Okazaki, tres veces mundialista y héroe en Leicester

Suceda ya lo que suceda, Shinji Okazaki podrá presumir de carrera futbolística ante sus nietos. A sus 33 años, el Málaga ha fichado a un delantero presente en tres fases finales de un Mundial, los últimos en celebrarse (con goles ante Dinamarca en 2010 y Colombia en 2014) y se enorgullece del milagro deportivo vivido en Leicester en la campaña 2015-16. En los tiempos actuales está catalogada con la mayor sorpresa a nivel de clubes, máxime en un torneo de la regularidad: los 'foxies' ganaron la Premier League en una descomunal temporada, que se sumó al fracaso de todos los favoritos.

Y Okazaki tuvo mucho que ver en aquella gesta, aunque quizás sus cifras realizadoras entonces (cinco goles, uno muy recordado de chilena ante el Newcastle, y dos asistencias) no lo denoten. Fue titular en 26 de las 38 jornadas, y suplente en otras ocho. Es decir, que sólo se perdió dos citas y estuvo en el once de gala, situado por detrás de Vardy y en una posición más centrada que el argelino Mahrez, los dos hombres que se llevaron casi todos los elogios. Pero el técnico, Claudio Ranieri, siempre valoró en su justa medida la labor sorda del nipón abriendo huecos y generando espacios para los otros.

A sus 30 años fue la mejor versión de Okazaki, que luego perdió ascendiente en el Leicester al tiempo que se desmembraba aquella plantilla histórica. En la última campaña sus minutos ligueros se redujeron a un total de 269. Sólo en dos encuentros disputó más de veinte y se convirtió en un suplente habitual para los instantes finales de los encuentros. Acababa contrato,como el lateral derecho Simpson, y la entidad no les renovó.

Su rol sacrificado en los clubes europeos por los que ha pasado (el Stuttgart y el Mainz, en Alemania, y, sobre todo, el Leicester) contrasta con su papel estelar con Japón, donde sus números hacen historia, con medio centenar de goles con la selección (tres 'hat-tricks') y una popularidad que apenas le permite moverse con tranquilidad por la calle.