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Se habla de los cinco triunfos seguidos, lo que el Málaga no conseguía en la Liga desde finales de la temporada 2018-19, o ... de la segunda plaza clasificatoria. Se apunta como un dato positivo la estabilidad en las alineaciones, con mínimos retoques de un partido para otro, y un sistema de juego definido. Y, sin embargo, pasa más inadvertida otro dato del equipo, el de minutos imbatido, que son ya 347 (casi el total de cuatro partidos).
Sobre esa racha de imbatibilidad de Alfonso Herrero se ha disparado el Málaga tras la derrota inicial en Castalia (2-1), que pareció colocar negros nubarrones sobre el proyecto deportivo. El tropiezo ha quedado casi olvidado a base de protegerse mejor en defensa. Las porterías a cero han sido el resultado añadido de un mejor trabajo colectivo en una categoría menos exigente.
El Málaga no encaja un gol desde el inicio de su salida a Mallorca (minuto 13) para medirse al Atlético Baleares (1-2), aquel cabezazo de Villapalos a balón parado, en una acción mal defendida por su par, Juande. Desde entonces, en el resto de aquel encuentro y en los duelos ante el Granada B (3-0), el Linares (0-1) y el San Fernando (1-0) el Málaga ha podido dar valor a sus dianas, que ya siempre han significado victorias.
Ha vuelto el modelo de la primera etapa de Pellicer al frente de la plantilla malaguista, entonces en Segunda pero también con estrecheces económicas, en la que el 1-0 o el 0-1 eran un resultado muy habitual en partidos, sobre todo los jugados a domicilio, con un desarrollo muy cerrado, con pocas acciones de peligro en las áreas. No fue el caso del 1-0 del domingo, porque el Málaga dispuso de muy buenas oportunidades (entre ellas, varios mano a mano ante el portero Fuoli) para ampliar diferencia.
347
minutos lleva el Málaga imbatido, desde el gol de Villapalos (Atlético Baleares) al inicio de la tercera jornada liguera
Pero lo más importante es ese oficio, esa sensación de seguridad, de manejo de la situación, que transmite ahora el equipo una vez que se coloca por delante en el marcador, como se percibió tras el gol de Roberto en Linarejos y el de Kevin al San Fernando. Aunque el Málaga acabó encerrándose algo en los minutos finales el domingo, empujado posiblemente por sustituciones que también le llevaron a recular, apenas hubo ocasiones claras del rival. Alfonso Herrero no se vio apurado, como en Linares. El meta toledano ha sido también uno los fichajes clave de verano, si no el más importante, y transmite seguridad, más allá de alguna vacilación en determinadas salidas. Fogueado en Segunda, aceptó con gusto la apuesta de bajar un escalón y puede ser un elemento clave en las esperanza de ascenso.
De momento son 347 minutos y el Málaga desea que el domingo por la noche la serie se haya prolongado a 437 si el Málaga no recibe goles en el Nuevo Colombino. Más allá de la amenaza del Recreativo de Huelva, el cuadro de La Rosaleda es ahora el segundo equipo menos goleado del grupo 2 de Primera RFEF, sólo por detrás del Ceuta (dos tantos) e igualado con el Ibiza, este con un partido menos.
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