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Lombán se anticipa al exmalaguista Blanco. agencia lof

Hicham reactiva al Málaga para lograr un meritorio punto en Eibar (2-2)

Pese a las bajas, las dudas y dos penaltis en contra, el equipo compitió desde el principio y peleó por el triunfo hasta el final

Sábado, 11 de diciembre 2021

Una vez más, como es habitual las tres últimas temporadas, el Málaga dio la cara y compitió de verdad cuando peores eran las circunstancias. Ni las numerosas bajas ni las dos derrotas consecutivas ni las enormes dudas defensivas lastraron esta vez al equipo, de nuevo ... muy entero en la casa de un grande (como en Huesca o Valladolid). En un partido de alternativas, la reaparición de Hicham tras casi un año lesionado reactivó al conjunto de José Alberto para obtener un meritorio empate en Eibar y recuperar parte de confianza cara al cierre de la primera vuelta.

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No tenía demasiado para elegir el técnico malaguista (veintiún convocados, pero con dos porteros suplentes, el inédito Hicham y también Chavarría casi sin ritmo), así que la alineación estaba más o menos cantada. Eso sí, la larga relación de ausencias llevó al asturiano a cambiar el patrón de juego, de su 4-4-2 habitual a un 4-1-4-1. La pieza que se sumó al juvenil Dani Lorenzo para jugar como interior fue Paulino, con el fin de buscar más fluidez con la pelota y también tratar de presionar más arriba. Esta nueva distribución numérica de los futbolistas hizo que el Málaga se pusiera por delante muy pronto. El goleador en el minuto 7 fue Sekou –a centro, cómo no, de Víctor Gómez–, pero en el primer palo estaba al acecho Dani Lorenzo en una clara muestra de lo que se había preparado en la charla técnica.

Ese zarpazo le permitió al Málaga jugar con cierta desenvoltura durante un cuarto de hora más sin que el Eibar se encontrara a gusto. El equipo blanquiazul superaba con comodidad la presión armera gracias a aperturas en largo y únicamente le faltó más vivacidad en la zona de tres cuartos. Brandon estuvo desaparecido, Jairo exhibió sus intermitencias habituales y Paulino se mostró tan poco clarividente como se le ve de un tiempo a esta parte.

Pero la diferencia entre el Eibar y el Málaga en cuanto a talento acabó por nivelar la balanza. En cuanto el Eibar pisó un poco el acelerador y comenzó a encontrar a Stoichkov, el panorama cambió radicalmente. Con muy pocos toques el cuadro azulgrana superó líneas con relativa facilidad y comenzó a merodear el área malaguista. Se topó con un penalti extraño, por un golpeo en la mano de Lombán, para equilibrar la contienda, pero la acción en sí también dejó en evidencia a toda la cobertura blanquiazul.

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Apenas dos minutos después de que Stoichkov no perdonara desde el punto fatídico se vivió más de lo mismo. Entre Edu Expósito y Stoichkov desarmaron a una zaga demasiado endeble y Corpas culminó la jugada de tiro cruzado. En un abrir y cerrar de ojos el Málaga había pasado de controlar el duelo a verse por debajo. Y lo peor fue que esos dos chispazos generaron una inseguridad muy evidente en los futbolistas blanquiazules. De hecho, en la recta final hubo concesiones imperdonables que milagrosamente no pasaron factura. Balones picados sin la mínima reacción, tardía llegada en las pugnas por alto con Blanco (especialista en peinar la pelota), algún desajuste al tirar el fuera de juego... En ataque no hubo presencia desde el 2-1, más allá de un tiro alto de Paulino.

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La reanudación no deparó novedades, aunque al Málaga sí se le veía más replegado en su parcela, con un paso atrás de la defensa. La reacción blanquiazul sólo se produjo a raíz de otro penalti muy dudoso, de esos interpretativos en los que el VAR no entra, fallado por Edu Expósito. A renglón seguido Sekou no le imprimió suficiente fuerza al centro de Javi Jiménez, pero con más de media hora por delante la tendencia cambió. Ahora el Eibar acusó el mazazo anímico de no haber sentenciado.

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En el Málaga comenzó a crecer Dani Lorenzo, que además de pedir la pelota y tocarla supera líneas con desparpajo, y Jairo y Brandon buscaron el empate. José Alberto entendió que era el momento de Hicham, casi un año en el dique seco, y el extremo fundió a la defensa armera con su velocidad para dar medio gol a Brandon. El marroquí no sólo reactivó al equipo –con dos extremos, Jairo y Paulino, como interiores en una apuesta ofensiva del entrenador–, sino que metió el miedo en el cuerpo al Eibar. Faltó más frescura que ambición al final, pero el empate es enormemente meritorio.

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