Kevin, jugador del Málaga, en el centro de la imagen, intenta evitar que el rival del Valladolid, Luis Pérez, alcande un balón aéreo. AGENIA LOF

El Málaga da un paso adelante en la batalla física fuera de casa

Logró cambiar la imagen mostrada en sus últimas salidas a base de tesón y concentración para desquiciar al Valladolid y conseguir empatar

Sábado, 9 de octubre 2021, 00:00

La visita a Valladolid se presentaba como un dolor de muelas. El conjunto pucelano, plagado de bajas pero exigido por ser el segundo mejor presupuesto de la categoría –algo que no está logrando traducir en resultados–, se presentaba como un verdugo más en la difícil ... travesía que está recorriendo el Málaga en sus partidos como visitante. De hecho, todavía no ha conseguido ganar fuera de casa (dos empates y tres derrotas).

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Pero la noche en el José Zorilla fue mucho más positiva de lo esperado, aunque los primeros veinte minutos de encuentro no invitaran a pensar lo mismo. En cambio, el equipo, reforzado por el oficio defensivo de Escassi en el centro del campo, logró resistir a la primera avalancha que propuso el Valladolid nada más comenzar. Tuvo la primera posesión de balón del encuentro y no soltó el esférico hasta que pasó el primer cuarto de hora. Tuvo varias ocasiones claras, pero los malaguistas resistieron.

Esta contención fue clave porque demostró que el equipo blanquiazul ha conseguido dar un paso adelante en la batalla física cuando juega en un terreno extraño, ajeno. Aunque no tuvo el balón al principio, esto no le perturbó y logró ir poco a poco dándole la vuelta al signo del partido. Remontó el pulso al que le había sometido un Valladolid extramotivado y con el público muy activo.

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En el Málaga tiraron de sangre fría y así lograron ir desquiciando poco a poco a los blanquivioletas en cada balón dividido. El más joven sobre el campo, Kevin, fue precisamente uno de los que más lograron imponerse en el cuerpo a cuerpo para frustración de su par, Luis Pérez. Así se fue metiendo el Málaga poco a poco en la parcela contraria hasta forzar un penalti.

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Llegó el descanso justo en el momento en que más cómodo se sintió el Málaga, y la pausa sólo benefició al Valladolid, que en la reanudación refrescó sus ideas. Aun así el Málaga aguantó, entre otras cosas por una actuación estelar de Dani Martín. Pero esas magníficas paradas tampoco habrían servido de nada sin la entereza demostrada en el añadido, cuando se sucedieron las acciones a balón parado en contra. Conclusiones positivas, brotes verdes.

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