El Málaga se juega la vida (primera parte)

Porque a priori parecen muchos los partidos que todavía quedan en el calendario, pero las cuentas ya comienzan a no salir. Mel es muy consciente de ello y queda conocer, en función de su rendimiento esta noche en el terreno de juego, si también lo son los futbolistas. Con sólo 10 puntos, con una proyección que invita a pensar en más de medio centenar para asegurar la permanencia –la clave radica en que los de arriba tampoco mantienen una regularidad en victorias– y con tres aspirantes claros al ascenso en el programa en la recta final de este nefasto 2022, el Málaga tendría que ganar más de la mitad de sus compromisos en la segunda vuelta de fallar esta noche ante el Zaragoza y/o la semana próxima en casa contra la Ponferradina. Vamos, que tendría que firmar una segunda parte de la Liga como si peleara por subir cuando el objetivo sería no bajar.

El Málaga se juega la vida. Y ya no valen excusas. Sí, la planificación ha sido calamitosa, las carencias son muy evidentes, el desequilibrio en la plantilla es mayúsculo, las consecuencias anímicas de tanto resultado adverso han tenido un efecto devastador...  Pero, con ser tantos y tan claros los obstáculos, tampoco han estado a la altura ni el entrenador (el anterior y el actual) ni los jugadores (sean cuales sean su estatus y su demarcación en el campo). El nivel ofrecido hasta el momento ha sido paupérrimo y ha desembocado en una calle que puede quedarse esta noche sin salida. O el equipo da la cara y la talla en La Romareda o tendrá muy pocas opciones de salir de ahí. Ni siquiera lo sacaría de pobre un mísero empate.

El Málaga se enfrenta al que desde que bajó a Segunda ha sido su espejo, ese Zaragoza con un historial de solera que un año tras año se ha eternizado en la categoría hasta encadenar una decena de temporadas. Yahora es también un espejo ese Zaragoza que hace dos campañas trataba de pelear en estas fechas por llegar a la orilla mientras no cesaba de dar brazadas en pleno océano, guiado por otro entrenador curtido en mil batallas, Juan Ignacio Martínez. A día de hoy el paralelismo entre ambos conjuntos es total desde el punto de vista deportivo, aunque en la capital aragonesa han sido incluso más drásticos: junto al cambio de entrenador (de Juan Carlos Carcedo a Fran Escribá) se ha producido la destitución del director deportivo.

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Sin N'Diaye ni Ramón en la medular (ambos por lesión), el Málaga visita a un rival  en una situación muy apurada por su falta de gol, aunque sí conviene incidir en que genera ocasiones y que está capacitado para ponerlo en aprietos si la contención blanquiazul no  es eficaz. El equipo de Mel deberá corregir sus terribles males defensivos, pero el empate no es suficiente, así que deberá mejorar considerablemente su producción ofensiva para este primer partido de los dos consecutivos en los que se juega la vida. Puede parecer prematuro, pero un elevadísimo porcentaje del futuro del Málaga Club de Fútbol pasa por este 19 de noviembre. Encima, a primera hora de la tarde se miden entre sí los dos conjuntos que completan la terna de rivales situados seis puntos por encima, la Ponferradina y el Oviedo. Por eso sólo vale ganar.