El rompecabezas de la Copa para el Málaga

La exigencia del último mes de competición, con hasta cinco encuentros de Liga en poco más de dos semanas, ha hecho mella en la plantilla más corta de la categoría (debido a la sanción de LaLiga sólo cuenta con 18 plazas profesionales por el momento). Y aunque a base de resultados y tirando de la cantera el club intenta demostrar y autoexigirse que no es menos que nadie, esta desventaja se nota a la mínima ocasión en la que coinciden más de dos jugadores con ficha profesional en la enfermería.

La presión sobre el cuerpo técnico aumenta, y este pasa de pensar estrictamente en cómo hacer daño al rival a ver condicionadas sus ideas de juego a un limitado número de recursos. Con poco margen ya para el encuentro de mañana, jugadores como Juande, Jozabed y Calero (este, con el ligamento cruzado roto), tienen muy difícil llegar. Aunque haya muchos jugadores del filial alrededor del primer equipo (en cada entrenamiento llegan a ser de diez a doce), durante los partidos sólo se puede emplear a un máximo de cuatro, como estipula el reglamento.

Y eso, en casos extremos, ya que supone un alto riesgo (siempre tiene que haber un mínimo de siete profesionales en el campo), por lo que lo normal, como ya se dio en el partido contra el Almería del pasado domingo, es que jueguen un máximo de tres canteranos a la vez (estos fueron Ramón, Ismael y Cristo). Esto resta muchas opciones a Pellicer, que tendrá que alinear a jugadores con los que hubiera preferido no contar para poder darles descanso y recuperarse de sus molestias, causadas principalmente por el ritmo de partidos. Es un asunto que el técnico malaguista ya puso sobre la mesa en su comparecencia del sábado pasado, cuando criticó y pidió mayor empatía a los dirigentes encargados de fijar el calendario.

Este permanente estrés explica que los responsables del plantel malaguista intenten hacer constantes cambios durante los partidos y que algunos que en una circunstancia normal serían titulares tomen algo de respiro en el banquillo, como pasó en la última jornada liguera con Chavarría, que no salió desde el inicio y saltó más tarde para jugar algo menos de media hora.

En su lugar, Caye Quintana aprovechó su tiempo para rendir también a un buen nivel como titular tras varias jornadas al margen entre una lesión y una sanción. Todo lo anterior sirve para entender que el Málaga no presentará demasiadas caras nuevas ante el Coruxo.Quizás, los canteranos Hicham, Quintana, Juan Cruz, Julio o Larrubia tengan opciones de jugar, pero siempre que se haya conformado un once fijo con las suficientes fichas profesionales.

Y en este caso, las novedades que se podrían dar serían la vuelta de Jairo y Rahmani, y la alternativa en punta de Orlando Sá, que de los tres delanteros de la plantilla es el que menos ha jugado por el momento. También será una limitación la peculiaridad del desplazamiento de Copa, para el que el club ha tenido que contratar un vuelo chárter donde las plazas están contadas y la convocatoria será justa, de 18 jugadores.

En resumen, se esperan rotaciones limitadas, también porque Pellicer ha dejado claro, tanto de puertas hacia fuera como de puertas para adentro, que no piensa «tirar la Copa» y perder a las primeras de cambio. Como ya expresó cuando se conoció el emparejamiento, el castellonense entiende que es una ilusión más para la afición. También pesa el hecho de romper con el maleficio del club en esta competición del K. O., en la que no pasa de la primera ronda desde la temporada 2014-2015.