El mejor Málaga deja la permanencia a tiro (0-2)

De nuevo quedó constancia de que con Guede es imposible acertar no ya en la alineación, sino incluso en el sistema. Esta vez rescató ese 4-4-2 en rombo utilizado de salida en Leganés y que dio un rédito extraordinario (contundente victoria por 0-3). Y, como siempre, también movió determinadas piezas. Paradójicamente, el cambio que más se daba por hecho (el regreso de Víctor Gómez) no se produjo, pero sí se produjo una variación en el eje de la zaga, con la entrada de Peybernes por Lombán. Igualmente, después de muchísimas jornadas tuvo una nueva opción Dani Lorenzo en la medular y también reapareció Luis Muñoz. Mientras, arriba el técnico malaguista prefirió contar con futbolistas dinámicos (Brandon y Vadillo) y dejó en el banquillo a los cuatro delanteros de la convocatoria.

El Málaga completó una primera parte casi inmaculada en el capítulo defensivo, con el único borrón de un balón muerto ya iniciado el segundo y último minuto de la prolongación que acabó con una fantástica respuesta de Dani Martín (tan criticado en la etapa de José Alberto y héroe de un tiempo a esta parte) a disparo a bocajarro de Enric Gallego. Pero fue la excepción a la regla, porque los pupilos de Guede supieron mantener a raya al Tenerife gracias a su colocación y también a la mejor forma de contener: con la posesión de la pelota.

Porque en realidad ese 4-4-2 en rombo desaparecía cuando tocaba comenzar la jugada desde atrás. Dado que el rival suele optar por una presión alta, Genaro bajaba para unirse a Escassi y Peybernes, además con el teórico medio de contención variando su lugar en ese trío para impedir que los puntas isleños supieran dónde había que apretar. Al mismo tiempo, Dani Lorenzo variaba su posición, de interior a teórico '6', y Febas y Lorenzo contribuían a facilitar más líneas de pase para desgastar al contrario.

Esa capacidad para no sufrir en la salida desde atrás permitió no pasar apuros hasta la referida acción de Enric Gallego pese a contar con ventaja desde muy pronto, el minuto 8, tras un testarazo de Vadillo a centro perfecto de Ismael Casas. La movilidad de los jugadores malaguistas pudo deparar más oportunidades, pero nuevamente abundaron las imprecisiones y cierta precipitación.

Guede no quiso asumir riesgos y dejó en el vestuario al amonestado Víctor Olmo. El Tenerife también buscó más frescura arriba con Andrés, pero a Ramis no le dio tiempo para ver si ese relevo en ataque daba sus frutos porque el Málaga hilvanó el 0-2 en su primer ataque de la reanudación. Luis Muñoz estuvo a punto de marcar en su regreso y se topó con Dani Hernández, pero en el rechace Febas no perdonó. El Málaga no varió un ápice el guion: salida limpia del balón, continuos apoyos y movilidad para superar líneas. Con el rival totalmente noqueado faltó la guinda para sentenciar. Una brillante acción combinativa, de esas inexistentes durante casi toda la temporada, acabó con un disparo de Ismael Casas al palo izquierdo.

A renglón seguido Ramis introdujo un triple cambio para tener más la pelota (con Míchel) y más energía (con Moore en el lateral derecho y Nahuel). El panorama cambió radicalmente y el Málaga pasó a sufrir con media hora por delante. La pelota comenzó a durarle menos, la entrada de Paulino por Luis Muñoz deparó más inconsistencia y se concedieron demasiados córners y faltas laterales. Todas las esperanzas locales se desvanecieron tras dos grandísimas intervenciones de Dani Martín. Muy concentrados y con una gran solidez, el equipo se mantuvo entero hasta el final y logró una victoria crucial. Toca rematar la faena en La Rosaleda.