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El Málaga despejó las dudas de principio a fin: el fiasco contra el Elche de la semana anterior sólo fue un accidente. El equipo de Sergio Pellicer recuperó por completo su pulso habitual en un partido complicado y exigente en Riazor, donde sumó un oportuno ... punto en un partido espectacular, equilibrado y con aproximaciones constantes a las dos porterías. El equipo de Martiricos dio la cara sin complejos y también tuvo sus opciones para conseguir hasta el triunfo frente a un Deportivo que llegó lanzado al partido tras su gran triunfo de la jornada pasada.
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Pedro Luis Alonso
Dominó más el cuadro local, aunque este control fue cambiante, con un Málaga siempre equilibrado, trabajador y dispuesto en todo momento a buscar la meta contraria. Lo peor llegó con los errores y las imprecisiones en los pases y los controles, deficiencias que mermaron sus opciones. Vestido con su indumentaria ocre o amarilla, el conjunto visitante apostó por el triunfo tanto en su planteamiento como en el trabajo ofrecido por los futbolistas. Los cambios mejoraron su juego y refrescaron al equipo para hacer un último intento prolongado en los minutos finales.
DEPORTIVO
Deportivo: Helton; Ximo Navarro, Pablo Vázquez, Barcia, Obrador; Mfulu (José Ángel, minuto 81), Villares (Mario Soriano, minuto 68); Mella (Gauto, minuto 93), Lucas Pérez, Yeremay (Bouldini minuto 93), y Barbero (Cristian Herrera, minuto 68). Otros convocados: Germán, Martínez, Davo, Escudero, Jaime, Hugo y Patiño
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MÁLAGA
Alfonso Herrero; Gabilondo, Nelson, Álex Pastor, Víctor García; Larrubia (Sangalli, minuto 88), Luismi, Manu Molina (Izan Merino, minuto 46), Antoñito Cordero (Kevin, minuto 79), Aarón Ochoa (Rahmani, minuto 65), y Baturina (Dioni, minuto 46). Otros convocados: Carlos López, Puga, Galilea, Juanpe, Dani Sánchez, Dani Lorenzo y Castel.
Árbitro: Muñiz Muñoz (aragonés), con Gorostegui Fernández-Ortega (vasco) en la sala VOR. Sólo vio la tarjeta amarilla Aarón Ochoa.
Campo: Riazor. 21.458 espectadores acudieron al estadio coruñés, con representación malaguista.
El Málaga, de esta manera, se mantiene en la zona intermedia de la clasificación y aclara su trayectoria, que se mantiene en una misma línea. Volvió a destacar Herrero, como siempre, con buenas intervenciones, y también se demostró nuevamente que el futuro del equipo está en sus jóvenes, todos ellos con personalidad y calidad suficiente. Aunque siempre no pueden brillar al máximo nivel, en esta ocasión dio un paso adelante un tercer filial, el medio centro Izan Merino.
Pellicer llegó más lejos de lo previsto y puso en marcha una auténtica revolución. No fueron sólo rotaciones. Cambió a tres defensas de una tacada tras el fiasco ante el Elche (Puga, Galilea y Dani Sánchez), mientras que también se quedaron fuera Rahmani y Dioni. El entrenador pretendía darle descanso a algunos de estos jugadores, pero la dura derrota de la semana anterior seguramente provocó que las variaciones fueron algo más numerosas. Las cinco novedades (Gabilondo, Álex Ruiz, Víctor García, Larrubia y Baturina) regresaron al equipo después de varias semanas en las que, por distintas circunstancias, se habían quedado fuera o dispusieron sólo de algunos minutos. El técnico quiso que cambiara la cara del cuadro blanquiazul en un partido atractivo.
Y el choque respondió a las expectativas creadas desde el primer instante. Con un ritmo frenético, los dos equipos buscaron la verticalidad, el trabajo y la presión para disponer de oportunidades. La intensidad era máxima en los primeros minutos, con un Deportivo que quería llevar el control del partido. Aunque la mejor ocasión fue para Antoñito en una acción excelente en la que estrelló el balón en el poste derecho de Helton. El espectáculo estaba en marcha, con alternativas en la dos porterías hasta que los locales comenzaron a adueñarse del juego de ataque, pero los visitantes nunca se olvidaron de la meta contraria, con opciones interesantes: una de Antoñito y una de Larrubia, entre otras menos relevantes.
El partido seguía siendo trepidante y muy atractivo desde cualquier perspectiva. El paso de los minutos mermó el ritmo, pero se mantenía la alegría ofensiva de ambos. El peligro era mayor por parte deportivista, con al menos dos intervenciones destacadas de Herrero. La posesión estaba en poder de los locales, con un público molesto con el Málaga, seguramente por los incidentes previos de los ultras, y al que insultaba con sus gritos (arrancó desde algún sector del campo, pero después fue casi generalizado). Los visitantes eran más imprecisos, con errores constantes que impedían que fructificara su presión y recuperaciones. Los regalos al contrario eran una constante, mostrando ciertas carencias en algunas ocasiones.
Pese a todo, el dominio del Deportivo no llegó a ser total, pues el Málaga nunca renunció al ataque. Todo quedó para el segundo periodo. Pellicer hizo dos cambios, dejando fuera a Baturina y Manu Molina (entraron Dioni e Izan) y dejando sobre el terreno de juego a tres filiales, jugadores que no disponen de ficha con el primer equipo. La sensaciones mejoraron para los de Martiricos, pero el gran golpe estuvo cerca de llegar muy pronto al señalar el colegiado un penalti que no existió, si bien el VAR le obligó a rectificar y todo siguió igual. Una vez superado el susto, la dinámica apenas varió.
Poco a poco volvió a recuperarse el ritmo perdido, con el Málaga ahora más pujante y nuevamente amenazador. Apareció cierto equilibrio, otra vez como al comienzo del choque. El recién salido Rahmani la tuvo de cabeza, pero envió el balón fuera, aunque poco después fueron los deportivistas los que hicieron lucirse hasta dos veces a Herrero. Sin embargo, el intercambio de golpes era constante, y fue Izan el que tuvo la mejor en un lanzamiento que obligó a exhibirse al meta rival, como hizo también Kevin en otra oportunidad. Y luego fue Lucas Pérez el que la tuvo en la meta del Málaga… Un auténtico correcalles espectacular...
El peso de los últimos minutos cayó otra vez para el Málaga, disponiendo del control del juego y la iniciativa, quedando los contraataques para los locales. El partido era espectacular nuevamente, como casi todo el encuentro… El intercambio de golpes era constante, pero con la lluvia ya muy presente e intensa y con el equipo de Pellicer haciendo méritos para, incluso, hacerse con el triunfo… Al final todo quedó como al comienzo. Un empate para reactivar la confianza de los blanquiazules de Martiricos.
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