El Málaga pierde solidez en casa y engrosa su mala racha en La Rosaleda

De regreso al presente, el Málaga de Pellicer acumula ya cinco derrotas (ante Espanyol, Leganés, Cartagena, Ponferradina y Zaragoza) y cuatro empates (contra Mirandés, Lugo, Logroñés y Oviedo). Sólo ganó en dos ocasiones al principio de temporada. Al Alcorcón y al Sporting. Ante el conjunto gijonés fue la última vez que el Málaga amarró los tres puntos en casa. Eso ocurrió en octubre del año pasado, hace ya más de tres meses.

En total, el equipo malaguista sólo ha conseguido retener once puntos de treinta y seis posibles en su 'feudo'. Esto le convierte en el segundo peor local de la categoría, sólo mejorando los números del Sabadell (con cuatro empates y seis derrotas). Un lastre que ni siquiera ha logrado quitarse ante el Zaragoza, el que llegaba como peor visitante de Segunda al no haber conseguido ninguna victoria fuera de su terreno en toda la temporada. Hasta su visita a La Rosaleda.

El Málaga volvió a dar una imagen totalmente distinta a la que ofrece cuando juega de visitante, donde muestra tener las ideas más claras. Sin ir más lejos, el ejemplo de la última victoria en Alcorcón fue muy elocuente. Pero en La Rosaleda (que esta vez buscó ser un poco más calurosa con el sonido de cánticos de la afición por la megafonía), el equipo da una versión muy irregular durante los partidos. Una desconfianza que va a más y ya refleja otro síntoma: la debilidad defensiva.

Los blanquiazules suman seis goles en contra en los últimos cuatro partidos en el campo de Martiricos tras la nueva derrota por 1-2 contra el Zaragoza, donde la zaga malaguista concedió mucho y desde el principio. De ahí el verse por debajo en minutos claves. Al principio del choque (encajaron el primer gol con la primera llegada del rival en el minuto 11), y al final de la primera parte (recibiendo el segundo tanto en el 44 en una jugada a balón parado).

Esta irregularidad durante el partido y la debilidad defensiva fueron precisamente las claves en las que incidió Pellicer en su discurso previo al partido en rueda de prensa, pero de nuevo su equipo volvió a verse preso de sus propios errores y sigue sin demostrarse capaz de decidir un partido por iniciativa propia en casa.