Larrubia se va con el balón en un lace del partido. MARILÚ BÁEZ

Pleno en La Rosaleda, pero abonado al sufrimiento

El Málaga gana su cuarto partido de local, pero sus ventajas mínimas generan incertidumbre hasta el final tras fases de clara superioridad en el juego

Jueves, 12 de octubre 2023, 14:37

El 'unocerismo' sigue ofreciendo resultados al Málaga, pero no sin sufrimiento. Son cinco triunfos por la mínima del cuadro de La Rosaleda de los seis ... que ha logrado en las ocho jornadas, todos menos la holgada victoria ante el Granada B (3-0), y la sensación imperante en el estadio de Martiricos es que, aunque el equipo mantiene el pleno de puntos como local (doce de doce), alguna vez tendrá castigo especular con una ventaja mínima, por no hablar de aquella sufrida y afortunada victoria ante el Atlético B, en el cabezazo de Galilea que sorprendió a contrapié al meta del filial.

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En este sentido, la victoria de este mediodía tuvo mucho que ver con la última lograda en el mismo escenario ante el San Fernando. Sendos 1-0 que acabaron con alguna acción que pudo privar de dos puntos al Málaga. El Melilla, que no obligó a intervenir a Alfonso Herrero en todo el primer tiempo, sí que dispuso de una buena oportunidad después en las botas de Miguel García. Fue un remate muy duro, por alto, que obligó a la palomita del meta local, que puso duro el guante.

Más tarde fue el mismo jugador el que centró para el gol de cabeza de José Enrique (minuto 90), pero este se encontraba en un claro fuera de juego, de aproximadamente un metro, como constataron las imágenes de vídeo del partido. El atacante, con toda la perspectiva de la jugada, incurrió en el grave error de adelantarse en exceso, pero fue otro susto evidente para el cuadro local y los más de 24.000 aficionados en la grada.

Y es que el Málaga, mucho más incisivo en el primer tiempo, en el que acumuló ocasiones para una goleada, se fue al descanso con una renta mínima (1-0), que no fue capaz de ampliar ni entonces ni después. Cierta complacencia con el resultado llevó con el paso de los minutos a un afán mayor por controlar la posesión sin profundizar para buscar la sentencia en el partido.

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Una ocasión de Dioni en el primer tiempo, que obligó a un paradón de Javi Montoya. MARILÚ BÁEZ

Ya lo había advertido en la víspera del choque el técnico malaguista, Sergio Pellicer, que reconoció que comentó que «creo que en el último tercio podemos ser mejores, finalizar jugadas, sacar centros, atreverse más...». El preparador se refería a la falta de colmillo en ciertas fases del duelo en Huelva del domingo anterior, cuando su equipo mostró clara superioridad sobre su rival, pero luego tuvo que sufrir en fases más desordenadas del partido.

En menor medida como ante el Melilla, un rival inferior, que no ha ganado aún en ocho jornadas y sólo suma tres puntos, pero que acabó el duelo reclamando un penalti en el área (no lo fue, porque el centro dio en la cabeza de Genaro, no en su brazo) tras un saque de esquina. El Málaga sigue jugando con fuego, pero de momento no se ha quemado.

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