El Málaga toca fondo en Ceuta (3-2)

Si lo que se pretendía era pelear por el ascenso directo, todo apunta ya al 'game over', a diez puntos de la primera plaza del Castellón, más lejos que nunca, y obligado a que transcurran al menos cuatro jornadas para tener a tiro a los 'orelluts', que lo han sumado todo en casa. Y con el Ibiza a ocho de distancia.

El Málaga ha llegado al ecuador del torneo cuarto y sus esperanzas residen ya, en el mejor de los casos salvo vuelco difícil de prever, a una fase de ascenso que premia a dos entre ocho equipos. Así están las cosas en un proyecto que apostó claramente por la cantera y al que no le sobra mucho cada vez que compite en el grupo 2 de Primera RFEF: ha ganado diez de diecinueve partidos y sólo tres veces por más de un tanto.

El Ceuta sacó los colores al equipo, le dio un soberano baño en el primer tiempo por una simple cuestión de actitud, que a veces puede más que la aptitud y, en el más difícil todavía, volteó el marcador tras otra remontada exprés malaguista, que a la vista está que fue más un espejismo. Los caballas sólo llevaban cinco goles en casa y ayer hicieron tres de una tacada. Y habían ganado dos de las trece últimas jornadas.... Ver para creer.

Desnortado, incapaz de igualar la intensidad del Ceuta, el Málaga vivió una especie de 'déjà vu' de lo que había sucedido en la jornada anterior. No existía una presión ordenada y el cuadro blanco era dueño y señor del partido. La primera clara la tuvo el capitán local, un Ñito González omnipresente en casi todas las zonas del campo, y que remató defectuosamente en el área una clara opción, pero justo cuando el Málaga empezaba a tener más oxígeno y circulación de balón, de un modo intrascendente, llegó la pérdida de Sangalli que condujo al primer gol. Sofiane activó a Cedric Teguia, que se deshizo con un amago de Nelson y batió a Alfonso Herrero. Pudo ser mucho peor, con dos goles anulados por fuera de juego (ambos claros) y con otro fallo garrafal en el área, el de Jota, que estuvo muy cerca del 2-0.

Mientras tanto no hubo noticias del Málaga, con cambios en el once. Muy complacido por el nivel de Nelson y por su rápida recuperación, Pellicer no dudó en colocarlo de salida sacrificando a Galilea, y para suplir la baja de Kevin optó por Antoñito, pero haciendo Dani Lorenzo de segundo punta, para reservarse a un atacante, Dioni, en el banquillo. Pero el once no funcionó, sin control alguno de la situación, con muchos jugadores sobrepasados, no se sabe si desorientados por los halagos recibidos el martes por su desempeño ante la Real Sociedad. Sin un paso adelante de los medios centro y sin profundidad alguna por las bandas, con un Gabilondo demasiado pendiente de la marca a Cedric.

Era difícil hacerlo peor, así que la versión de la segunda mitad mejoró, con tres cambios en el intermedio. Se quedaron fuera Izan Merino, Sangalli y Antoñito, y entraron dos nuevos medios centro, Juanpe y Manu Molina, además de Dioni, protagonista de empate en un espectacular zurdazo que tocó el larguero. En siete minutos, obligando a pellizcarse a sus aficionados, los malaguistas le dieron la vuelta al desaguisado, ahora con una excelente definición de Dani Lorenzo, bien asistido por una precisa apertura de Manu Molina.

El 1-2, aunque el Málaga había avanzado metros en el campo, era engañoso y más lo pareció poco después con otra remontada, ahora la del Ceuta y protagonizada por el canterano Sofiane. Primero, a centro del ex del Marbella Redru, y después remachando en la línea de meta un mal despeje de Alfonso Herrero (es humano), a un tiro de Ahmed. Lo intentó después dos veces Dioni, una en un gol bien anulado por falta previa a Capa, pero esta vez no hubo ese gol salvador, esa cortina de humo.