Paso atrás del Málaga, que vuelve a fallar y empata en La Rosaleda (0-0)

El punto tiene, de entrada, un sabor amargo, pues el encuentro se presentaba propicio, pese a la igualdad y las dificultades de la categoría. El Málaga llevó peligro a la meta visitante, pero careció de acierto y pegada, lo que le impidió conseguir un gol que le hubiera permitido mantener el pulso con los rivales que se están mostrando más fuertes. El equipo se atasca en casa cuando necesita crear juego y, sobre todo, rematar las acciones con goles. Llegaron las ocasiones, algunas relativamente claras, pero la puntería brilló por su ausencia.

Necesita mejorar y reaccionar en casa de una forma inmediata, antes del mercado invernal, pues está dejando que se marchen demasiados puntos cruciales y que al final pueden ser decisivos para lograr su objetivo de ascender, de regresar a Segunda de inmediato. Mientras tanto, la solución debe encontrarla de nuevo el equipo en los partidos de fuera, que se presentan como la principal esperanza para que las cuentas sigan saliendo a estas alturas del campeonato.

Pellicer hizo dos cambios de entrada, ambos obligados, pero mantuvo su plan de partidos anteriores. La única variación destacada estuvo centrada en la nueva confección del centro del campo con la baja de Genaro, el único medio centro marcadamente defensivo. El entrenador, de esta manera, apostó por dos hombres de corte ofensivo, más creativos, conformando finalmente un once plagado de jugadores con vocación de ataque. Pero esta alineación no podía ser muy diferente, pues el entrenador dispone de los justos para todas las posiciones, con futbolistas en el banquillo, incluso, que acaban de salir de lesiones y que, en su caso, estarían por debajo de sus posibilidades.

Y comenzaron desde muy pronto las oportunidades en ataque para los blanquiazules, que continúan tan mermados como en partidos anteriores. En este caso necesitaban llevar el peso del encuentro y buscar la manera de burlar el sistema defensivo contrario, algo que les sigue costando en casa. La movilidad permitió que llegara el peligro a la meta visitante, pero el acierto seguía sin aparecer. Juan Hernández tuvo las mejores ocasiones, en algunos casos gracias a Dioni, y en otros por sus acciones individuales. Pero el gol se resistía, Pues tampoco estuvieron inspirados Manu Molina o Roberto.

Las continuas intentonas malaguistas iban a menos a medida que avanzaba el partido, lo que también animaba a un Sanluqueño que comenzó a subir sus líneas, aunque sin oportunidades. El cuadro blanquiazul, pese a todo, mantenía el control y nunca renunciaba a sus opciones ofensivas a través de Kevin o en otras acciones combinativas. Le faltaba, sin embargo, pegada y el mencionado acierto, algo que lastraba sus posibilidades una y otra vez. El Málaga, para la segunda parte, necesitaba más argumentos para buscar un triunfo imprescindible.

Pero cambió muy poco el panorama y los locales se mantenían atascados y sin el ritmo de otros días. Para colmo, en los primeros instantes de la reanudación, tras un error en la salida del balón, el ariete visitante Nwepu se quedó solo ante Alfonso, pero falló a la hora de definir. Los hombres de Pellicer se salvaron en esta ocasión, pero el aviso estaba claro: el rival apenas tenía ya miedo para buscar el ataque. Ahí llegaron ya las sustituciones locales, buscando algo más de desequilibrio con Larrubia y Víctor García, y poco después entraron más jugadores para el último arreón.

La presión aumentó y el Málaga se volcó definitivamente en busca del gol, del triunfo. Era una necesidad. Y el peligro rondaba ya continuamente la meta de Samu Pérez. Era necesario mejorar la puntería, pues las ocasiones seguían escapándose en un momento clave, en los minutos decisivos. La presión y la superioridad blanquiazul no estaba recogiendo sus frutos. Rojas, incluso, fue expulsado, lo que permitió a los blanquiazules acabar el partido con superioridad numérica.

Los opciones para marcar se mantuvieron hasta el último instante del partido, incluyendo la constante pérdida de tiempo del Sanluqueño, pero el acierto no apareció de ninguna manera, sin siquiera con un activo Antoñito, Galilea o un inspirado Juanpe en la creación, ni con los nueve minutos de tiempo añadido. Al final se consumó el 'desastre' del empate, un mal resultado para las expectativas del Málaga.