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Superada la cuesta de enero y dejando ya muy atrás las vacaciones navideñas vuelve a picar el gusanillo de viajar y en esta sección, como cada semana, alimentamos esas ganas de conocer mundo y de hacerlo de la forma más cómoda posible: con vuelos directos ... desde el aeropuerto de Málaga. En esta ocasión la propuesta es descubrir el corazón de la Unión Europea. Facturamos maleta a Bruselas, la capital de las instituciones europeas más importantes, como la Comisión Europea, el Consejo Europeo o el Parlamento de los Estados de Europa.
Aerolíneas que vuelan a Bruselas desde Málaga
Compañías aéreas Bruselas un destino con un alto nivel de conectividad al contar el aeropuerto de Málaga con cuatro aerolíneas que operan esta ruta. Se trata de TUY Fly Belgium, Vueling, Ryanair, Brussels Airlines y Transavia.
Duración del vuelo Dos horas y cincuenta minutos.
¿A qué precios? Como siempre advertimos las tarifas aéreas fluctúan mucho, con cambios casi que a diario. En esta ocasión, en una búsqueda reciente encontramos billetes por 76 euros, la ida y la vuelta, para volar el viernes 15 de marzo y volver el 17 de marzo. Un poco más caro, también comprobamos que una semana antes, para viajar del 8 al 10 de marzo, el coste era de 99 euros.
Para ir del aeropuerto a la ciudad El recinto aeropuerto está muy próximo a la capital y bien conectado por transporte público. El aeropuerto, también llamado de Zaventem por ser la localidad donde se encuentra ubicado, es el principal de Bélgica y muy similar al de Málaga en cuanto a volumen de pasajeros. Para desplazarse al centro de Bruselas, la alternativa más económica y rápida es el tren, que recorre todas las estaciones de la ciudad y que tiene un coste de nueve euros los días laborales y de 15,40 euros durante el fin de semana. La estación está en el nivel -1 del aeropuerto. El tren, que pasa cada diez minutos, tarda unos 20 minutos en recorrer los 12 kilómetros que hay de distancia hasta Bruselas. Además, hay un servicio de autobús que explota De Lijn hacia el centro urbano. Un trayecto que dura unos 30 minutos y que tiene un coste de tres euros. Las alternativas son hacia la estación de tren Bruselas Norte, las líneas 272 y 471; la de Brussels Expo, donde se encuentra el Atomium, la línea 820, y hacia Mechelen, las 681, 682 y 683. También la empresa STIB conecta con la zona del Parlamento Europeo. El tiempo de trayecto en este caso es de unos 35 minutos. Los buses de esta compañía están identificados con la señal Airport Line y se encuentran en el nivel 0, en la plataforma C. Operan dos líneas: la 12, de lunes a viernes hasta las ocho de la tarde, y la 21, que opera de lunes a viernes a partir de las 20.00 horas y durante los fines de semana. El trayecto termina en la estación de Bruselas-Luxemburgo. Para quienes se alojen en el barrio europeo de esta ciudad es la opción más directa. Es aconsejable comprar el billete en la máquina expendedora porque el coste es de 4,50 euros, mientras que en el bus es de seis euros.
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Qué comer: Es un clásico de Bruselas los moules frites, la combinación de mejillones en salsa y patatas, pero también es un plato típico el carbonnades flamandes, una carne estofada en cerveza belga. Las patatas son indispensables hasta el punto de que hay una comida popular que es el mitraillette que consiste en patatas fritas en bocadillo. Como menú contundente para combatir el frío es recomendable el Stoemp. Se trata de un puré de patatas con verduras acompañado de una salchicha tipo weisswurst. En ocasiones se sirve con bacon, morcilla, carne o huevo frito. Para el postre hay que hacer hueco para degustar las variedades de gofres y de chocolates belgas. La cerveza no puede faltar. Este país es el mayor productor de esta bebida a nivel mundial y cuenta con más de 1.100 marcas originales.
Dónde comer: Uno de los establecimientos recomendado por los lugareños para disfrutar de la comida típica de la ciudad y de la gran variedad de cervezas a precios razonables es A la mort subite, ubicado junto a las Galerías de Saint-Hubert. Otro de los restaurantes de calidad y cocina local es el Café Au Soleil, situado en uno de los barrios que cautivan, el Sablon. Y como curiosidad hay que visitar Delirium, considerado el más famoso de todo Bélgica por tener el récord guiness por la gran cantidad y variedad de cervezas servidas en un sólo lugar. Para degustar los mejores gofres, el postre clásico del país, Vitalgaufre es una de las opciones.
