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Si eres un apasionado de la historia y la cultura, pero además te encanta el mundo de los vinos la Escapada Aérea, en la que te proponemos cada jueves viajar a uno de los 123 destinos a los que llegar en vuelo directo desde el ... aeropuerto de Málaga, se ajusta como anillo al dedo a este perfil. Facturamos maleta hacia Burdeos, declarada Patrimonio Mundial de la Unesco y considerada la ciudad más bonita de Francia tras la capital parisina. Además de ser un lugar clave para descubrir la experiencia de la cultura del vino.
Aerolíneas que vuelan a Burdeos desde Málaga
Compañía Aérea Ryanair
Duración del vuelo La propuesta de esta semana está a sólo 1.50 horas.
¿A qué precios? Tras hacer una búsqueda recientemente se puede observar que hay mucha disparidad en los precios, con jornadas en las que resulta bastante caro volar desde la Costa del Sol a Burdeos y otras en las que el precio es muy asequible. De hecho, y a sabiendas de que las tarifas fluctúan casi que a diario tanto para fechas muy próximas al viaje como para reservas con antelación, es posible viajar del 13 al 16 de abril por 76 euros, ida y vuelta.
Para ir del aeropuerto a la ciudad El aeropuerto de Burdeos está apenas a 20 kilómetros de Burdeos y las alternativas para llegar a la misma son varias si bien las tres más comunes son autobuses que hacen diferentes recorridos y que su duración va de los 45 minutos en el caso de la línea 1, que pasa por los barrios de Caudéran, Saint-Augustin, Saint-Michel y la Bastide, y de la línea C1 que recorre el barrio de Lormont. Ambos tienen una frecuencia de entre 20 y 30 minutos, con horarios de 6.00 de la mañana hasta las 11.30 de la noche para la primera alternativa y de las 6.00 de la mañana hasta las 10.00 de la noche, en la línea C1. El precio de los billetes es de 1.50 euros. Además, está la opción de compartir taxis, cuyas tarifas rondan entre los 30 y 40 euros para llegar al centro en poco más de media hora.
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Qué comer: La cocina típica de Burdeos hace gala de la tradición y fama de la gastronomía francesa. Hay platos que no te puedes perder como es el cordero de Pauillac, una zona cercana a Burdeos donde se dan los mejores corderos de Francia, a la Persillade; la lampreda a la Burdeos, un pescado que se sirve en salsa o estofado con cebolla, puerros, ajo, chalotes y vino tinto; o el entrecot a la bordelesa. También es un clásico las ostras de la Bahía de Arcachon. Todo ello sin olvidar que estamos en el lugar ideal para hacer una cata de vinos de Burdeos y para terminar los almuerzos con los famosos pasteles cannelé, aromatizados con ron y vainilla, y los bollos choux dunes blanches, rellenos de crema.
Dónde comer: Los que quieran darse un capricho tienen en Burdeos una propuesta más que singular: Le Chapon Fin, creado en 1825 y uno de los primeros restaurantes gastronómicos con triple estrella Michelin y uno de los primeros 33 establecimientos coronados por esta institución en 1933. Para bolsillos más austeros hay alternativas también de máxima calidad. La Brasserie Bordelaise es otro clásico en pleno centro histórico, con especialidades regionales de la Nueva Aquitania, al que se puede añadir La Belle Époque, ubicado en una antigua casa del centro abierto al público desde hace 150 años. O el Café Napoleón donde se sirven platos de la cocina regional. Sin olvidar que conviene hacer parada en el mercado Capucins o en el mercado al aire libre Chartrons, que se celebra cada domingo.
¿Qué no te puedes perder?: En la capital de Aquitania o la 'pequeña París' se respira tradición, arte, historia y modernidad. Es una ciudad que enamora, que se disfruta plenamente en tres días y que supone un plan perfecto para los amantes de la cultura del vino y del buen comer. Los caldos de Burdeos, la mayor parte de tintos, tienen fama internacional y se han convertido en uno de los grandes reclamos turísticos con una larga lista de experiencias en torno a este producto, convirtiéndose en una visita imprescindible la Cité du Vin. Esta urbe, con un centro histórico declarado Patrimonio Mundial de la Unesco, tiene un encanto especial. Desde su afamada catedral gótica de Saint André o la plaza de la Bolsa, frente a la que se encuentra el Miroir d'Eau, o mítico espejo del agua o piscina reflectante construida a principios del siglo XXI, son dos de los principales iconos de una ciudad con una larga lista de patrimonio a admirar. A ellos se une la Place des Quinconces, presidida por el monumento a los Girondinos y un imprescindible del Viejo Burdeos, o las seis célebres puertas medievales de esta urbe. Toda una ruta que puede comenzar en la Puerta de Borgoña o Arco del Triunfo, construida entre 1750 y 1755; la de la Gran Campana, que fue el campanario oficial del Ayuntamiento y empleada para notificar eventos como las vendimias y los incendios; la de Cailhau, construida entre 1493 y 1496 en el lugar de una antigua puerta defensiva; la de la Moneda o la de Dijeaux, en uno de los barrios más ricos de la ciudad y que conducía a las bodegas o sótanos donde guardaban el vino durante el siglo XVIII. Otro de los recorridos obligados es el barrio de Saint-Michel, con la imponente torre, en forma de aguja, de la iglesia con este mismo nombre y que sobresale del resto de la ciudad. Para ver la parte moderna, el mayor símbolo es la Méca de Saint-Jean. Sin olvidar pasear por la animada ribera del río Garona que atraviesa Burdeos y que fue clave para que el vino haya sido el motor económico de esta urbe desde hace milenios.
Compras: En la maleta de vuelta no puede faltar una botella de buen vino, unos pasteles cannelé o los de almendra bouchon con brandy. Y si el presupuesto lo permite hay que pensar en traer de vuelta a casa Caviar de Aquitania, considerado el oro negro de Francia. También es muy singular la mermelada de vino.
Burdeos es un buen plan para viajar en familia. Entre las alternativas en las que los pequeños de la casa pueden divertirse se encuentra el Museo de la Ciencia y la Naturaleza, que contiene una colección de más de un millón de especies. Incluso la visita ineludible a la Ciudad del Vino está preparada para ser una experiencia tanto para adultos como para niños, a los que a la llegada se les entregará una aplicación para una visita virtual que les permite interactuar en tiempo real y adaptarse a la edad de cada visitante. Los que tengan más de ocho años podrán también seguir un itinerario especialmente diseñado, con una serie de experimentos con los cinco sentidos que entretendrán a grandes y pequeños. Al terminar la visita la familia al completo puede inmortalizar una de las mejores vistas de Burdeos desde el mirador de la octava planta. Para los amantes de la ciencia, tendrán en Cap Sciences un lugar ideal en el que tener acceso a la información científica a través de exposiciones divertidas e interactivas.
Burdeos es una ciudad fácil de descubrir andando y también en bicicleta. Pero además cuenta con un servicio de transporte público en el que el tranvía es clave. Cuenta con tres línea, la A, que atraviesa la ciudad de este a oeste, y las B y C, que recorren la urbe de norte a sur. Hay tres estaciones en el centro que garantizan la conexión entre líneas, siendo la de Quinconces la más importante. En Burdeos el tranvía y los autobuses están integrados en una red única de transportes lo que hace que los billetes, con un coste de 1,45 euros y que te permiten transbordos ilimitados durante una hora, sean válidos para ambos medios.
Buen viaje.
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