El Málaga cumple gracias un golazo de Dani Sánchez en otro partido gris (1-0)

Sufrió el Málaga hasta el final, aunque lo pudo evitar si hubiera acertado Baturina en un penalti que lanzó mal. No estuvo inspirado el equipo blanquiazul en el plano individual, salvo en algunos casos, sobre todo Dani Sánchez, que destacó arriba y abajo. Con la última victoria, los de Martiricos suman dos triunfos seguidos que le permiten dar un nuevo salto en la clasificación, algo imprescindible en su búsqueda de los 50 puntos lo antes posible.

El Tenerife llegó con las máximas urgencias, y lo intentó con una fórmula de juego férrea y difícil de neutralizar que hizo imposible cualquier juego combinativo de los locales, que se mostraron en este caso otra vez con dudas en diversas fases del encuentro. Aunque todo se fue aclarando con una gran complejidad para que finalmente se hiciera justicia con el triunfo del Málaga.

Pellicer cumplió con lo que dijo en Cartagena, al entender entonces que el triunfo tendría que analizarlo como un empate o una derrota por el mal juego de su equipo. De ahí que pusiera en marcha una auténtica revolución, con cinco hombres nuevos en el once titular, con algunos cambios inesperados y formando, por ejemplo, una dupla en el centro del campo con Ramón e Izan Merino. El técnico quiso buscar soluciones tras observar que sus hombres no funcionaron según lo previsto en el anterior encuentro. Pero la mejoría apenas apareció de entrada.

En un juego muy táctico de ambos equipos, sin apenas espacios libres, el Málaga estuvo otra vez incómodo y sin soluciones desde el primer instante. Las imprecisiones eran constantes, sin que los blanquiazules pudieran triangular con el balón en ningún momento. Los visitantes apenas llegaban al área de Alfonso Herrero, mientras que los blanquiazules lo hacían sin peligro, con un par de disparos lejanos y alejados de la portería. Hasta el ecuador del primer periodo no se aclaró un poco el juego.

El Málaga puso una marcha más, aunque con muchas dificultades, sumando sus mejores oportunidades. Dani Sánchez dispuso de la primera, pero su remate de cabeza lo desvió el meta visitante, mientras que después le tocó el turno a Izan Merino, que estuvo muy cerca de abrir el marcador… El desorden, sin embargo, se mantenía. El partido no estaba controlado, no tenía un rumbo claro. El dominio blanquiazul era poco eficaz. Luego fue Enric Gallego el que quiso poner de manifiesto su oficio solicitando un penalti y también en un remate que se le marchó alto.

El público malaguista también había solicitado la pena máxima en una acción a Lobete y en otra a Kevin (los jugadores lo pidieron insistentemente). El colegiado confirmó su primera decisión en ambos casos tras la comunicación con el VAR mientras el juego estaba en marcha. El conjunto de Pellicer seguía igual que en Cartagena. Sin soluciones en la reanudación y con un Tenerife algo más incisivo ya en el ataque. El cuadro canario comenzó a adueñarse del partido en varias acciones que desesperaron a los aficionados. Pero la jugada siguiente acabó en un córner para los blanquiazules que sacó Ramón raso al borde del área, hacia atrás, para que Dani Sánchez abriera el marcador de un disparo que atravesó una maraña de jugadores y entró en la meta contraria (los visitantes pidieron fuera de juego). Un gran respiro para el público.

Pellicer reforzó el centro del campo con la presencia de Luismi y Manu Molina, además de Izan. El técnico quería amarrar el control de esa zona amplia y complicada. Y el control se lo quedó el Málaga, aunque con acciones aisladas peligrosas del rival. Tras varias intentonas que no fructificaron, Izan fue objeto de un penalti confirmado por el VAR que podía suponer la sentencia del triunfo, pero Baturina falló en un mal lanzamiento ante la decepción de La Rosaleda, que esperaba ya el segundo tanto. Pero la alegría se mantuvo en las gradas hasta el final para cerrar otro triunfo clave, crucial.