El paso adelante de Ramón

Borja Gutiérrez

Sábado, 14 de noviembre 2020 | Actualizado 12/12/2020 15:54h.

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Ramón ya es una realidad en el primer equipo del Málaga. Cada año, en el club blanquiazul aparece un canterano que rompe el cascarón, y esta temporada es la del paso adelante del centrocampista granadino. Ya es presente malaguista y se ha hecho con un hueco en la pizarra de Pellicer. Es el canterano con más minutos jugados con una amplia diferencia. Y es el séptimo jugador de la plantilla que más ha participado junto a Matos. En total, 681 minutos en nueve partidos, en los cuáles fue titular en ocho ocasiones. Y aunque sólo ha completado dos encuentros, en los que fue sustituido lo hizo en el tramo final de los partidos.

Pero detrás de esos simples datos hay mucho más. Se esconde un crecimiento exponencial a todos los niveles. Una transformación en su juego y en su físico que ha sorprendido al propio cuerpo técnico, el mismo que ha trabajado insistentemente con el jugador para adaptar su clase y talento al carácter competitivo y agresivo que pretende imprimir Pellicer en el equipo. Ramón, que desde su lesión en el hombro empezó a poner más énfasis aún en el trabajo físico y en la nutrición (incluso se plantea estudiar esta rama a nivel profesional), ha recorrido una mejora que le ha permitido rendir al nivel que está desplegando actualmente y le ha convertido en un fijo para el entrenador. Desde la victoria ante el Zaragoza, Ramón ha sido titular en todos partidos siguientes, pasando por encima de jugadores como Cristian.

Precisamente en Zaragoza, donde uno de sus mejores amigos en el equipo, Ismael, destacó el curso pasado, Ramón lo hizo esta temporada con un encuentro sobresaliente. Ese fue el punto de inflexión para que el cuerpo técnico depositara fe ciega en él. Una confianza que está correspondiendo con creces. Es cierto que el 'pelotazo' lo ofreció ante el Castellón, donde marcó uno de los goles de la temporada en la categoría. Pero en Zaragoza, aunque fuese menos vistoso a simple vista, Ramón completó una actuación clave que abrió los ojos del cuerpo técnico.

Ramón no ha abierto la puerta del primer equipo con una patada, sino que lo ha hecho girando la llave con clase y talante, una 'rara avis' en perfiles de su edad. Se concentró en empaparse de los conceptos que Pellicer y los suyos le transmitían, y ha conseguido incorporarlos a su repertorio. Ha pasado de ser un medio centro que mima la pelota y juega con mucho control y seguridad, a jugar a una velocidad más y aportar pases hacia adelante para romper líneas. Así lo hizo contra el Zaragoza buscando el desmarque de Chavarría, que acabó dándole un pase a placer a Caye Quintana para marcar.

Y ha ganado muchos enteros en el juego oscuro, sin balón. A nivel defensivo ha afilado el colmillo y perfeccionado su presión. Si se hace un repaso a sus partidos de esta temporada, se ve su evolución a simple vista. De tener que ver una amarilla por llegar tarde en la segunda jornada a anticiparse y cortar contragolpes con elegancia, sin amonestación. Yendo incluso a presionar hasta la línea de fondo del rival. Un buen trabajo de formación de los técnicos, pero sobre todo un gran mérito del jugador para aplicarse: ser autocrítico y mirar hacia lo más alto, fijándose en cómo son los centrocampistas que hoy en día juegan en la élite mundial. Todos tienen calidad, pero también garra y mucha competitividad. También está recibiendo la ayuda y ejemplo de Luis Muñoz, que ha pasado de ser casi un descarte a capitán del equipo y clave en el esquema. Otra referencia, más cercana por edad, está en su otro amigo Juande, que ya cuenta con ficha de profesional.

Con este progreso, es evidente que Ramón ha despertado la atención de muchos más que ya le seguían de cerca. No hay que olvidar que también era un fijo en las categorías inferiores de la selección. Sin duda, es una de las apariciones de su generación en la categoría, por lo que las llamadas a su entorno se suceden. Pero el futbolista, principalmente, y los que lo rodean creen en el proyecto del Málaga como el mejor para seguir puliendo su potencial, según pudo saber este medio, que confirmó también el interés del club malaguista por seguir explotando una veta que puede seguir ofreciendo un rendimiento aún mayor en el equipo.

Pero nadie es ajeno a los movimientos de mercado y este tipo de rendimientos van de la mano de una próxima revisión de contrato. Aunque Ramón tiene un compromiso hasta junio de 2022, cuenta con una cláusula por objetivos deportivos que le van a llevar próximamente, según pudo saber este periódico, de vuelta a las oficinas de La Rosaleda, donde la voluntad de las partes es seguir juntos por el momento.

Mientras tanto, si alcanza los 15 partidos (lleva 14) con el primer equipo, jugando más de 45 minutos en cada uno de ellos, ampliará automáticamente hasta 2024. Algo parecido como los últimos casos de Juande, Ismael o Cristo, y un blindaje aún mayor en forma de cláusula de rescisión (6 millones en Segunda y el doble en Primera). Pero en principio no podría ser profesional por la falta de fichas libres. Además, su edad -primer año sénior- le permite aún jugar con ficha del filial más tiempo, sin que su contrato compute en el límite salarial de LaLiga.

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