Escassi (centro), baja obligada por sanción esta tarde, sonríe con sus compañeros durante el entrenamiento del viernes. mariano pozo
Hoy, a las 18.15 horas

El Málaga, ya sin excusas: ganar sí o sí

Visita al modesto Amorebieta obligado a poner fin a su pésima racha de resultados y a su pobre imagen a domicilio para mantener a raya a los rivales por la permanencia

Domingo, 6 de marzo 2022, 00:29

De San Mamés a Lezama. Hace hoy exactamente diez años y quince días el Málaga, ilusionado ante el hito de acceder a la Champions, sufrió ... un batacazo en  la vieja 'catedral' que casi le costó quedar descartado. En menos de cuatro minutos comprobó en su carnes cómo se las gastaba el Athletic y encajó un 3-0 que lo relegó a la novena plaza. Después remontó gracias a 27 puntos en las 14 jornadas restantes (con ocho victorias) y acabó cuarto. Ahora, una década después, el equipo blanquiazul va a jugar esta tarde (18.15 horas) en la ciudad deportiva del histórico club bilbaíno; frente al rival homónimo del primer goleador en aquella cita, Amorebieta; contra un equipo que tiene en sus filas precisamente al autor del segundo tanto entonces, San José, y con la necesidad de ganar para no meterse ya de lleno en la pelea por la permanencia en Segunda. Eso sí, el Burgos le hizo ayer un favor al vencer en Fuenlabrada.

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Siempre con el respeto que merece un equipo que se ganó a pulso competir en categoría profesional y que defiende su plaza con una dignidad encomiable, un Amorebieta-Málaga le habría sonado hace no tanto al aficionado malaguista como a partido de Copa. Sin embargo, el desenlace del duelo de la primera vuelta –el comienzo del declive del equipo blanquiazul en La Rosaleda– obliga a extremar la cautela. Y sin olvidar además la bochornosa imagen mostrada por el equipo blanquiazul en Cartagena, Burgos, Miranda de Ebro o, en la foto más reciente, en San Sebastián frente al filial de la Real Sociedad.

La baja de Escassi, único medio de contención disponible en la plantilla, es demasiado relevante ante un rival que apuesta por el fútbol directo

Natxo González debe acertar en la fórmula para blindarse en el juego por alto y también en el área ante los centros laterales

Pero el Málaga (y Natxo González) ya no tiene excusas: hay que ganar sí o sí. Ni siquiera vale apelar a la crucial baja por sanción de Escassi, único medio de contención disponible en la primera plantilla, frente a un rival que apuesta por el juego directo. Natxo González debe acertar en su plan para blindarse en el juego aéreo –sobre todo, en los envíos del Amorebieta para superar el centro del campo, donde la ausencia del paleño es un notorio contratiempo–, pero también para neutralizar uno de los principales argumentos ofensivos, los servicios desde las bandas por parte de sus 'carrileros', Larrazabal y Andoni López (este último le ha arrebatado el puesto a Seguín en la izquierda desde su llegada en el mercado invernal procedente del Logroñés).

Exigencia física... y mental

Desde luego, más allá de sistemas o estilos de juego, el Málaga afronta en Lezama una cita de exigencia física, pero también mental. Ya no es sólo que el interminable rosario de partidos sin ganar haya tenido (y tenga) un efecto anímico demoledor en los futbolistas. El rival va a imponer un ritmo alto desde el principio, va a salir a morder (consciente de que el tren sólo pasa una vez) y pondrá muy alto el listón de la intensidad desde el primer minuto. El equipo ni puede ni debe ampararse en una supuesta superioridad (por otro lado, no tan evidente), sino apretar los dientes y asumir que le va la vida en este envite.

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Obviamente, el Amorebieta también presenta defectos. Es un equipo que rara vez marca más de un gol (aunque de las últimas 26 jornadas ha visto puerta en 23), que va a menos conforme avanzan los partidos, que no es muy fiable al defender a balón parado, que comete errores infantiles en momentos determinados y que, al apostar por un 3-5-2, su debilidad (igual que gran parte de su capacidad ofensiva) se centra en las bandas. Claro que, por encima de todo, con o sin Escassi, con un sistema u otro, con o sin refuerzos de invierno en su once, con uno u otro delantero centro, el Málaga sólo saldrá victorioso en Lezama con la actitud adecuada. Ya no tiene excusas: hay que ganar sí o sí.

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