Imagino la cara que se le quedó ayer por la mañana al aficionado del Málaga cuando se sentó a seguir el último amistoso de pretemporada. Ver esa alineación (con sólo tres profesionales y todavía no inscritos) y, sobre todo, que en los cambios los sustitutos ... también eran canteranos disparó los temores en muchos. «¿Quiénes jugarán en Tenerife?», me martillearon varios amigos por Whatsapp. Mi respuesta fue idéntica –«no sé, tengo muchas dudas»– a la que empleé hace exactamente una semana, cuando casi los mismos me preguntaron tras leer la información que publicamos bajo el título 'El tiempo juega en contra del Málaga' . Desde luego, es evidente que el club y el administrador judicial, José María Muñoz, deben darse muchísima prisa.
La tira hoy de Pachi viene como anillo al dedo para reflejar el sentimiento que tiene todo malaguista de un tiempo a esta parte cuando va a arrancar la temporada. Porque si en la anterior la imagen fue triste, con los profesionales justos para competir y hasta un recurso del Racing debido a que se había superado el número establecido de filiales convocados, en esta puede ser bochornosa. El amistoso de ayer ante el Alcorcón sirvió para ratificar una preocupación más que lógica porque, sencillamente, el Málaga puede toparse con un serio obstáculo para contar con el mínimo de profesionales. Al menos, si saliera adelante la propuesta de LaLiga de que se reduzca de siete a cinco sería una bombona de oxígeno...
Los últimos acontecimientos son para estar más que alarmados: ninguno de los fichajes ha podido ser inscrito ante LaLiga –tampoco el 'ascendido' Juande o el 'repescado' José Rodríguez–, el club ni siquiera ha anunciado las incorporaciones ya cerradas de Luis Muñoz y Caye Quintana –porque LaLiga pide que antes haya salidas– y hasta José Rodríguez ha dado marcha atrás tras acordar su continuidad y ahora pide negociar su salida. Lo dicho: la situación es muy delicada.
De momento, la prioridad es hacer frente al más de millón y medio de las denuncias por los impagos de la pasada temporada. Sólo así se abriría ligeramente la puerta del departamento de inscripciones de LaLiga. Y eso que Munir y Adrián, en un detalle que les honra, han buscado un acuerdo rápido para no litigar con el club y, sobre todo, para facilitar que alguno de los nuevos pueda ser dado de alta. Por eso el Málaga se mostró tan cariñoso en la despedida, sobre todo con el capitán, que ha bregado mucho entre bambalinas para que el grupo no se resquebrajara y para que la 'ropa sucia' se lavara en casa.
El Málaga –es decir, su administrador– espera más salidas de este tipo. Pero, ¿cuál va a ser la disposición de otros futbolistas incluidos en el ERE? ¿Tienen equipos para marcharse tras su rendimiento reciente y/o al contar con un salario tan desorbitado? El entrenador, Sergio Pellicer, aparece como la bisagra entre dos partes muy enfrentadas y ha apelado a unos y a otros a «ceder por el bien del equipo y del club».
Tan evidente es que el administrador no parece haber medido bien los tiempos (la resolución del ERE se produciría con tres jornadas de Liga ya disputadas) como que los futbolistas, advertidos o no del despido (están todos incluidos en el expediente, pero son nueve los afectados), deben dar la cara porque de momento pertenecen al club y siguen cobrando. A los profesionales hay que exigirles eso, profesionalidad, y al administrador, que dé más la cara, se deje aconsejar por gente que sepa de esto y que no les pida que comuniquen por escrito si no desean jugar (?). En suma, que todos piensen más en el Málaga, como han hecho Adrián y Munir, que además no querían irse.
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