estambul durante casi 500 años, el Hipódromo de Constantinopla, la Cisterna Basílica o el Palacio de Topkapi forman parte de ese listado. Al mismo hay que sumar un crucero por el Bósforo, con la opción de quedarte en la parte asiática para ver el atardecer o volver al puerto, así como un recorrido por el Cuerno de Oro o una visita al Palacio Dolmabahçe, ahora convertido en museo. Y buscar tiempo para disfrutar de algunos de los barrios más chulos como los de Balat y Fener o de un hamman.
Compras: El Gran Bazar o el bazar de las especias son lugares ideales para esas compras indispensables, sin olvidar un recorrido por Istiklâl, la calle Larios de Málaga. Estambul es el sitio propicio para adquirir artesanías textiles, cerámicas, maderas y objetos de decoración muy peculiares. También es una oportunidad para comprar especias, hierbas aromáticas y todo tipo de productos gastronómicos, incluida una botella de raki, el licor anisado célebre en Turquía.
Estambul es una ciudad con tanta vida que ni los más pequeños tienen opciones de aburrirse. Todo lo contrario. En Miniatürk, un parque en miniatura en la costa noreste del Cuerno de Oro en Estambul, disfrutarán a lo grande. Está considerado uno de los más grandes del mundo, con una superficie total de 60.000 metros cuadrados. Es un museo al aire libre que muestra unas cien miniaturas meticulosamente elaboradas de monumentos famosos de todo el país. También guardarán buenos recuerdos de la visita al Museo de las Ilusiones, una experiencia interactiva e inmersiva y divertida en la que conocerán los límites de los sentidos. El Museo del juguete de Balat, con una exposición de 50 años y con talleres para los niños, es otra alternativa interesante. Y para los aficionados al fútbol podrán recorrer las instalaciones de los célebres campos de los afamados equipos del Fenerbahçe, Galatasaray y Besiktas.
Para moverse por Estambul hay varias opciones, si bien los tranvías son la forma más rápida y sencilla, además de muy eficiente para ir por los distritos más populares. El metro es otra de las alternativas, junto al Marmaray, un sistema de transporte suburbano ferroviario, o el funicular, el autobús y el metrobús. Sin olvidar el ferris, que son tan importantes para los habitantes de la ciudad como el metro o los tranvías para hacer de forma rápida ciertos trayectos. Con la tarjeta de transporte Istanbulkart tendrás acceso a barcos, metro, autobuses, tranvías y funiculares y permite que el coste del billete sea aproximadamente la mitad que un pasaje ordinario, que además puede ser empleado por varias personas. Se vende en los quioscos situados cerca de estaciones de metro, muelles y estaciones de autobuses, o en las máquinas que se encuentran en cada parada y que la venden algo más barata que en quioscos.
Buen viaje.
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