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Los Lego enganchan a mayores, jóvenes y pequeños. Ahora que ha terminado el colegio es un buen momento para facturar maletas y hacer una escapada aérea con vuelo directo desde el aeropuerto de Málaga a la cuna de este juguete y el paraíso para los ... frikis de estas construcciones. Esta semana volamos hacia el pequeño pueblo danés de Billund, donde en 1968 abrió el primer parque de atracciones Legoland y donde también se encuentra la fábrica de estos bloques que levantan pasiones.
Aerolíneas que vuelan a Billund desde Málaga
Compañía Aérea Ryanair, Jet Time y Vueling conectan la Costa del Sol sin escalas casi a diario y en distintos horarios.
Duración del vuelo Tres horas y media.
¿A qué precios? Teniendo en cuenta que nos encontramos en el inicio de los meses de vacaciones por excelencia, los precios para estos primeros fines de semana de julio rondan los 400 euros, pero si se planifica el viaje en días de diario, por ejemplo de lunes a jueves, se pueden encontrar tarifas más asequibles. Así del 17 al 20 de julio se puede volar por 204 euros y si se organiza con mayor antelación, como desde el 21 al 24 de agosto, el billete puede bajar hasta los 120 euros. Sin embargo, es importante recordar que se trata de unos precios que cambian casi que a diario.
Para ir del aeropuerto a la ciudad. La distancia del aeropuerto hasta la localidad de Billund es de cuatro kilómetros. Un trayecto que en coche y en autobús se hace en menos de diez minutos. El billete del bus cuesta 24 coronas danesas, con descuento para niños. En caso de querer dirigirte a la ciudad más grande cerca de estas instalaciones, Vejle, habría que tomar la línea 43. Este desplazamiento será de una media hora y a un coste de 62 coronas danesas.
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Qué comer: La cocina danesa es sabrosa y variada. En esta escapada no puedes dejar de probar los frikadeller, una especie de albóndigas de carne, o el gravad laks, salmón marinado en diferentes especias. Otros clásicos son el smørrebrød, como un bocadillo abierto en una rebanada pan de centeno untado con mantequilla y cubierto con muchas y diversas combinaciones, y los krebinetter, unas empanadas de cerdo danesas. Para el postre, son típicos los wienerbrød, que es una pasta de hojaldre, y el kransekage, un pastel hecho con almendras.
Dónde comer: El Refborg Hotel es un clásico de la cocina escandinava, en el que además te sirven una cerveza artesanal, y el no 8, un restaurante especializado en platos daneses. Una visita al Billund Gastropub es otra alternativa para comer y para tomar una copa.
¿Qué no te puedes perder?: Viajar a Billund es trasladarse al universo Lego y quedar absorbido por estos ladrillos con los que se construye todo lo imaginable. En este pequeño pueblo de unos 6.000 habitantes se vive por y para la fantasía Lego. Aunque hay nueve parques temáticos en países tan dispares como Estados Unidos, Alemania, Emiratos Árabes, Malasia o Inglaterra, el más destacado y el primero que abrió en el mundo es Legoland en Billund. Fue construido en 1968, si bien la historia de esta iniciativa comenzó en esta localidad en el pequeño taller de carpintería de Olex Kirk Christiansen en 1916, que unos años más tarde, en 1932, tuvo la idea de fabricar miniaturas de muebles, que años más tarde transformaría en juguetes modulares realizados con piezas de plástico. Hoy es uno de los juegos de construcción más vendidos del mundo. Legoland se encuentra junto al aeropuerto y para su visita conviene reservar con antelación las entradas. El parque está dividido en varias zonas: lejano Oeste, Edad Media, piratas o Duplo, y cuenta con atracciones para todas las edades. Además, en el centro de estas instalaciones se encuentra Miniland donde se recrean mini ciudades europeas construidas con más de 20 millones de fichas de Lego. La localidad tiene una plaza central en la que se concentran restaurantes y comercios, así como La Lego House, museo y casa de juegos donde disfrutar con miles de piezas de Lego, y el Museo del Osito Teddy. Otros puntos de interés es el parque Skulpturpark, que tiene estatuas a orillas del arroyo Grindsted, y el Museo de Agricultura Karensminde, que alberga exposiciones sobre la vida en el campo durante los siglos XVIII y XIX. A menos de tres horas en coche se pueden descubrir los encantos de la capital danesa, Copenhague.
Compras: Lalandia es un centro comercial a unos 400 metros de Legoland, pero también hay tiendas en la plaza central de este singular pueblo en las que comprar algunos objetos tradicionales de este país nórdico como joyas vikingas, las galletas danesas de pan de jengibre o de mantequilla, o una botella de Snaps o Akvavit, que es una bebida destilada hecha con vodka aromatizada con hierbas y bayas. Y, por supuesto, juguetes Lego.
En esta ocasión el destino en sí en un compendio de reclamos en los que está garantizado el éxito con los más pequeños de la casa, que recordarán este viaje como el siempre soñado.
Teniendo en cuenta que Legoland está junto al aeropuerto, el desplazamiento entre el centro de Billund ya lo hemos contado. En caso de estar alojado en la ciudad de Vejle, a unos 28 kilómetros, se puede coger el bus número 143, que además discurre por la campiña de Jutlandia, y que para justo frente a Legoland.
Buen viaje.
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