Atenas, un encuentro con la historia

Qué comer: La gastronomía es otro de los platos fuertes de esta visita a Atenas. Durante la estancia hay que buscar los momentos para degustar lo más tradicional de esta cocina mediterránea. Hay que saborear los dolmades, basado en unas hojas de parra rellenas de carne, arroz o vegetales; los spanakotiropites, que son unas empanadillas de queso feta y espinacas; la tyropita, la pasta rellena de queso feta , o el saganaki, un queso frito. Todo ello sin olvidar la clásica musaca o cazuela de capas de berenjena frita con patata y carne picada especiada o el souvlak, brochetas de carne de cerdo o de cordero. Y de postre, un feta me meli que es una rebanada de queso feta, envuelta con una capa de pasta filo empapada en miel y frita.

Dónde comer: En el barrio de Plaka hay tabernas y terrazas donde comer y en el de Psirri se concentran los mezedopoleia, que vienen a ser bares de tapas griegos. Bandiera y Oineas son algunos de los restaurantes de comida casera y local, y Cinque Wine Bar una buena propuesta para picar con buen vino. Las mejores vistas y un lugar exclusivo para darse un homenaje es Orizontes.

¿Qué no te puedes perder? Pasear y vivir el trasiego de la capital griega es todo un placer, donde muchas de sus calles son peatonales. El paseo arqueológico se inicia en la calle Vasilisis Amalias, se pasa por delante del nuevo Museo de la Acrópolis, para llegar a la joya de la corona: la propia Acrópolis y el Partenón, el mayor símbolo de la belleza de la arquitectura clásica de la antigua Grecia. El Teatro Herodion, Thiseio, la calle comercial Ermou y disfrutar de las pintorescas callejuelas del barrio de Plaka o del Jardín Nacional son otros de los imprescindibles. Entre ellos están también el Templo de Zeus Olímpico, el distrito de Monastiraki, el Odeón de Herodes Ático o el Ágora Antigua, centro de la actividad política, administrativa, comercial y social de la antigua Atenas. Subir al monte Licabeto, para tener las mejores vistas de la ciudad, o bañarse en las aguas turquesas de Anavyssos, al sur de la ciudad, son otros de los reclamos.

Compras: Pasear por la calle Ermou, diseñadas por Kleanthis y Schaubert, que dieron forma a la actual y moderna ciudad de Atenas, te proporcionará muchas ideas para traer algunos recuerdos. La alfarería de arcilla griega, una botella de Ouzo, típica bebida griega, o especias de la cocina local, que se pueden encontrar fácilmente en el Mercado Central, son algunas de las alternativas más recurrentes.

Una propuesta para toda la familia es un recorrido mitológico por la capital griega, con búsqueda de tesoros para los más pequeños, que también pueden disfrutar de excursiones en catamarán o de las playas y el puerto del Piero, considerado el de Atenas aunque está a unos ocho kilómetros al suroeste de la capital. Una visita al Museo del Juguete Benaki, que permite a los chicos explorar más de 20.000 juguetes antiguos de todo el mundo, con figuras de madera hechas a mano, recuerdos de ferias, juegos de mesa o muñecas vestidas tradicionalmente, es otro gran plan que permitirá descubrir las costumbres de la infancia de todo el mundo y sus formas de juego.

El metro, el trolebús y el autobús son las mejores opciones para moverse por Atenas. El billete del metro cuesta 1,40 euros, si bien existen abonos. También es una buena alternativa, según el destino, usar el tren de cercanías, llamado Proastiakos, cuya línea principal arranca en El Pireo, pasa por la estación central de tren de Larissis, para seguir por el oeste de Neratziotissa hasta Kiato y Corinto, y al este hacia el aeropuerto. Además, el nuevo tranvía, con tres líneas, conecta el centro de la ciudad con los barrios del sur, y tiene conexiones con las líneas de metro.