Amberes, el diamante belga que hay que descubrir

Qué comer: Amberes, como parte de Flandes, que es la región con más restaurantes con estrella Michelin por habitante, tiene en la gastronomía otro de sus grandes reclamos. Entre los protagonistas de esta cocina están los mejillones, pasando por los clásicos gofres, los bombones o la cerveza. Pero, además, entre los platos típicos está el stoemp, un puré de patata mezclado con verduras y tocino, y, por supuesto, el mosselen met frieten, mejillones cocidos y patatas fritas, considerada la comida nacional belga. Otro de los clásicos son las croquetas de queso y gambas, junto con stoofvlees o la carbonada flamenca, que es un estofado de carne y cerveza. El postre es otro imprescindible. Hay que saborear el auténtico gofre, o wafel en flamenco, que tiene su origen en la Edad Media, con un chupito de elixir de Amberes, reconocido como producto nacional en Bélgica, creado hace 160 años con hierbas medicinales, de ahí su esencia saludable y curativa. La base de este licor de 35° son 32 hierbas, siendo también la canela, el azafrán y el anís estrellado protagonistas.

Dónde comer: Las opciones para degustar la cocina típica de Flandes con una buena relación calidad y precio son numerosas. Entre estas alternativas está Paters Vaetje, uno de los bares más conocidos en los que si bien es una parada casi obligada para tomar una cerveza también es un buen sitio para comer siempre que encuentres mesa libre porque suele estar lleno. Por su singularidad, remarcada por una decoración en la que destacan las figuras de santos, y buena cocina destaca también Elfde Gebod, muy recomendado por los locales. Si tu fuerte es el pescado, tienes en Bia Mara, el lugar indicado en esta ciudad belga.

Qué no te puedes perder: En este diamante belga por descubrir que es Amberes, sólo pasear por su centro histórico o por los callejones de esta ciudad portuaria, como el de Vlaeykensgang, es todo un deleite. El corazón de la urbe, el Grote Markt, es una plaza emblemática que está rodeada de casas gremiales del siglo XVI y que tiene como principales reclamos el Ayuntamiento y la Fuente Brabo. Esta gran plaza, próximo al río Escalda, alberga el mercado navideño y una pista de hielo en los meses de invierno. Desde aquí se puede iniciar la ruta para conocer la gran estación, más parecida a una catedral por su cúpula y cristaleras, y la catedral de Nuestra Señora, la más grande de Bélgica, de estilo gótico y cuyo campanario está declarado Patrimonio de la Humanidad. Hay que conocer el barrio de los diamantes, conformado por varias calles principales peatonales en las que se concentran las joyerías y talleres en los que comprobar de primera mano los procesos que mueven esta industria. Los amantes de la pintura tienen una parada obligada en la Casa Museo de Rubens, Rubenshuis, que fue construida por el propio pintor y en la que pasó gran parte de su vida. Y quienes busquen disfrutar de las vistas y del patrimonio, el enclave ideal es el Castillo de Steen, que sirvió como fortaleza militar para impedir invasiones de los vikingos. Desde sus torres se inmortalizan las mejores vistas del puerto y del río. Y si se dispone de tiempo, hay que planificar una visita a Bruselas, con trenes que salen de forma continua, o a Gantes, la capital de Flandes.

Compras: En la maleta de vuelta no podrán faltar ni las famosas manos de Amberes, o serie de chocolates y galletas con forma de mano, ni los afamados bombones belgas. Pero además, también son reconocidos los encajes dada la tradición costurera de la que está considerada la capital de la moda en Bélgica debido a seis prestigiosos diseñadores que se graduaron en la Academia de la Moda a principios de los 80 y colocaron a esta ciudad en el mapa europeo de la moda. Y, por supuesto, las joyas que tienen en Diamondland la mayor joyería en la que se pueden encontrar piezas de gran valor a un precio asequible y que se ubica en Diamond Quarter, o barrio de los diamantes, muy cerca de la plaza Meir, que es la principal zona comercial. Para los apasionados de la Navidad, Amberes es uno de esos destinos para planificar una escapada para visitar sus famosos mercadillos.

Los paseos en bicicleta, en barco o los numerosos parques serán parte de los atractivos para viajar en familia. Pero, además, los más pequeños podrán disfrutar de Pirates Island, ubicado en un antiguo almacén que ha sido renovado para que sea todo un paraíso para los niños de dos a doce años. Otro de los reclamos es el parque Amberes en miniatura, con siete galerías que ofrecen espectáculos de luz y sonido. Y los amantes del fútbol podrán visitar el campo del Royal Antwerp Football Club o Amberes, que es el más antiguo de los clubes de fútbol profesionales de Bélgica.

Amberes es una ciudad que por su historia tiene muy concentrados sus principales reclamos culturales y patrimoniales en su centro histórico, de ahí que ir a pie es una buena opción, junto con alquilar una bicicleta para conocer los rincones de una urbe en la que cada calle y cada edificio son de postal. En media hora puedes recorrerla de punta a punta en bicicleta y con la tranquilidad que te aportan los carriles bicis que hay en toda la ciudad. Además, la red de transporte público te facilita la tarea. El tranvía, que funciona desde las 4.30 a la 1.00 horas, el bus y el metro, con billetes a tres euros que te permiten todos los transbordos durante la hora siguiente, hacen cómoda la visita.