Despegue cancelado en el Málaga

Aunque sea ya el noveno partido sin perder, es el séptimo empate de la racha, y el pasito corto desluce en esta procesión. Todo parecía ir rodado para el Málaga, con algunos nombres propios llamados a copar las crónicas. Hicham volvió a demostrar que es un especialista del uno contra uno tirando caños y combinando bien con Cifu. Sin duda, el peligro del Málaga llegaba por esa banda, para satisfacción de Pellicer, que apuesta fuerte por el extremo marroquí, que en cambio también proyecta falta de sensatez para aprovechar mejor sus condiciones.

También tuvieron una actuación notable la pareja de centrales formada por Luis Hernández (rápido y ágil en las anticipaciones) y Diego González (firme en la marca). O Luis Muñoz, que después de errar algunos desplazamientos en largo se recompuso y completó un gran encuentro. Pellicer lo ha elegido como timón del equipo y eso se vio en la constante comunicación entre técnico y jugador durante el partido. Hasta Adrián regresó con gol. Aunque se le notó falto de ritmo, no falló desde los once metros. Y el Málaga ya marca un gol de penalti casi por cada tres esta temporada (6 de 21), gracias a la eficacia de Adrián y Sadiku (tres cada uno)

Todo iba rodado... hasta el minuto 54, cuando Munir se confió con el balón en el área pequeña y Marcos André acabó quitándole el esférico para meterlo en la portería y dejar a la grada atónita. La primera reacción del público fue de enfado. Sonó una fuerte pitada en contra del portero, que esta temporada está ofreciendo una imagen en general de mucha inseguridad. En cada partido sufre como mínimo un episodio de incertidumbre que poco a poco rebaja su nota media, y hay otros donde directamente se convierte en gol en contra.

Además, sobre el portero melillense siguen sobrevolando los fantasmas de sus errores contra el Deportivo en la eliminatoria de promoción a Primera la temporada pasada. Por eso la afición silbó a Munir, que además se encuentra en una situación excepcional al ser el único portero profesional del equipo. Un sonido de viento que rápido se fundió con los aplausos de otros aficionados que prefierieron apoyar al guardameta malaguista. «Munir tiene todo el apoyo del equipo y del club. Es una posición tan específica que, cuando hay un error, queda muy señalado. Cuando uno comete un error es cuando aprende y esperemos que no suceda más», valoró Pellicer.

Pudo haberse quedado en anécdota después del gol de la reacción de Sadiku. El albanés reivindicó su potencial ofensivo después de dos partidos donde quedó en segundo plano, tiempo en el que además vio cómo llegaba un competidor para su puesto. Aunque de momento habrá que esperar para ver en acción a Buenacasa, ya que el único fichaje del Málaga este mercado padece una lesión muscular. Pero el error de Munir no iba a ser el único lunar del partido. En la recta final, Juan Carlos no midió bien y cometió una falta torpe dentro del área sobre Álvaro Rey.

El colegiado señaló penalti entre los aspavientos del lateral zurdo malaguista. Ese error fue definitivo por el momento en el que se produjo. Merquelanz volvió a empatar y el Málaga se fue con la sensación de haber sido su propio enemigo. Ahora queda una semana decisiva en los despachos con el cierre del mercado, donde está obligado a vender para reducir su déficit e intentar reforzarse con algún jugador.