El Málaga no desperdicia el regalo del Mirandés

Porque quedaba conocer la actitud de los jugadores del Málaga tras la penosa imagen ofrecida en Ponferrada; es decir, si se van a dejar llevar o si al menos van a mostrar cierta dignidad en esta recta final después de su calamitosa temporada. Claro que en estas circunstancias pesa más en todos ellos la necesidad de redimirse con un par de actuaciones notables en estos 'partidos de la basura' para ponerse en el escaparate. Y mucho de eso hubo desde el pitido inicial, merced a la movilidad y la intensidad frente a un Mirandés que, por otra parte, ha hecho los deberes sobradamente pese a tratarse casi de un filial.

El Málaga se marchó al descanso con la sensación, una vez más, de dejar vivo al rival. El Mirandés se comportó como es habitual, como un equipo de juego vistoso que al mismo tiempo no se pierde en toques horizontales, pero se topó con la óptima colocación blanquiazul. La defensa local achicó espacios a la espalda de N'Diaye para dejar como un islote al ariete Raúl García, que sólo al filo del descanso pudo vislumbrar una opción en una situación de uno contra uno dentro del área que supo resolver Escassi.

Fue precisamente el malagueño el autor del gol en el minuto 17 que le dio cierta pausa al conjunto de Pellicer, aunque ni siquiera así cambió la postura de los aficionados, muy críticos con los dirigentes y los jugadores desde una hora del comienzo del partido. Tanto Escassi como Lago Junior –este, en el 2-0 nada más comenzar la segunda parte– ganaron la jugada por alto a sus rivales con cierta comodidad, aunque en ambos casos beneficiados por un centro de calidad; en concreto, de Delmás y Chavarría. Esas acciones dicen mucho de un evidente relajo del Mirandés y de una pizca más de mordiente por parte del Málaga, al que también le bastó durante muchos minutos con la tenacidad de Cristian.

La apuesta de Pellicer por Chavarría en punta junto a Lago Junior volvió a dar réditos por la indudable capacidad del argentino para generar espacios. En todas las acciones de ataque tuvo participación, aunque de nuevo los futbolistas de segunda línea no supieron aprovecharlo. Fran Villalba, fiel a su estilo, se gusta con las conducciones de la pelota y en zonas sin peligro mientras que en el área o en la frontal nunca se decide (incluso le cayó un balón a la derecha en el minuto 21 en inmejorable posición e inexplicablemente se la pasó a la izquierda). De Febas hubo pocas noticias más allá de esos giros de espalda tan vistosos como ineficaces.

Como el Mirandés nunca intimidó durante la primera parte, Joseba Etxeberria optó por un doble cambio. No tuvo efecto la medida, porque en dos minutos el Málaga consolidó su ventaja con el referido remate de Lago Junior. Pellicer también había cambiado de ancla en la medular con la entrada de Luis Muñoz tras la amarilla vista por N'Diaye en un golpe en un salto (el senegalés es uno más que ahora busca otro contrato tras su lamentable temporada).

El partido estuvo dormido muchos minutos con un Mirandés apocado y un Málaga sin excesiva dificultad para mantener el control. Chavarría dio otros dos avisos, en un mal rechace del portero rival y en un córner, mientras que Rubén Yáñez tuvo una noche plácida. De la principal amenaza visitante, Raúl García, no hubo noticias hasta el minuto 79, aunque el ariete demostró hasta qué punto él y sus compañeros tuvieron tan poca chispa tras la permanencia conseguida. Al menos, el equipo blanquiazul no hizo otra vez el ridículo, evitó el bochorno de descender en La Rosaleda y seguirá una semana más en Segunda.