¿Qué no te puedes perder?: La capital de la Unión Europea, junto a Luxemburgo y Estrasburgo, es una ciudad acogedora y fácil de recorrer a pie. Marzo es un buen mes para conocer la que es también la capital de Bélgica porque las frías jornadas de invierno empiezan a rondar los diez grados de media y porque los atractivos turísticos se multiplican. A los habituales reclamos de disfrutar de la vida del corazón de la urbe, la Grand Place rodeada de edificios de estilo neoclásico, o de descubrir esa pequeña escultura de bronce, el Manneken Pis, que es el símbolo de Bruselas y que representa el espíritu libre de los habitantes de la ciudad, es un buen momento para visitar el conocido como el Bosque Azul por ofrecer un espectáculo único con ese enorme manto azul de 250 hectáreas que conforman los jacintos silvestres que lo cubren todo. En un periodo en el que ya comienza a abrirse paso la primavera también es recomendable recorrer el Museo Van Buuren, reconocido por el inmenso jardín que cubre casi dos hectáreas y en el que en una parte se representan las ideas geométricas del Art Deco, en otra el laberinto y sus siete esculturas del escultor belga André Willequet, y una tercera conocida como el jardín de los Corazones. Entre los reclamos indispensables de Bruselas está el barrio Le Sablon y el parque del Cincuentenario, construido en 1880 por el 50º aniversario de la independencia de Bélgica. Así como una visita a la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula, que data del siglo XVII y es de estilo barroco y de forma hexagonal. Tampoco puede faltar esa imagen junto al Atomium, una impresionante estructura de 102 metros de altura construida para la Exposición General de primera categoría de Bruselas de 1958. Es aconsejable, si se dispone de tiempo, aprovechar para hacer una excursión a Brujas o a Gante, a menos de una hora de distancia en coche y que operadores ofrecen por 50 euros.
Compras: En la maleta de vuelta no pueden faltar los chocolates, las cervezas y la réplica del Manneken Pis. Los amantes de la moda tienen en Bruselas el lugar ideal para comprar encajes y los del cómic para adquirir tiras cómicas. En el barrio del Sablon tienen los aficionados a adquirir objetos del pasado el mayor escaparate de la capital de galerías de antigüedades. No te puedes venir de Bruselas sin recorrer las Galerías Reales Saint Hubert, construidas en 1847 y que ostentan el título de ser las primeras galerías comerciales de Europa.
Bruselas se ha convertido en un destino de vacaciones familiares por su oferta de ocio. La ruta del cómic de Bruselas es una opción interesante para hacer en familia y relatar a los más pequeños la historia del intrépido Tintín, nacido en Bruselas, y sus aventuras. En este recorrido se pueden descubrir varios murales de tiras cómicas, que cubren las paredes de algunos edificios a lo largo del centro de la ciudad, así como los barrios de Laeken y Auderghem. Pero además, reúne museos pensados para el disfrute de los niños como es el del juguete, con los que pueden interactuar, el del chocolate, el de las ciencias o el de las marionetas, con una colección de más de mil muñecos de todo el mundo. Incluso cuenta con un Museo de los Niños en los que los pequeños pueden dar rienda suelta a su creatividad e imaginación.
Aunque el metro es la mejor alternativa para moverse por Bruselas, la red de autobuses y el tranvía convierten a esta capital en una urbe fácil de conocer. El metro dispone de cuatro líneas combinadas con una red de premetro que circula por la superficie pensada para llegar a lugares de interés alejados del casco histórico, como es el caso del Atomium. Lo más importante es que la STIB es la compañía que gestiona toda la red de transporte público de Bruselas, lo que permite que un mismo billete sea válido tanto para el metro como para el bus o el tranvía. El coste de un billete sencillo, que nos permite viajar durante una hora por toda la red, incluyendo los transbordos, es de 2,10 euros si se compra con antelación y de 2,5 si se adquiere a bordo. También es muy práctica la opción del billete de 24 horas, que por 7,50 euros te permite viajar sin limite de desplazamiento en un día, incluyendo la zona del aeropuerto.
Buen viaje.
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