Natxo González no esconde su estilo para el Málaga: prioridad, mantener la puerta a cero

Entre lo ofrecido en Miranda del Ebro y en Zaragoza apenas se cuenta una semana, pero fue la primera efectiva para Natxo González al frente del vestuario. En su debut apenas había tenido tiempo para imponer sus líneas maestras. Y eso que fue claro en su presentación ante los medios de comunicación, una primera toma de contacto casi a la vez que con los jugadores. El vitoriano veía urgente atajar el problema defensivo, pero también encauzar la energía del equipo para terminar con la precipitación y hacer calar una gestión de los partidos más madura.

Tras la primera semana de trabajo de Natxo González, que comenzó con doble sesión y protagonismo del vídeo como herramienta didáctica, el Málaga se ha agarrado a una nueva mentalidad: la prioridad es la defensa. Esto lo reflejan las declaraciones del atacante Antoñín tras el encuentro en Zaragoza. «Actualmente tenemos que pensar mucho defensivamente, lo importante ahora es eso», dijo el malagueño. Una reflexión que cobra mayor importancia al venir de un atacante.

Y lo cierto es que se vio claro sobre el terreno de juego, donde tanto Antoñín como el extremo de la otra banda, Paulino, se esforzaron de forma extraordinaria en las ayudas en defensa. Un orden que permitió salir victorioso al Málaga de los centros laterales, que siguen siendo el principal punto débil del equipo malaguista. La colocación defensiva fue un factor clave. Esto permitió que los remates de los rivales no fueran tan letales. De hecho, la solidez quedó demostrada porque el tanto recibido llegó por medio de una acción de penalti. Es comprensible que en el Málaga valoren como muy positivo el partido contra el Zaragoza.

Sirve para recuperar la confianza en defensa que se había perdido en las últimas jornadas. Venía de recibir 19 goles en los últimos siete partidos, una cifra insostenible. También se acabó con un buen sabor de boca entre jugadores y directivos por ver cómo la llegada del nuevo técnico está haciendo efecto. Porque puede que sea el ansiado punto de inflexión a la crisis deportiva del equipo que comenzó hace ya dos meses. Aunque esto tendrá que ser refrendado más adelante.

Pero cabe destacar que ya es un paso adelante para suavizar el ambiente de crispación en torno al equipo antes de la vuelta a La Rosaleda. Será contra el Almería (el sábado, a las 20.30 horas) y supondrá el primer partido en casa después de la humillante derrota contra el Ibiza. Es una gran oportunidad, ante uno de los equipos con mejor presupuesto y plantilla de la Liga, para asentar los nuevos conceptos ya reconocibles levemente en el Málaga, como son la madurez con el balón y la lectura de los partidos.

Fue muy positiva en Zaragoza la reacción en la primera parte a un inicio fulgurante del rival. El equipo de Natxo González tuvo momentos de dudas y eso le llevó a imprecisiones, el pecado ya visto esta temporada. Pero poco a poco logró hacerse con el control mediante posesiones de balón muy largas. Contuvo al Zaragoza y manejó el ritmo del juego a su favor. En esas llegó el gol de Antoñín, aunque la producción ofensiva no fue a destacar. Aún queda mucho margen de mejora y jugadores a los que se espera en su mejor nivel, pero en Zaragoza el Málaga tomó un camino esperanzador.