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No sé qué nos deparará este año 2024 que apenas si tiene 72 horas de vida y por tanto es un neófito cargado de muchas ... peticiones por parte de todos, pero desde luego sí que debemos tener en claro los malaguistas que por muy malo y perro que sea, peor que 2023 no va a poder ser. El año finiquitado fue nefasto para el club de La Rosaleda, pero el que le sucede no ha podido empezar bien porque en Alicante, ante el experimento llamado Intercity (nombre que me imagino responde a que si llega a categorías superiores podrá jugar donde sea con el mejor postor), el equipo de Pellicer decepcionó incluso a su propio entrenador, que seguramente, como muchos de nosotros, no daba crédito a la insoportable primera parte que hicieron sus jugadores. En esos primeros 45 minutos, los alicantinos pudieron acabar con el partido si no llega a ser por Herrero, sin duda el mejor portero de la categoría, que hizo tres paradas sensacionales. Pero ni siquiera el mejor portero del mundo puede subsanar los continuos despistes defensivos, y no pudo hacer nada para evitar los dos goles que encajó, porque estuvo literalmente vendido, como se dice.
El Málaga rescató un punto in extremis porque los alicantinos se desfondaron, y una de las virtudes de la juventud es que generalmente tiene fuelle físico, y gracias a ello se empató al final, lo que maquilló una derrota que hubiera sido merecida, aunque en estos campos, para un equipo que aspira al ascenso directo (digo yo que aspiramos a eso, que tampoco lo sé) un empate es casi una derrota porque raro será que Castelló o Ibiza, o los dos, no nos saquen dos puntos de ventaja más en este primer partido del año, que no ha comenzado con buen pie.
Si alguna cosa define lo que fue este partido del Málaga es el chiste de Pachi en SUR: un jugador malaguista intenta avanzar con el balón pero se queda pegado en un césped convertido en turrón blando… pegajoso y casi imposible de hacer rodar el balón. El Málaga, sin ideas, volvió a demostrarle a los que ahora mismo dirigen su nave que necesita fichajes, y no sólo dos hombres de ataque, que tienen que venir sí o sí. Hay que buscar un organizador y un central. Se necesitan cuatro fichajes, quieran o no quieran, porque el dinero guardado en la buchaca no sirve para nada si para ello tienes que pasar hambre, como decía mi abuelo, al que no le gustaba el fútbol, pero que amaba a un Málaga al que nunca pudo ver en directo pero que escuchaba todos los partidos por la radio.
La Navidad no sienta bien a algunos equipos. Esperemos que este partido, uno de los peores de la temporada del Málaga, haya sido eso, una mala digestión, porque el turrón suele ser muy pesado…
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