El Málaga apunta más alto con otro triunfo brillante y de jerarquía (1-0)

El Málaga vuelve a convertir La Rosaleda en un fortín, algo imprescindible para aspirar a su único objetivo de ascender otra vez al fútbol profesional. Era fundamental para los blanquiazules sumar los tres puntos para recortar hasta cuatro la distancia con su rival balear, lo que le ofrece ya la opción de pelear, al menos, por esa plaza en los partidos que quedan de competición regular, menos de un tercio ya.

Hubo muchas claves para que el partido se decantara finalmente para los malaguistas, al margen del gran planteamiento de Sergio Pellicer, incluidos los cambios, y el excelente trabajo general del equipo, además del gran trabajo de Kevin en su reaparición. El extremo fue completamente clave para llevar desequilibrio al área rival y recibir la falta del penalti que finalmente supuso el triunfo al transformar Dioni la pena máxima. Ambos hicieron un buen trabajo, igual que el resto de los blanquiazules.

Pellicer regresó al partido ante el Recreativo con un planteamiento similar. Quiso repetir las buenas sensaciones de ese encuentro, aunque con algunas diferencias significativas en el once. Sin Roberto arriba por lesión, el técnico buscó alternativas para compensar el trabajo de presión del delantero. El resto, todo muy parecido, con Kevin en este caso en el 'dibujo' blanquiazul en busca de su confirmación ante su público.

Pero muy pronto se comprobó que el Ibiza no era el Recreativo. El cuadro balear llegó con la lección aprendida, con una fuerte presión desde el pitido inicial. El Málaga tenía más dificultades de las previstas desde su propia área. Herrero hizo la parada del partido, aunque el colegiado señaló fuera de juego. Las oportunidades, en cualquier caso, no llegaban con claridad a ninguna de las dos porterías.

Los blanquiazules querían llevar la iniciativa, pero las dificultades eran máximas ante el trabajo defensivo y a veces bruco del rival. Y el árbitro se mostró permisivo con el juego violento en algunas acciones, sin señalar falta tan siquiera en una acción sobre un Kevin muy activo que pudo significar, incluso, la segunda amarilla a Unai Medina. Se le escapaba el partido de las manos por momentos por su pasividad. Mal arbitraje.

En un partido muy táctico de los dos equipos, llegaban las 'ocasiones' con cuentas, si bien la más clara fue una de Dani Lorenzo, que se quedó solo ante el portero, pero sin demasiado espacio para superarlo. El desmarque del canterano fue excelente, igual que el pase de Manu Molina al hueco. El Málaga iba avanzando lentamente hacia el control del encuentro, pero sin conseguirlo plenamente ante un rival fuerte, trabajador y que se empleaba con contundencia.

Y siguió todo igual en el arranque de la reanudación, pero con un paso más al frente del Málaga, que estaba dispuesto a echar el resto para que los puntos se quedaran en La Rosaleda, ante una afición de récord. Casi de inmediato llegó la mejor jugada en un contragolpe local, con un fuerte golpeo de Genaro que llegó a Kevin para que este se luciera ganando la carrera a los defensas y recibir finalmente una falta, un penalti. Era el primer paso. Y Dioni no falló en el lanzamiento ante el delirio de un público entregado.

El Málaga había golpeado primero y ahora le tocaba buscar la forma de hacer bueno ese tanto. Mantuvo su sacrificado trabajo en todas las líneas, pero sin renunciar al ataque. El planteamiento de Pellicer estaba ofreciendo solidez y hasta cierta tranquilidad, aunque el Ibiza amenazaba de vez en cuando con cierto peligro. La fiesta se trasladó a las gradas, donde disfrutaban de la intensidad y el ritmo que ofrecía su equipo, transmitiendo buenas sensaciones en un envite de nivel.

Y los minutos pasaban con el control del juego por parte malaguista. El dominio fue local hasta el final, sin que el sufrimiento fuese importante en los minutos finales.