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La situación empeoraba a pasos agigantados y era necesario pasar a la acción. Pero aunque la situación lo requería, era necesario poder justificarla completamente. Esto fue lo que llevó en la segunda mitad del mes de febrero de 2020 a los integrantes del CCAES y a los distintos comités de expertos a «buscar como locos información que nos hiciera entender si debíamos dar un paso más. Nos dimos cuenta de que no podíamos controlar la transmisión de la enfermedad y ya veíamos la saturación de algunos servicios hospitalarios«. Así recuerda el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) Fernando Simón la difícil situación vivida a principios del año pasado en una vídeo-entrevista al médico y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública Joan Carles March en su blog 'Coronavirus y Salud Pública'.
Simón ha relatado que ya en marzo las reuniones con el presidente del Gobierno y los distintos comités de expertos pasaron a ser diarias en vez de semanales y que entre los días 10 y 12 de aquel mes «vimos que había que conseguir toda la información que justificara la medida de confinar al país. La decisión la tomarían ellos (en el Ejecutivo), nosotros le teníamos que hablar sobre la conveniencia de que la gente no se juntara«. El epidemiógolo recuerda que salvo el reciente conflicto vivido con los controladores aéreos, »no se había declarado un estado de alarma creo que desde la Guerra Civil, y sabíamos que estábamos proponiendo algo muy duro. Son situaciones que dices 'joder, hay que declarar un estado de alarma para que la gente se quede en su casa y no pueda salir«.
Durante la charla, Fernando Simón insiste en que era conscientes de la gravedad de la situación y de la importancia de determinar medidas acorde, pero también de la relevancia de sus decisiones: «Es muy duro... Tienes la información de lo que pasa y de lo que hay en otros países y dices 'si no lo hacemos, vamos a tener una pandemia de verdad, y al final la tuvimos'.Tienes dudas, pero por otro lado están los datos que dicen que o hacemos algo drástico o nos vamos a la porra«, admite. El experto destaca que su misión era proponer posibles opciones para afrontar el avance de la enfemedad pero que la responsabilidad sobre qué hacer recae en última instancia en el Ejecutivo: «No soy yo quien tiene que decidir si hay que cerrar, bloquear o confinar. el país. Me sorprendió la serenidad con la que se tomó la decisión, fue un ejercicio de responsabilidad. Recuerdo el aplomo con el que el presidente (Pedro Sánchez) hizo el anuncio«, asegura.
Por ejemplo, entre los elementos que tuvieron para dibujar el complicadísimo escenario que se vivía en España el año pasado, Simón destacó que contaban con el modelo del Imperial College de Londres, que preveía medio millón de muertos en España para el verano. Reconoce que tuvieron dudas porque al principio «era muy difícil valorar el riesgo que suponía» (el coronavirus). Sin embargo, razona cuál fue el detonante que provocó la reacción: «Hubo un cambio como de la noche al día cuando Italia notificó 263 casos en un solo día en vez de dos o tres como hasta entonces. A partir de ahí estaba claro que los riesgos eran diferentes y que había que afrontarlo de otra manera», sentenció.
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