El Málaga salva un punto entre todo lo malo (2-2)

El Málaga partió sólo con dos novedades en el once, las obligadas por las sanciones de Genaro (viajó a Alicante por si había noticias sobre la cautelar solicitada por el club) y Dioni, y pese a que estaban convocados ya Juanpe y Manu Molina estaba claro que la falta de ritmo no les iba a permitir ser de la partida. Así las cosas, las caras nuevas fueron Sangalli, jugando a la altura de Izan Merino, y Dani Lorenzo, haciendo de enlace con Roberto.

El Málaga formaba con siete canteranos de salida, cada vez más fiel al molde que fabricó Loren en la Real Sociedad, pero aquí las cosas se dan por obligación, con las sanciones y las bajas de otros profesionales de fuera de La Academia como Nelson y Juan Hernández, a las que hay que sumar las de Juande, Ramón, Haitam y el desvinculado Loren Zúñiga.

El caso es que el Intercity se comió al Málaga desde el inicio. Si los blanquiazules disparaban con tirachinas, el cuadro local lo hacía con fuego. Avisó hasta tres veces el equipo alicantino antes de verse con ventaja en el marcador. Nsue, que en su carrera deportiva ha jugado de todo y en todas partes, la tuvo ya en el minuto 12. También Soldevila, en un mano a mano con Alfonso Herrero y, de nuevo Nsue, en el córner posterior, siempre con el meta malaguista salvador.

Pero el jabato que tiene el Málaga bajo los palos no hace milagros. Un buen pase en profundidad de Guillem Jaime entre varias piernas lo aprovechó, ahora sí, Nsue para cruzar por bajo sobre la salida del portero. El 1-0 era previsible, con un Intercity dominador por intensidad, presionando muy arriba, ganando disputas, rematando casi todo a balón parado y sin sentirse demasiado exigido por su rival, en el que Roberto no pudo conectar bien un par de remates en situaciones forzadas, y sólo hubo intentos lejanos de Gabilondo, Kevin y, sobre todo, uno de Dani Sánchez sin Manu Herrera en la portería, y que sacó Álvaro Pérez.

Ni con el 1-0 cambió en exceso el guión, y Nsue volvió a tener otra buena oportunidad para ampliar la ventaja. Era obligado que Pellicer buscara otra identidad. Tras el descanso salieron ya Víctor García (por Dani Sánchez) y Aarón Ochoa, por Murillo, lo que retrasó al eje de la zaga a Izan Merino. Por unos minutos, sólo por unos minutos, sí que hubo reacción en el Málaga, más dominador, imponiendo su jerarquía en el campo, y llegaron las ocasiones, como en una diagonal de Kevin, un zurdazo de Gabilondo y ya el gol, obra de Roberto, su séptima diana, al estar atento al rechace del veteranísimo Manu Herrera (a sus 42 años, muy lejos del que fue) a una buena ejecución de rosca de Larrubia.

Pero al Málaga apenas le duró tres minutos la alegría. Casi sin digestión, un error imperdonable en cadena, al permitir el centro de Moha Traoré (que relevó a Nsue) y, más grave aún, el remate de Soldevila en las barbas de Alfonso Herrero, estando mal perfilado Gabilondo. El equipo blanquiazul se volvió a desordenar. Tuvo sus últimos coletazos al final, ya con Juanpe y Manu Molina en el campo, y la baza de Antoñito Cordero. Con tres menores edad en el campo, lo intentó el Málaga ya con poco que perder. La tuvo Antoñito de falta directa, hasta que en el añadido a Dani Lorenzo le llegó la inspiración. Es un punto, que pesará mucho viendo el partido, pero poco si al Castellón y al Ibiza les da por ganar. Al Málaga se le está poniendo cara y cuerpo de 'play-off', a una jornada del ecuador. Una moneda al aire.