Colonia y su histórico carnaval

Qué comer: La cocina alemana es sabrosa y contundente. Aunque es muy similar en todo el país, hay platos más propios de la región de Colonia. Entre ellos se encuentra el Rheinischer Sauerbraten, que es una carne de ternera macerada que luego se asa y se sirve con una salsa de uvas pasas. Otros clásicos son el Halve Hahn, un panecillo de centeno acompañado de queso; o el Himmel un Äd, una especie de morcilla frita con puré de patatas y compota; o el Decke Bunne met Speck, unas habas con tocino. Y los amantes del codillo tienen que probar el Hämmchen. Las salchichas están muy presentes en todas las cartas, en las que tampoco falta el Apfelstrudel, un postre a base de manzanas, pasas y frutos secos. La cerveza Kölsch, la más famosa de esta ciudad, es un imprescindible.

Dónde comer: Un clásico para saborear las comidas típicas de Colonia son las cervecerías de Kölsch, pero también es muy recomendable visitar la cervecería Früh am Dom, fundada en 1904 y ubicada a pocos metros de la Catedral. La cocina es tradicional y la relación calidad y precio es muy buena. Otro de los restaurantes lleno de residentes de Colonia es Peters Brauhaus, también en el centro.

¿Qué no te puedes perder?: Colonia es la cuarta ciudad más grande de Alemania y cuenta con el monumento más visitado del país: la Catedral, que está considerada una de las más impresionantes de Europa con sus dos torres de aguja, su relicario medieval dorado y sus vistas al extenso río. Aunque visitarla es gratis, quienes quieran disfrutar de una panorámica única deben pagar cuatro euros para entrar a la torre y subir unos 533 escalones. Este icono de la urbe que visitamos esta semana es Patrimonio de la Humanidad desde 1996 y una cita ineludible aunque, en esta ocasión, el reclamo principal es vivir un carnaval que reúne a millones de alemanes y con tradiciones muy marcadas y cuidadas por el Comité del Carnaval, que fue fundado hace 201 años, y que entre otras costumbres está la de designar a tres figuras claves carnavalescas: la virgen, el príncipe y el campesino. Representar a uno de ellos se considera una tarea de gran prestigio en la sociedad. Además, en estos 'días locos', que son las jornadas más importantes de lo que los coloneses consideran la quinta estación del año, las mujeres son las protagonista del jueves de carnaval, que comienza con el acto en el que el alcalde les entrega las llaves de la ciudad. La tradición marca que durante todo el día tienen derecho a cortarle la corbata a todos los hombres que se encuentren en su camino en señal de poder. El lunes antes del miércoles de ceniza es el día grande, en el que toda la ciudad se cierra y se calcula que más de 1,5 millones de personas acuden a ver el Desfile de Carnaval del Lunes de las Rosas, considerado el más grande de Alemania con la participación de más de 10.000 personas. Pero, además, entre evento y evento es posible crear tus propios dulces en el Museo del Chocolate, hacer un crucero por el Rhin para descubrir los paisajes, los viñedos y los castillos en excursiones de una hora, de medio día o de todo el día. También es posible alquilar una bicicleta para pasear por el parque de las esculturas o para visitar en esta metrópolis del arte museos como el de Romano-Germánico, al lado de la Catedral, el museo Ludwig, que exhibe arte del siglo XX y XXI y cuyo edificio de interés arquitectónico se encuentra a la sombra de la catedral, o el Wallraf-Richartz, que atesora una gran colección de pinturas desde el siglo XIII al XX.

Compras: La calle Schildergasse es la calle Larios de Colonia y una de las vías de compras más visitada y famosa de toda Alemania. Muy cerca se encuentra la calle Hohe Strasse, que alberga grandes almacenes, y en el barrio belga y en Ehrenfeld se concentran también boutiques exclusivas. Como recuerdos de Colonia no pueden faltar las famosas jarras de cervezas e, incluso, la afamada bebida Kölsch.

Dos de los reclamos claves de Colonia acaban generando buenos recuerdos entre los más pequeños de la familia. Tanto la Catedral como la gran plaza que la rodea, con pintores plasmando sus obras en el pavimento o con músicos y malabares asombrando a los visitantes, como el Museo del Chocolate sorprenderán a toda la familia. Un crucero por el Rhin o un paseo en bicicleta por los numerosos parques son otras alternativas a la de pasarlo en grande en el carnaval. Si dispones de tiempo, también puedes dedicar una jornada a desplazarte a Brühl, cerca de Colonia, para disfrutar del parque de atracciones Phantasialand, que recibe más de dos millones de visitas al año.

Al hacer uso del transporte público en Colonia hay que tener muy en cuenta que se divide por zonas tarifarias. Así, dependiendo de donde te encuentres y hacia dónde quieres ir, necesitas una zona tarifaria distinta. Algo que complica los desplazamientos, en los que los pequeños de hasta cinco años viajan gratis y los que tienen entre seis y catorce deberán sacar la tarifa de niños. Es importante saber que el tique hay que validarlo en las estaciones antes de subir al tren o al tranvía o en el mismo transporte y que en caso de no hacerlo te expones a una multa de 40 euros.