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Luis Muñoz y los técnicos del Málaga celebran el 2-0 frente al Rayo con gran efusividad. SALVADOR SALAS
El triunfo libera al vestuario del Málaga

El triunfo libera al vestuario del Málaga

Los jugadores reciben un chute de confianza tras la buena imagen ofrecida ante el Rayo y demostrar capacidad de reacción: nunca han sumado más de dos derrotas seguidas

Lunes, 22 de febrero 2021, 23:28

Los jugadores y técnicos del Málaga sintieron el pasado domingo una profunda liberación tras ganar al Rayo Vallecano en La Rosaleda. Por cortar una mala racha de resultados y volver a ganar en su estadio cuatro meses después. Además de por haber conseguido ejecutar una actuación casi perfecta; impecable. Muchas razones para la satisfacción después de varias semanas sin demasiados frutos a actuaciones como la de Gijón, ante el Sporting, donde tuvieron que encajar una derrota desoladora.

El portero malaguista, Dani Barrio, definió el sentimiento general como un «alivio», sobre todo por dar esa imagen en La Rosaleda. «Por fin ganamos en casa. Encima con la portería a cero contra un equipo con una gran capacidad ofensiva como el Rayo. Estamos muy contentos, creo que era merecido desde hace tiempo», reflexionó Barrio, quien reconoció momentos duros en las derrotas anteriores. «Trabajamos bien, tanto fuera como en casa, pero las cosas no salían. Los tres puntos nos sirven para respirar y para seguir en esta línea», animó el guardameta, que se mostró de nuevo seguro y solvente, a pesar de que los nervios se dispararon en los últimos minutos del encuentro. «Quedaban cinco minutos y cada vez entraban más delanteros. Solo queríamos que terminara el partido porque el tiempo parecía que no pasaba», compartió.

Como el meta, otros compañeros también mostraron su satisfacción a través de sus perfiles en redes sociales. «¡Alegría plena! Se ganó, y en La Rosaleda», valoró Chavarría. Por su parte, otro de los puntales del equipo, Rahmani, tituló con su eslogan personal, una forma de decir que nada es imposible: «Creer, luchar y ¿why not? (¿por qué no?». El canterano Ismael Casas, protagonista con su centro en el gol de Luis Muñoz, opinó que fue una «importantísima victoria en casa». «Peleando como lo hicimos ante el Rayo seguirán llegando los buenos resultados», vaticinó.

Varios instantes de las celebraciones del Málaga en sus dos goles contra el Rayo. SALVADOR SALAS
Imagen principal - Varios instantes de las celebraciones del Málaga en sus dos goles contra el Rayo.
Imagen secundaria 1 - Varios instantes de las celebraciones del Málaga en sus dos goles contra el Rayo.
Imagen secundaria 2 - Varios instantes de las celebraciones del Málaga en sus dos goles contra el Rayo.

La muestra de alegría más efusiva y personal fue la del malagueño Joaquín. Logró marcar por primera vez en el estadio blanquiazul, ese al que acudió con fascinación en sus primeros años de vida. «Es un sueño cumplido. Venía desde chiquito al campo y no veía el momento de marcar un gol aquí. Se me paró el corazón. Imagina si el campo hubiera estado lleno. Aún así estamos muy contentos», expresó el extremo, que además pudo cumplir con su promesa y dedicarle el tanto a sus padres.

Pueden seguir presumiendo de no haber encadenado más de dos derrotas consecutivas en la actual campaña

«Qué bonito volver a ganar en La Rosaleda. Enorme el esfuerzo del equipo, esta es la línea a seguir», opinó el central Juande. Por todos estos ingredientes, la victoria ante el Rayo no fue una más. Casi todas las cosas que se plantearon salieron bien, para sorpresa del rival, que se vio condicionado por el vendaval que propusieron los malaguistas en los primeros minutos, y el equipo disfrutó sobre el césped de su feudo, algo que pocas veces ocurrió esta temporada. No fue menos importante que los jugadores blanquiazules se vieran superiores a nivel físico y se animaran a pisar un poco más el acelerador. Ese despliegue físico fue también una de las claves. Y supone un chute de confianza para los siguientes partidos, algo que los técnicos querrán aprovechar para enganchar una buena racha.

Reacciones a tiempo

Además, este triunfo supone una nueva demostración de que el grupo se levanta de todos los golpes que ha ido sufriendo este curso. Fueron crueles las últimas derrotas ante Zaragoza y Sporting, pero otra vez cortaron de raíz una posible sangría y no concedieron un tercer asalto perdido. De esta manera pueden seguir presumiendo de no haber encadenado más de dos derrotas consecutivas en la actual campaña. Y el contador de puntos para la permanencia sigue descontando. Con el objetivo de alcanzar los 50 puntos, al Málaga le quedarían 16 más por sumar a también 16 jornadas para acabar la Liga.

Aunque que este año se prevé una salvación con menos puntos por la gran cantidad de victorias de los equipos de cabeza. De igual forma, la positiva experiencia frente al Rayo aviva la ambición del equipo, que tendrá su siguiente prueba del algodón ante el Mirandés, el próximo lunes. Como aún se vislumbra con tiempo, la plantilla tuvo ayer y tiene hoy descanso. Volverán al trabajo mañana miércoles.

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