Del triunfo a la derrota en un minuto. Antoñín pudo darle los tres puntos al Málaga en los últimos instantes al estrellar el balón en un poste (antes lo había hecho Haitam), pero fue el exjugador blanquizul Borja Bastón, en plena racha, el que sí ... logró en la siguiente jugada hacer su segundo gol de la tarde para cerrar el triunfo del Oviedo (la defensa volvió a despistarse). Así, cuando acariciaban ya otro punto fuera, llegó una nueva derrota para los hombres de José Alberto López, que hicieron méritos para llevarse el empate tras reaccionar después de una primera parte en la que se vieron incapaces de llevar peligro a la meta contraria.
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El Málaga fue de menos a más, pero sigue sin conseguir una victoria lejos de La Rosaleda esta campaña, lo que dificulta su progresión e impide que se instale de una forma más sólida y solvente en la zona media-alta de la clasificación. El Oviedo ganó la partida de entrada al cuadro blanquiazul (en este caso con su segunda equipación), al que maniató desde el primer instante. José Alberto buscó la reacción tras el descanso y pudo ser suficiente, pero el partido se abrió y las opciones de ganar se repartieron, sobre todo teniendo enfrente a un Borja Bastón especialmente inspirado ante su exequipo.
El entrenador asturiano despejó algunas dudas, pero sin grandes cambios. Lo más destacado fue la inesperada titularidad de Chavarría después de una buena semana de entrenamientos (parecía que iba a entrar de una forma progresiva, disponiendo sólo de algunos minutos al comienzo), mientras que también apostó por Lombán después de su gran rendimiento en los últimos partidos (antes lo había conseguido Genaro). Y el plan del entrenador no varió en relación a encuentros anteriores, con dos 'pivotes' y su habitual presión en todas las líneas en busca de la recuperación rápida para sorprender con sus transiciones.
El Oviedo exponía más y buscaba la meta de Dani Martín. Pero el Málaga mantenía su equilibrio e intentaba profundizar (Paulino disparó a puerta desde lejos y Kevin seguía recibiendo faltas), pero antes del ecuador del primer tiempo se adelantó el conjunto local con un gol del exmalaguista Borja Bastón, que no ocultó su gran alegría por batir la meta blanquiazul (su etapa en el cuadro de Martiricos fue nefasta). El delantero, en un lanzamiento de córner, superó a Lombán para batir al guardamenta visitante de cabeza. Se rompió el guión. El gol en contra suponía un lastre más para un conjunto que necesita muchas ocasiones para hacer un tanto.
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Con la posesión ahora en su poder, el Málaga necesitaba arriesgar para encontrar el empate ante un rival que comenzaba a cerrarse atrás. La profundidad, pese al dominio, era ya menor de los hombres de José Alberto, que no conectaban con un Chavarría todavía sin ritmo. El Oviedo, incluso, seguía llevando peligro a balón parado en una fase del partido sin grandes opciones para marcar (al cuadro local comenzaba a servirle también el contragolpe). Tras un gran disparo de Genaro, el descanso debía marcar el nuevo plan para salir del atasco y encontrar el equilibrio en el marcador, como primer objetivo de los visitantes.
José Alberto rectificó para encontrar salidas para su equipo. Primero quitó a Chavarría, que deberá mejorar poco a poco, y también a Jozabed, que apenas había entrado en juego. Buscó más mordiente con Brandon, el habitual arriba, y Haitam para completar un trío de ataque muy desequilibrante (con Kevin y Paulino). Y el Málaga comenzó a profundizar más en un partido abierto, con alternativas y en el que el cuadro de Marticos estaba obligado a exponer algo más. El Oviedo tenía ya más dificultades a la hora de defenderse. El gran peligro para el cuadro visitante, el contraataque del contrario.
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El tobillo de Kevin no aguantó ante las constantes faltas recibidas y tuvo que dejar su puesto a Antoñín. El entrenador del Málaga, de hecho, agotó en esta ocasión todos los cambios para cambiar el rumbo del equipo. Y lo consiguió en primera instancia al hacer el empate tras un duro trabajo de ataque. Fue otra vez Genaro el goleador y Víctor Gómez el autor del centro en una acción a balón parado. El medio centro marcó con un cabezazo espectacular, colocando el balón en la escuadra. Era el premio más justo mientras la lluvia era muy intensa. Y pudieron marcar Haitam y Antoñín, que estrellaron el balón en los palos de la meta rival. Pero el Oviedo tampoco renunciaba a marcar y lo consiguió un minuto más tarde otra vez por medio de Borja Bastón, el gran verdugo en esta ocasión... Se adelantó a la defensa y superó al portero. Otra derrota dura.
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