Un espectacular Roberto pone en ventaja a un Málaga más cerca del ascenso (2-1)

Espectacular Roberto, espectacular el Málaga y espectacular la afición, que no pudo animar más en busca de una buena renta para el partido de vuelta. Y el equipo blanquiazul cumplió con una victoria que, aunque sea por la mínima, lo coloca en ventaja en una eliminatoria ante el Gimnástic que se resolverá en Tarragona el sábado que viene. Otro doblete convirtió Roberto en el jugador del partido, en el hombre más destacado de un equipo completamente entregado y superior a su rival durante todo el encuentro.

Este Málaga es otro. Los jugadores y Sergio Pellicer, con las importantes dificultades que han tenido que superar, han encontrado el camino de la reacción, el cambio de rumbo experimentado en el momento más oportuno para elevar sus aspiraciones de una forma importante. Ahora le quedará lo más difícil, hacer valer este marcador en la vuelta, pues un empate favorece al cuadro catalán. Pero el primer paso está dado y de una forma brillante, mostrando jerarquía y con capacidad para responder en cualquier situación. Queda atrás la presión en La Rosaleda y se abre la puerta del éxito.

Capítulo aparte merece la afición malaguista, unos seguidores que siempre lograron sobreponerse a las adversidades. Se perdieron el brillante debut de España en la Eurocopa, como era previsible, para estar a lado de su equipo desde horas antes del choque. De hecho, nuevamente, los futbolistas no sólo se despidieron al final del partido de la Grada de Animación, sino que dieron otra vuelta al 'ruedo' de Martiricos para agradecer al público su ayuda en el último encuentro de la temporada en La Rosaleda. El siguiente oficial será ya de la campaña venidera, si bien se desconoce en qué categoría.

Pellicer hizo algunos retoques en el equipo, si bien mantuvo el bloque y su plan de juego casi intacto. Se preveía que jugara Galilea, mientras que también utilizó de entrada a Gabilondo o Kevin. Este último en busca de desequilibrio desde el comienzo. Y el Málaga arrancó a un buen nivel en todos los sentidos, con una gran presión, si bien de inmediato apareció un grave desajuste que permitió que Godoy pudiera tener casi un 'mano a mano' al que respondió Herrero con un espectacular paradón. Otra vez impresionante el portero completamente en frío.

El cuadro visitante mostró sus credenciales y amenazaba con criterio, pero esta jugada fue aislada, pues el dominio pasó a ser completo a partir de entonces de los blanquiazules, que comenzaron a tener oportunidades ante un rival que tenía como fórmula para el éxito el antifútbol, la pérdida constante de tiempo ante la permisividad del colegiado. El oficio era fundamental en este caso para romper el ritmo y avanzar hacia el final, intentando dormir el encuentro con esta estrategia poco edificante del técnico visitante.

Pese a todo, en lo que se podía jugar, el Málaga dispuso de algunas opciones importantes para adelantarse en el marcador, pero no fue posible. Estuvieron cerca del gol Manu Molina, Ferreiro, Galilea y Roberto. Este último, incluso reclamó un penalti que pudo existir pero que el árbitro no lo consideró así. Era el todo o nada para un Málaga centrado, practicando un fútbol serio y sacrificado. Instantes antes del descanso el delantero estuvo muy cerca de abrir el marcador en un golpeo de espuela, pero tampoco llegó el deseado gol.

Aunque sólo habría que esperar unos minutos, en el descuento del primer tiempo, para que el goleador malaguista pudiera al fin batir la meta contraria: un saque de córner de Manu Molina rematado de una forma precisa por Roberto desde el primer palo al fondo de las mallas (los visitantes pidieron que se anulara el tanto porque había un segundo balón en el campo que había lanzado su jugador Godoy). Nunca más merecido el tanto de un Málaga que lo ponía por delante en el marcador frente a un 'Nástic' con la lección bien aprendida y que estaba condenado a arriesgar algo más y a perder menos tiempo en la reanudación, un tiempo clave para los hombres de Pellicer y determinante para la resolución de la eliminatoria.

Pero la alegría sólo duró el descanso a la afición malaguista, pues el cuadro visitante salió decidido y, en una acción individual de calidad, Concha marcó un gol entrando por la izquierda y resolviendo directamente. Era imprescindible para los locales reaccionar, sin que les afectara demasiado el tanto. Y lo consiguieron, volcándose sobre la meta contrario, disponiendo de oportunidades y consiguiendo que en una de las acciones más insistentes Trigueros le hiciera un penalti a Galilea. Roberto no falló y volvió a poner por delante a su equipo en un momento clave para recuperar el ánimo ante el júbilo de una afición entregada.

El trabajo táctico de los jugadores de Pellicer era impecable, siempre acompañado de un imponente sacrificio en todas las líneas. Era otra vez a vida o muerte, ahora o nunca, con el objetivo de viajar el sábado con cierta ventaja. El público quería aupar aún más al equipo, gritando y aplaudiendo cada jugada, cada gesto. Era una lucha permanente por cambiar el destino, por encontrar el camino del objetivo. El Málaga tenía ahora menos prisa, pero siempre intentando evitar los errores y pugnando por aumentar la cuenta goleadora.

El propio Roberto pudo conseguir el tercero, pero se dejó el balón atrás en un contragolpe en el que había superado ya al contrario. Era otro de los momentos clave, no se podía fallar. Y así fue para el Málaga pudiera conseguir una ventaja mínima, pero que se deja ahora en ventaja a falta del segundo asalto.

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