Así lo contamos | El Málaga suma un punto en Albacete

La vida no cambia para el Málaga y para Pellicer. Año nuevo, mismo escenario. Cada convocatoria se ha convertido para el entrenador blanquiazul en un tetris, situación acentuada además por diversos contratiempos que se suman a las lesiones. El último, como es ya conocido, ha sido la imperdonable metedura de pata del central Mejías, que se saltó todas las recomendaciones del club con una falta de profesionalidad injusticable en estos tiempos al asistir a una fiesta-cena de Nochevieja. De este modo, la expedición a Albacete sólo pudo contar con 13 profesionales, incluido Rahmani... y a la espera de que le suspendan cautelarmente la sanción derivada de su expulsión frente al Logroñés.

Pellicer, que ha cruzado los dedos durante toda la semana para recuperar a determinados futbolistas, se encontró el viernes con el incuestionable desliz de Mejías, aunque para entonces el venezolano ya se había ejercitado con sus compañeros. El central, excluido ayer del grupo para evitar un posible riesgo de contagios –que sería letal para el equipo–, se sumó así a la lista de ausencias obligadas que ya integraban el recién llegado Alexander (cuyo 'transfer' se espera para mañana o el martes) y los lesionados Matos, Jozabed y Chavarría. Y a ellos se suma un futbolista no profesional, Hicham.

Recuperados Juande, Benkhemassa y Jairo, el Málaga afronta la cita en casa del colista condicionado por la falta de laterales profesionales, por lo que parece cantado que Ismael y Cristo ocuparan esas plazas. Si se añade la condición de fijo en la alineación de otro 'amateur', Ramón, es obvio que de nuevo habrá que ser muy cautos para no quedarse al límite de la alineación indebida. Por si acaso, como ya explicó SUR, los dos guardametas (Dani Barrio y Soriano) tienen preparadas equipaciones de jugador de campo por si resultara necesario recurir a uno de ellos en caso de extrema necesidad.

A estas alturas Pellicer y su grupo de trabajo tratan de no malgastar energías en analizar cuántos y qué jugadores tienen a su disposición cada semana. La prioridad es la preparación de cada partido y lógicamente el fijado para esta tarde en el Carlos Belmonte (18.15 horas, Movistar LaLiga) no es una excepción. Por eso, por citar un ejemplo, se les ha transmitido a los jugadores la necesidad de mantener una presión alta para incomodar al Albacete. En la última cita liguera el colista recibió facilidades en este aspecto del Mirandés (algo poco habitual en este equipo) y obtuvo un merecido triunfo (0-2) que sirvió para truncar una racha sin ganar que se prolongaba desde la victoria ante el Rayo (2-1) en la octava jornada.

Al Málaga le corresponde evitar que tenga continuidad ese atisbo de reacción del Albacete de la mano de su tercer entrenador esta temporada, el gijonés Alejandro Menéndez (antes estuvieron Lucas Alcaraz y Aritz López Garai). Pellicer incidirá hoy en la charla previa al partido en que es imprescindible obviar los datos negativos del adversario: su falta de gol (en Miranda de Ebro marcó más goles que en los ocho encuentros anteriores), su asiduidad en la zona de descenso (sólo ha estado dos de las 19 jornadas fuera de ella) o la casi nula contribución goleadora de futbolistas como Zozulya u Ortuño (uno y ningún tanto, respectivamente).

Por encima de todo, contratiempos al margen, el Málaga debe ser hoy el Málaga para mantener esa habitual imagen a domicilio de equipo rocoso, ordenado y abonado a la eficacia ante el marco rival. Concluir la primera vuelta con 30 puntos permitiría no sufrir agobios en una segunda vuelta que se prevé con demasiadas curvas y en la que habitualmente es más difícil ganar. Como dice Pellicer a los suyos, «las distracciones no deben desviarnos del camino».