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Momento en el que la pelota, rematada por Omeruo, entra en la portería del Málaga en el 0-1. mavalphoto

El Leganés deja en el alambre al Málaga de José Alberto (0-2)

Lastrado por las bajas, pero con una deficiente contención y despistes imperdonables, el equipo blanquiazul careció de identidad

Sábado, 18 de diciembre 2021, 18:16

El Leganés deja en el alambre al Málaga de José Alberto. Los cánticos contra el entrenador resonaron tras el segundo gol encajado en un partido en el que, independientemente de las muchas bajas (hasta Hicham volvió a resentirse) y de la notoria falta de ... calidad de determinados jugadores, el equipo mostró falta de competitividad (tan habitual a domicilio), una deficiente contención y también descuidos imperdonables que costaron los dos tantos.

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Como sucedió en Eibar, José Alberto trató de paliar la escasez de centrocampistas con la presencia de un tercer hombre en la medular y, de camino, neutralizar la previsible acumulación de futbolistas del Leganés por dentro. La continuidad al cambio de sistema (del 4-4-2 al 4-1-4-1) sí deparó la sorpresa de la titularidad arriba de Brandon (y no de Sekou, con un vendaje en el muslo, o Roberto), aunque el supuesto dinamismo del balear para tratar de superar a dos centrales firmes en la marca no va acompañado de calidad en el momento culminante. Una vez transcurrido el primer periodo, se constató que ni una ni otra medida tuvieron efecto, básicamente porque el Málaga sufrió para tener la pelota y porque la ausencia de una referencia arriba no supuso más juego entre líneas.

De hecho, el Málaga tardó casi veinte minutos para tener la posibilidad de presionar en la salida de la pelota por parte de su rival. Durante ese periodo el Leganés fue a buscar al equipo blanquiazul y las dificultades de los locales para iniciar la jugada fueron muy preocupantes. Dio la sensación de que Dani Martín no confiaba lo más mínimo ni en los centrales ni en Escassi (este último cometió una pifia monumental a los once minutos que resolvió el guardameta como en un despeje de balonmano, con el pie, a tiro de Borja Garcés).

Dadas las dificultades para salir desde atrás (en este aspecto Javi Jiménez no suma y Víctor Gómez anduvo demasiado dubitativo), los golpeos en largo tampoco dieron rédito, básicamente porque la superioridad del Leganés por alto era muy evidente. La inconsistencia del equipo malaguista con la pelota se llevó por delante a los centrales y minimizó a Genaro, así que todo parecía fiado a las apariciones de Dani Lorenzo. Sin embargo, casi siempre le cerraron las líneas de pase y tampoco le facilitaron que se girara, el paso previo del juvenil para tratar de superar líneas.

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La dinámica cambió cerca de la media hora, cuando Jairo dejó la banda izquierda –donde no existió– y aparició en la zona de Jozabed para servir un balón al hueco de Antoñín. Entonces el Málaga creció y el Leganés dudó, de ahí que hasta el descanso se jugara más en campo visitante. Eso sí, con más ardor que pausa, lo que se tradujo en acciones precipitadas de Antoñín o Víctor Gómez desde la derecha. En cambio, cada vez que los atacantes 'pepineros' arrancaban, la defensa blanquiazul temblaba. Lombán y Peybernes no pudieron transmitir más inseguridad.

A la vuelta de los vestuarios el panorama no cambió en los primeros minutos y muy pronto llegó el gol del Leganés en una falta lateral ejecutada por Rubén Pardo en la que Omeruo remató a placer gracias al descuido en la marca de Genaro y, otra vez, a la deficiente colocación de Víctor Gómez, que impidió el fuera de juego. El Málaga no se repuso del golpe y las pérdidas de la pelota de los centrocampistas eran cada vez más frecuentes. José Alberto retornó al 4-4-2 con la entrada de Hicham y Roberto, pero prescindió de Dani Lorenzo, el único con cierto criterio.

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La afición había estallado con el «échale huevos», aunque era una sencilla cuestión de calidad, la que posee el Leganés y de la que carece este Málaga venido a mucho menos por las lesiones de sus jugadores más importantes. Pero durante un cuarto de hora se desperdició en la izquierda a Hicham –que no transmitió confianza en sus arrancadas– y encima cuando se recurrió a Sekou, aparentemente con problemas físicos, se sacó una falta lateral sin un solo futbolista que cerrara atrás. El Leganés no perdonó. Llegaron entonces los cánticos contra José Alberto mientras Hicham volvía a marcharse lesionado... El proyecto queda en el alambre tras la enésima decepción y la preocupante falta de identidad.

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