Luismi Sánchez: un 'box to box' para subir el nivel del centro del campo

Natural de Puerto Serrano, en la Sierra de Cádiz, localidad colindante con la provincia de Sevilla, que es también uno de los dos puntos de partida de la Vía Verde, se hizo futbolista en Nervión. Igual que su predecesor en el centro del campo del Málaga, Genaro, que dio sus primeros pasos en esta industria en la cantera sevillista. Curiosamente, ambos puede presumir de tener, al menos, una Europa League en su palmarés: el sevillano tiene una y el gaditano, tres; aunque ambos tuvieron una presencia muy testimonial en la consecución de aquellos títulos.

El nuevo refuerzo del Málaga apunta a subir el nivel del centro del campo este próximo curso. Algunos de sus excompañeros hablan de él como un jugador fiable, brillante en casi nada y cumplidor en casi todo. Un 'box to box' (capaz de defender y también de atacar) para el Málaga, que, si sigue su línea de estas últimas temporadas, aportará equilibrio, mordisco y criterio al centro del campo blanquiazul. Domina el juego aéreo, aunque no es un futbolista especialmente goleador. Además, se refieren a él como una buena persona y un compañero muy querido dentro del vestuario.

La apuesta del Málaga por el jugador ha sido fuerte. Llega a Martiricos con el cartel de protagonista tras desechar una propuesta del Zaragoza, que también pujaba por él. Se trata de un buen conocedor de la categoría de plata, escalón en el que transcurrió casi la totalidad de su carrera. Sevilla, Valladolid, Gimnástic, Oviedo y Elche. En Pucela y en la capital del Principado de Asturias militó en dos etapas diferentes.

En el primer escalón del fútbol español nunca terminó de cuajar, pero en Segunda sí ha demostrado estar a la altura: en total cuenta con 149 participaciones, en las que suma siete goles y cinco asistencias. Debutó en Primera con Unai Emery en la 2014-15, contra el Valencia; aunque su siguiente participación en la élite llegó seis temporadas más tarde, cuando militaba en el Elche, donde jugó sólo 11 partidos. El Sevilla le hizo ficha del primer equipo en el curso 2015-16, aunque no dispuso de participación ni protagonismo alguno.

Destaca, a primera vista, por el casco protector con el que juega. Un accesorio que suele llevar detrás una historia de lesiones. Luismi Sánchez sufrió un fuerte golpe en noviembre de 2012 contra el Real Jaén, cuando jugaba en el Sevilla Atlético, en Segunda B. En ese lance del juego se rompió dos huesos del cráneo y tuvo que ser operado de urgencia. Estuvo un año apartado de los terrenos de juego por precaución, aunque al cabo de ese tiempo se reincorporó a la disciplina sevillista para continuar con su carrera. Pasado un tiempo pudo quitárselo, aunque alguno de sus excompañeros señala que se encuentra cómodo así y que este accesorio se ha terminado convirtiendo en su seña de identidad.

En Málaga se reencontrará con un viejo compañero. Coincidió con Alfonso Herrero en el Oviedo, en la temporada 2019-20, un curso antes de que el guardameta fichara por el Marbella, cuando aún no había explotado definitivamente. Dos futbolistas que hace cinco temporadas se empleaban en buscar su sitio y que apuntan a ser fundamentales en el regreso a Segunda del Málaga.