EFE | VÍDEO: EP

España acuerda suspender la vacunación con AstraZeneca entre menores de 60 años

Sanidad y las comunidades autónomas deciden limitar el suero de Oxford a personas de entre 60 y 65 años después de que Europa incorporase los trombos como efectos secundarios «muy raros»

Jueves, 8 de abril 2021, 00:45

La estrategia de vacunación dio ayer un vuelco en cuestión de horas. España decidió reservar las dosis de AstraZeneca a mayores de 60 años. Se trata de un cambio radical: la administración del fármaco desarrollado por la Universidad de Oxford estaba hasta hace semanas limitada a menores de 56 años. Luego se amplió a personas de entre 56 y 65. Ahora, después de una nueva investigación sobre decenas de casos de trombos entre vacunados con el suero británico, el Consejo Interterritorial, no sin fisuras, acordó que sólo los mayores de 60 años recibirán esta vacuna. Sanidad entiende que, una vez demostrado el vínculo de estos accidentes (la mayoría cerebrales) con el inyectable de Oxford, los beneficios de AstraZeneca superan a los riesgos sobre todo en grupos de edad avanzada, los más vulnerables al coronavirus. El resto será inmunizado con dosis de otras marcas.

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Algunas comunidades, como Andalucía, aceptaron enseguida la propuesta de Sanidad y suspendieron la campaña entre menores de 60 años. La Junta sólo inoculará esta profilaxis a personas de entre 60 y 65 años, aunque estudiará en los próximos días ampliar este grupo de edad hasta los 70. Otras regiones, como Madrid, acogieron con reticencia la nueva estrategia del Gobierno. El debate se produjo después de que la Unión Europea reafirmara su apoyo a AstraZeneca pero reconociera los trombos como efectos secundarios «muy raros». Falta saber qué ocurrirá con los menores de 60 años que ya han recibido la primera dosis, aunque el protocolo habitual consiste en mantener programada la segunda dosis en caso de que no se hayan detectado efectos tras la primera.

Pese a que varios países europeos, entre ellos España, han documentado hasta 228 episodios de trombos (169 cerebrales y 59 abdominales), la conclusión de Europa sigue intacta: los beneficios del fármaco superan con creces cualquier posible riesgo. Así lo considera la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), aunque admite que existen «vínculos» entre las embolias notificadas y el suero británico. Tras analizar los episodios reportados por las autoridades sanitarias, la EMA reconoció ayer que los coágulos de sangre deben ser incorporados como efectos secundarios poco frecuentes de la vacuna, pero instó a los gobiernos a continuar con su uso.

La pelota pasaba entonces al tejado de cada país, que debe decidir a quién inocula la vacuna. España fue uno de los primeros en reaccionar vetando AstraZeneca a menores de 60 años. Europa no termina de confirmar posibles factores de riesgo por edad o género, aunque la mayoría de accidentes trombóticos se han desatado en mujeres menores de 60 años. La EMA no quiere ni oír hablar de una nueva suspensión total de la vacunación con AstraZeneca, circunstancia que obstaculizaría los planes europeos de inmunidad, ya de por sí retrasados en comparación con países como Estados Unidos, Israel o Reino Unido. Por eso la directora ejecutiva del regulador europeo, Emer Cooke, desplegó ayer su contundencia para recordar que la vacunación es «extremadamente importante» e insistir en que el fármaco anglosueco «es altamente efectivo para salvar vidas». Sobre los trombos, Cooke mantiene que el riesgo de mortalidad por Covid-19 «es mucho mayor que la mortalidad por estos efectos secundarios muy raros».

El enésimo análisis del Comité de Evaluación de Riesgos de Farmacovigilancia de la EMA coincidió con un aumento de las tensiones entre comunidades autónomas en España. Castilla y León paró la vacunación con AstraZeneca antes de conocer las conclusiones de Europa «en aplicación del principio de precaución», una decisión que cayó como un jarro de agua fría en el Gobierno de Pedro Sánchez. Su vicepresidenta, Carmen Calvo, trató de poner orden con un llamamiento «a la lealtad» hacia el interés general: «Ahora es momento de avanzar en la vacunación contra como el mejor puente de recuperación económica y social». El aviso se producía horas después de conocer que Madrid contactó por su cuenta con proveedores de la vacuna rusa Sputnik. La vicepresidenta incidió en que los detalles de la campaña de vacunación se acuerdan en el Consejo Interterritorial que forman el Ministerio de Sanidad y los gobiernos regionales.

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Pero la petición de Calvo no apaciguó el fuego político. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, que durante la pandemia se ha mostrado más prudente que sus homólogos del PP, hasta el punto de marcar distancias con Isabel Díaz Ayuso, advirtió de que también intentará comprar dosis por su cuenta «si no se soluciona el ritmo de vacunación», aunque dejó claro que la prioridad sigue siendo la adquisición centralizada y coordinada desde la Unión Europea «por una cuestión de economía de escala». Andalucía abre así la puerta a negociar de forma unilateral con las farmacéuticas «por la salud de nuestros administrados». También Ximo Puig, presidente de la Generalitat Valenciana, admitió haberse puesto en contacto con representantes de distintas farmacéuticas.

La gestión de la vacunación no es objeto de debate sólo en España. El dictamen de la EMA se produjo horas después de que Reino Unido, principal impulsor de AstraZeneca, desaconsejara su uso entre menores de treinta años al entender que en estos casos la balanza entre riesgos y beneficios se equilibra. La profilaxis de Oxford, más cuestionada que nunca, estaba siendo ensayada en niños, aunque el estudio se ha suspendido de forma cautelar.

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En medio de este escenario, Sanidad reculó en la ley recién aprobada que impone el uso de mascarillas en espacios públicos y en cualquier situación, incluso estando solo al aire libre. La ministra Carolina Darias anunció que ha propuesto a las comunidades autónomas que la mascarilla no sea obligatoria en la playa y otros espacios naturales al aire libre durante el baño, la práctica del deporte y los momentos de descanso en lugares fijos, como al tomar el sol, siempre que se mantenga la distancia de seguridad de un metro y medio con otras personas. En su borrador, Sanidad especifica que sí habrá que llevarla en paseos por la playa o el campo.

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