Pellicer encuentra la fórmula en el éxito con el Málaga

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Pellicer ya demostró después del triunfo por la mínima ante el San Fernando que estaba contento por el triunfo, pero poco más. La permanente autocrítica del técnico está facilitando la corrección de algunos problemas, como se observa en los últimos partidos. Al equipo le está costando, pero la apuesta por lo práctico es el único camino hacia una estabilidad imprescindible en una temporada tan larga. De hecho, el Málaga venció al San Fernando sin gran brillantez y con muchas dificultades para mantener un largo periodo de tiempo el control del juego. Pero el equipo estuvo desacertado arriba, pues, de lo contrario, habría goleado claramente en La Rosaleda.

El insistente trabajo y el inconformismo de Pellicer sigue allanando el camino para un equipo que llegaba a Primera RFEF muy temeroso por el desconocimiento general que existe de esta categoría. Pero el técnico ha unido a esa implacable labor de preparación de los partidos su gestión de la plantilla, ha transmitido la idea de que no existen ni titulares ni suplentes, si bien utiliza ya a un bloque muy definido. Para ello les ofrece minutos a casi todos los jugadores, haciendo siempre retoques en las alineaciones, lo que le permite garantizar la continuidad del juego ofreciendo oportunidades a otros jugadores.

Todo ello aderezado por el permanente discurso moderado que ofrece al entrenador una cierta ventaja a la hora de trabajar con más calma y perspectiva. Porque sobre el terreno de juego, Pellicer sigue apostando por una fórmula convencional, por el clásico 4-4-2 o alguna variante del mismo, siempre con cuatro defensas. Este sistema, con Genaro por delante de la zaga, está calando de una forma satisfactoria. Aunque la brillantez va variando, es previsible que el Málaga alcance una mayor regularidad en su juego con el paso de las jornadas, a medida que la compenetración de los futbolistas vaya a más.

Y todo ello ha derivado en una mayor solidez defensiva, que era clave desde el comienzo para asentarse en esta categoría y disponer de opciones de situarse en la zona alta de la clasificación. Los minutos sin recibir goles corroboran esta mejoría, que afecta de una forma directa a todo el bloque y no al trabajo de los centrales o laterales. Con el mismo sistema, sólo con algunos retoques para adaptarse a los rivales o las circunstancias de los partidos. Los titulares y los reservas que saltan al campo utilizan la misma fórmula, pese a que las sustituciones, por ejemplo, no encontraran el domingo anterior todo el efecto pretendido.

Pellicer, asimismo, siempre insiste en que cualquier método o plan nunca funcionaría sin el compromiso de los futbolistas, que es algo que se está dando ahora en el Málaga de una forma evidente. El sacrificio de todos los jugadores es una constante en los partidos, en cada minuto de todos ellos sobre el terreno de juego. Es una baza fundamental y que permite que la intensidad y el ritmo de juego sean máximos en todo momento.

El cóctel general, después de una planificación que está dando los frutos pretendidos por Loren Juarros, lleva al crecimiento del equipo, que era el primer objetivo. Las incógnitas eran importantes durante el verano en relación a cómo podía responder el equipo blanquiazul con sus numerosos fichajes y un bloque similar, la mitad de la plantilla, procedente de la cantera. Y la evolución está siendo hasta ahora muy positiva, con una participación destacada de los jóvenes procedentes de La Academia, fundamentalmente los que se marcharon cedidos la campaña anterior y ahora han regresado.