El Málaga obtuvo su primera victoria, pero el resultado supo a muy poco. El equipo demostró haber aprendido la lección y esta vez no se desgastó y supo mantener el ritmo frente a un Alcorcón al que empequeñeció con el paso de los minutos. Sólo ... la falta de acierto, cierta precipitación en la definición y también un exceso de individualismo en acciones puntuales impidieron una goleada más que merecida para el conjunto de José Alberto.
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El asturiano renovó su confianza en las parejas Escassi-Luis Muñoz en la medular y Brandon-Antoñín arriba; es decir, sin la variante táctica que permitió tomar aire en la segunda parte en Ibiza y sin la presencia de Roberto, revulsivo en la isla, como ariete. Sí optó por el relevo en los laterales, con el debut de Víctor Gómez y la entrada de Cufré por Javi Jiménez. En realidad, la entrada de estas piezas a priori secundarias tenía especial relevancia porque su papel estaba llamado a ser crucial en cada ataque estático para corregir la previsible deficiencia en el juego entre líneas frente a un rival siempre compacto en el repliegue. Jugaron casi como extremos mientras estos (Paulino y Kevin) se movían por dentro. De este modo, aumentaban las líneas de pases y, de paso, se buscaba el desorden del Alcorcón.
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El Málaga se topó de salida con un contrario respondón que incluso al minuto y medio no aprovechó un descuido al tapar la frontal –error que se repitió más tarde–, aunque paradójicamente el equipo se marchó al descanso con ventaja en un rechace en el que Escassi le dio con el alma, beneficiado también por el desvío de David Fernández que hizo imposible la parada de Dani Jiménez.
El guardameta visitante tuvo una primera parte de bastante trabajo. Como ante el Mirandés, el Málaga llegó y llegó, fruto no sólo de su posesión, sino también de la capacidad para recuperar la pelota (casi el doble que su rival en este periodo, 25 frente a 13) y buscar salidas fulminantes. Precisamente así le cuesta mucho más defender al Alcorcón, habituado a contener con la organización propia de los equipos de Anquela, razón que explica las entradas a destiempo de los visitantes y también un par de amonestaciones.
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Eso sí, esta vez el Málaga no se obsesionó con ir tan arriba a recuperar la pelota, lo que acabó pasándole factura frente al Mirandés. Porque el equipo, que sufrió en algunos tramos con las prolongaciones de Xisco o Marc Gual cuando el adversario optaba por el juego en largo, dejó salir desde atrás al Alcorcón para esperarlo con enorme brío en la divisoria y ahí las dificultades de los alfareros se multiplicaban. Los blanquiazules perdonaron en demasía por el exceso de revoluciones de los atacantes en situaciones claras y también por la falta de un rematador (ni Brandon ni Antoñín lo son). De nuevo quedó la sensación en el intermedio de que al cuadro blanquiazul se le había escapado vivo su rival, que por otro lado tuvo un par de opciones en sendos disparos, uno fuera y otro con gran intervención de Dani Barrio.
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En la reanudación el Málaga salió dispuesto a llevar el peso del juego para desgastar aún más al rival y explotar las dudas por su racha de derrotas. Sólo un inusual error de Escassi pudo costar el empate, porque el Alcorcón no conseguía acercarse al área local. Al filo del cuarto de hora Anquela cambió a los extremos para tratar de impedir que Víctor Gómez y Cufré fueran más extremos que laterales. No obstante, para entonces el equipo local rebosaba confianza y, sobre todo, mantenía el ritmo constante de la primera parte y tenía claras las ideas para hacer daño en cada ataque.
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El rosario de oportunidades no sirvió para que el Málaga sentenciara. Kevin remató al larguero en disparo marca de la casa, Brandon se precipitó tras un robo, Luis Muñoz perdonó en una gran acción del recién salido Roberto, otras dos llegadas fueron desperdiciadas por Kevin y Roberto... En la recta final José Alberto fortaleció la medular con Genaro para dejar más liberado a Luis Muñoz, pero no fue suficiente y, como suele suceder en esta categoría, el rival apretó para buscar el empate. No tuvo más opciones que a balón parado. El triunfo se mantuvo, pero en el último suspiro se pagó el peaje de la expulsión de Escassi, importante baja en Almería.
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